jueves, 25 de mayo de 2017

Entrevista a Emmanuelle Pirotte (Hoy aún estamos vivos)



He tenido la gran suerte de que Emmanuelle Pirotte, la autora de Hoy aún estamos vivos, contestara a una serie de preguntas que he elaborado sobre la que es su primera novela. Aquí os dejo el resultado con algunas ideas que me ha parecido muy interesante conocer.

Hoy aún estábamos vivos es tu primera novela publicada y ha salido a la luz con unos excelentes resultados. Con ella has ganado diferentes premios y menciones, se han vendido los derechos de traducción a diferentes países y está proyectada que la historia llegue a la gran pantalla ¿Cómo se vive este éxito? ¿Esperabas esta respuesta?

E.P: Para mí ha sido una sorpresa inmensa. Cuando escribí esta primera novela no tenía ninguna expectativa en realidad. Ya me sentía muy feliz por tener un editor en Francia y yo nunca me había imaginado a mí misma como escritora. Era una primera experiencia en la que podía ganar mucho y no tenía nada para perder. Así que todas las cosas buenas que han ido viniendo después en relación con el libro las he recibido con gran alegría y una gran sorpresa.

¿Cómo surge esa idea inicial de la que nace este libro?

E.P: En realidad antes de escribir esta novela durante años he sido guionista, mi marido es realizador y director y hemos trabajado juntos en esta historia durante cuatro años en forma de guion.
La idea surge porque los dos somos apasionados de la historia de los niños judíos que se escondieron en Bélgica. Nuestras dos familias tuvieron experiencias con ella y por tanto los dos teníamos muchas ganas de contar esa historia, en este caso a través de la de una niña. Fueron las circunstancias históricas las que nos dieron la base dramática para la novela.

¿Cuándo comenzaste a escribir tenías toda la historia en la cabeza o fue surgiendo a medida que avanzabas en ella?

E.P: La historia fue avanzando a medida que iba escribiendo. Hay autores que trabajan de otra manera pero yo necesito que la historia no este fija y trabada desde el principio hasta el final porque lo que me parece más importante son los personajes. Y a menudo cuando estos existen de verdad, cuando están ahí encarnados, ellos mismos tienen la capacidad de llevarte a algún lugar al cual igual no habías pensado llegar. Aunque a decir verdad hay un arco que no es demasiado fijo y que te dice o menos te dice dónde vas a ir parar, pero no de manera  definitiva.

Aunque he leído pocas páginas de Hoy aún estamos vivos he podido comprobar que su narración es muy fluida y sobre todo muy visual ¿Crees que existe mucha diferencia entre el trabajo como guionista, al cual te dedicas, y la construcción de una novela? ¿Cuáles son las principales diferencias entre escribir un guion y una novela?

E. P: Evidentemente se trata de dos cosas radicalmente distintas pero que se pueden retroalimentar. Durante muchos años he sido muy dependiente de la forma rígida de funcionar de un guión. En él la narración está como cortada y fragmentada según las secuencias y eso es algo que impone un ritmo narrativo que es muy propio del cine y del guion en sí mismo.

Por otra parte, una de las grandes diferencias y algo que me ha permitido expresarme bien al pasar a la novela ha sido el hecho en un guion no puedes describir la psicología de un personaje. Esa piscología para siempre por el dialogo, por la acción y evidentemente todo lo que es muy cinematográfico, los planos, la música pero no puedes decir Mathias pensaba esto o aquello. Y cuando pasas a la novela de repente tienes libertad total para estar dentro de la mente de los personajes y para explorar como quieras su psicología lo que para mí fue una revelación total y me divertí muchísimo porque para mí los personajes eran sumamente importantes.

De la II Guerra Mundial se ha escrito mucho y se sigue escribiendo ¿Por qué crees que resulta tan interesante este periodo? ¿Es un tema que te sigue despertando interés para próximas novelas?

E. P: De momento no. He estado durante tantos años trabajando en este proyecto tanto con el guión como con la novela que ya me han preguntado si voy a volver a la II Guerra Mundial y al tema del nazismo. La guerra en si no me interesa demasiado, lo que me interesa son los aspectos ideológicos. Es una pasión, tal vez vuelva a ella, aunque de momento no me comprometo.

¿Y cómo ha sido el proceso de documentación para darle credibilidad al contexto histórico?

E.P: Tengo la gran ventaja de que durante años he sido investigadora. Hice una tesis doctoral en historia del arte, que no tiene nada ver, pero la metodología es similar. Y cuando uno tiene esta costumbre automáticamente puede trabajar en cualquier época porque ya cuenta automatismos, la rapidez para ir a buscar cosas, la facultad de distinguir la buena información de la mala. En mi caso es como una segunda naturaleza.

Los dos protagonistas de la novela son antagónicos: una niña judía y un soldado de las SS. Incluso 
podría considerarse que están enfrentados por el concepto que representa cada uno de ellos ¿Cuál es el punto en común que une a estos dos personajes? ¿Te has inspirado en alguien para construirlos?

E.P: Me gusta mucho esta manera de presentar esta pareja, Renée y Mathias porque raramente los periodistas lo mencionan así. Efectivamente son antagonistas por su concepto y eso era una voluntad previa clara y una fantasía mía de conciliar lo irreconciliable.

En cuanto a lo que les une es el tema principal del libro y nunca se dice de una manera explícita. Más bien se intenta que el propio lector lo viva porque precisamente lo que viven no se puede expresar con palabras. Sin embargo si tuviera que analizar esta relación hay muchas cosas. Hay algo que quiero subrayar, el acto que hace Mathias de salvar a Renée no es un acto moral sino un acto de instinto puro y duro y es el inicio de la relación.

Mathias se adentra por completo en la potencia vital que esta niña representa y es como si fuera su igual. Son unos pequeños segundos que describo en pocas páginas y lo que ocurre entre ellos es casi algo animal en el sentido más noble del término. Esas pulsiones primarias y atávicas. Después de ese choque y  cuando dejas de lado sentimentalismo, moral, compasión, y enfrentando a estos dos personajes desnudos, quitando todos los conceptos, tenemos dos seres humanos muy potentes que se reconocen el uno al otro y cuyo vinculo se crea precisamente con la sangre y la muerte.

Porque hay una tercera persona que desparece. Y partir de ahí se crea realmente la relación humana y muy difícil de describir. No es amistad aunque si puede ser una forma de amor que no es romántica ni filial. Yo creo que es un amor violento y feroz que les supera. Si bien hay algo importante y es que no están en igualdad. Yo diría que Renée es más fuerte. Hay como un pequeño desequilibro que él reconoce.

Y por último ¿Qué dirías al lector para que los lectores que no te conocen eligieran tu novela?

E.P: Una puede hablar de su obra respondiendo preguntas concretas, pero algo general es complicado porque decir porque el lector tiene que comprar tu libro y no otro. No se puede ser sincero porque ya entraríamos en el discurso comercial. No podría decir porqué el mío y no otro. Para mí hay libros que son mejores.