lunes, 8 de mayo de 2017

El crimen del ómnibus - Fortuné du Boisgobey



Título: El crimen del ómnibus
Autor: Fortuné du Boisgobey
Publicación: dÉpoca, marzo de 2017
Páginas: 312

Nos encontramos en París en 1878. Una joven muere misteriosamente en un ómnibus de la ciudad. El pintor Paul Freneuse —testigo de la escena—, al darse cuenta de que la joven que viaja junto a él está muerta, comienza a pensar que tal vez ha sido asesinada sin que ningún pasajero se haya dado cuenta, y comparte su deducción con su amigo Binos. Freneuse debe ocupar su escaso tiempo en completar el cuadro que presentará a la Exposición Universal, pero Binos no cejará en la investigación del crimen. El lector hará entonces un recorrido por el París más bohemio, con pistas salpicadas en cada capítulo —una aguja envenenada, el fragmento de una carta…—, una historia de amor, un par de asesinos particularmente audaces, un policía profesional…

Mis impresiones

Pocas novedades puedo comentar ya con respecto a las ediciones de dÉpoca que no haya hecho ya. Tener sus libros en la mano es todo un lujo por lo cuidadas y especiales que resultan. En esta ocasión es el primer título de la nueva colección dÉpoca Noir (con las tapas en negro a diferencia de esas blancas a las que estábamos acostumbrados) y nos encontramos una novela de Fortuné du Boisgobey, un autor francés que fue uno de los precursores del género policial. La novela, publicada originalmente en 1881, nos llega con ilustraciones originales creadas por Charles Dana Gibson y Gottfried Heinrich Wilda y la traducción de Eva María González Pardo que en mi opinión ha hecho un magnífico trabajo. 
“Se ha retrasado en alguna ocasión, en torno a la medianoche, y ha perdido el último ómnibus de la línea que conduce a su domicilio? Si no se ve en la obligación de regular estrictamente los gastos de su presupuesto posiblemente optará usted por tomar un coche de punto. Si, por el contrario, su modesta economía le prohíbe permitirse ese ligero extra, no tendrá más remedio que regresar a pie y cruzar París salpicándose con los charcos de barro –quizá bajo una lluvia torrencial-, maldiciendo por el camino a una Compañía que no puede actuar de otro modo pues considera justo que, tras dieciséis largas horas de trabajo, tanto empleados como caballos deban tener un descanso”

La novela arranca a entradas horas de una noche en Paris del año 1978. El joven pintor Paul Freneuse coge el último ómnibus (un vehículo tirado por caballos en el que podía transportarse a varias personas) de la noche. En él viaja una joven dormida que se apoya en su hombro. Cuando el vehículo llega a la última parada descubre horrorizado que la joven está muerta. En esas circunstancias todo parece indicar que ha sufrido un fallo cardiaco y que su muerte ha sido natural. Sin embargo cuando a la mañana siguiente comparte su vivencia con su amigo Binos, este inmediatamente se pone en alerta. Hay algo muy sospechoso que le hace pensar que se trata de un asesinato. Pero ¿Quién es la joven? ¿Quién querría acabar con ella? ¿Y cuáles serían los motivos?
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A partir de ese momento una serie de personajes irán tirando del hilo y recomponiendo un puzle de pequeñas y complicadas piezas intentando llegar a la verdad. La trama no es más que la investigación que se va llevando a cabo. Para ello tendrán que analizar cada pequeña pista o detalle y con ingenio o un poco de suerte la información va abriendo camino para conocer quién era esa joven y quien podría querer verla desaparecer. El crimen del ómnibus me ha parecido una lectura fabulosa. Lo tiene todo para atrapar y seducir a cualquier lector independientemente del género que prefiera. La trama tiene movimiento, está narrada con fluidez, es atractiva e intrigante y tiene un poco se sentido del humor. Es una de esas novelas que una vez comienzas no puedes parar de leer.

Aunque el lector focalizada la narración en el pintor Paul Freneuse podríamos decir que es una novela coral que cuenta con un variado y pintoresco elenco de personajes. Todos ellos muy bien construidos y con historias que contar. Como telón de fondo encontraremos historias familiares y un romance. A Freneuse el misterio no puede llegarle en peor momento. Justo cuando se encuentra trabajando en un cuadro para la Exposición Universal. Como modelo utiliza a una bella joven italiana llamada Pia que sin recursos tiene que dedicarse a posar para obtener su propio sustento. El joven espera comprometerse con Margueritte, la hija de un empresario avaricioso. También nos vamos a encontrar con su amigo Binos, otro pintor a quien le gusta fantasear y recrearse en los misterios. Este personaje será el impulsor de una investigación que se irá completando con estos y otros personajes. Todos van a aportar su granito de arena.

A parte de la historia en sí misma El crimen del ómnibus es un magnifico retrato de la sociedad parisina del finales del siglo XIX. Boisgobey nos muestra cómo era la vida, los usos y las costumbres en la Belle Époque con gran detallismo. El ambiente burgués de lujo y esplendor que contrasta con el de los bajos fondos (con una parte de crítica social), los artistas bohemios de Montmartre, las tascas y cafés que representa una ciudad que va modernizándose y cambiando sin dejar de luchar contra los prejuicios y los que intentan abusar.

Parece que cuando uno se enfrenta a un clásico tiende a pensar que este va a ser tedioso o con una narrativa plomiza. Y en esta novela ocurre todo lo contrario. Esta relatada de forma muy ingeniosa, con fluidez y versatilidad, con un perfecto equilibrio entre narración y diálogos y una trama que avanza a una buena velocidad. Además un cierto sentido del humor que se agradece y que resulta refrescante. Será un narrador en tercera persona omnisciente quien nos lleve de la mano por el relato con un estilo sencillo y natural que en absoluto resulta recargado.

Conclusión

Ya os habréis dado cuenta que me ha gustado mucho leer El crimen del ómnibus. Una novela con una trama ingeniosa, amena y entretenida que está decorada con personajes muy bien construidos y un maravilloso retrato de la época en que se desarrolla. No puedo dejar de recomendarla.