jueves, 4 de mayo de 2017

El ratón y la montaña - Antonio Gramsci / Laia Doménech



Título: El ratón y la montaña
Autor: Antonio Gramsci
Ilustradora: Laia Doménech
Publicación: Milarzones, 2017
Páginas: 48
Edad: +6 años

Desde la cárcel, Antonio Gramsci escribió muchas cartas a su mujer. En una de ellas le cuenta un cuento para que se lo lea a sus hijos: el de un ratón que se bebe la leche del desayuno de un niño.

Cuando el niño despierta y llora de hambre, el ratón pide leche a la cabra, que no puede dársela si no pace antes. Pero el prado no tiene hierba, ni la fuente agua... todo está destrozado por la guerra y la especulación. El ratón promete en nombre del niño que plantará árboles cuando sea mayor, y todo el mundo se pone a trabajar para que el niño pueda desayunar... y el pueblo recupera su vitalidad anterior.

Con cálidas ilustraciones, Laia Domènech (
La zanahoria) interpreta maravillosamente el cuento.

Mis impresiones

Detrás de este álbum ilustrado que hoy os voy a presentar se esconde una gran historia. La de su autor que con esta pequeña historia pretendió lanzar un gran mensaje. Y os voy a contar un poco porque creo que es de esas ocasiones en la que merezca la pena conocerlo.

Antonio Gramsci fue uno de los creadores del Partido Comunista Italiano a parte de uno de los grandes intelectuales del siglo XX.  Y como tal fue considerado una enorme amenaza para el fascismo por el gobierno de Mussolini. Es la razón por la que fue encarcelado en 1926. La condena era de veinte años que no llegó a cumplir por su mala salud. Tristemente falleció en 1937.

Sin embargo durante todos esos años en la cárcel escribió gran parte de su obra a parte de un buen puñado de cartas a su mujer. En una de ellas contaba un cuento y le pedía a Guilia, que así es como se llamaba ella, que se lo contara a su vez a sus hijos.

En El ratón y la montaña conocemos la historia de una niño que lloraba porque no tenía qué desayunar. Un ratón se había bebido su leche y al ver llorar al niño le causó mucha pena. Pero él sabía dónde encontrar leche. De esta manera fue a hablar con la cabra y está le dijo que se la daría si el ratón le conseguía hierba. Así que el ratón fue al campo a pedir hierba para la cabra. Y el campo le dijo que sin agua no podría darle lo que pedía. Y así llegó a la fuente del pueblo que necesitaba algunos arreglos…. Entonces, necesitaban un albañil. Este dijo que el arreglo demandaba piedras de la montaña… la cual, a su vez, también tenía una petición… ¿Logará alguna vez el ratón satisfacer el deseo del niño?

Con esta historia de estructura repetitiva, que viene muy bien para que los niños sigan el hilo, y frases cortas Antonio Gramsci quería dar a conocer a sus hijos, Delio y Guiliano, un cuento típico italiano para hacerles ver la deforestación que estaba acabando con el país. Un tema muy serio que está acabando con la vida en nuestro planeta. Aunque leyendo la historia para mí aparte de eso se puede obtener otro gran mensaje. Y es que cada uno de nosotros podemos poner un granito de arena para contribuir a mejorar las cosas. Todos podemos dar algo pero también lo necesitamos. De forma que los individuos viven interconectados en la sociedad.

Las ilustraciones de Laia Doménech son muy plásticas y me han gustado como apoyo a la historia. Con sobriedad y casi con una monocromalidad grisácea, que solo se rompe con alunas pinceladas de verde, jugando constantemente con textura, fondos blancos impolutos, y figuras romas creo que visualmente se adaptan a cualquier tipo de lector. Ya lo he dicho en varias ocasiones pero creo que los libros de Milrazones son válidos para niños de seis, siete años, para jóvenes y para adultos.

Tampoco quiero dejarme un último detalle en el tintero y es que llama la atención que este libro no tenga su lomo en la parte izquierda como lo tienen los demás sino que lo tiene situado en la parte de arriba y se abre como si fuera un cuaderno. A pesar de que no es algo que determine su lectura, aunque si tiene una razón de ser, a mi hija le ha divertido este detalle.