Título: Largo
invierno en París
Autor: Juan
Vilches
Publicación: Ediciones
B, abril de 2017
Páginas: 729
Una historia llena
de drama y amor, lujo e intriga, en la Francia de la ocupación nazi.
París, invierno de
1943. La Ciudad de la Luz se ha convertido en la ciudad de las sombras. París
vive un largo y frío invierno que parece no tener fin. En sus calles y
bulevares, antes alegres y bulliciosos, proliferan los uniformes alemanes, los
controles de la policía y las redadas de la Gestapo. La ocupación ha convertido
a París en una ciudad triste y silenciosa, pero repleta de cabarets y
prostíbulos destinados al recreo y entretenimiento del invasor. Solo los
colaboracionistas, los conocidos collabos, parecen disfrutar de la presencia
alemana en sus calles, como si nada hubiese ocurrido.
En una lujosa
habitación del hotel Ritz, una carismática diseñadora de alta costura, aburrida
y cansada de presenciar tanta miseria y tanto dolor, decide poner fin a la
guerra.
Mis impresiones
Largo invierno en
París es la tercera novela del escritor madrileño Juan Vilches y mi primer
acercamiento a él. La novela me llamó la atención por motivos que ya os
imaginareis los que me conocéis. Y es que la II Guerra Mundial es un periodo
histórico que me encanta y del que siempre me apetece leer.
“Clara profetizó que moriría de amor. Pero
nunca llegó a imaginar que ería de una forma espeluznante y cruel. Asesinada a
tirios junto a su amante, ultrajada y vejada despues de muerte, en una macabra
ceremonia de brutalidad y depravación. Para mayor escarnio ahora se disponían a
colgar su cadáver cabeza debajo de la marquesina de una gasolinera, como si
fuera un cerdo el día de la matanza.”
La novela comienza con la escena que nos describe este
párrafo. En Milán el domingo 29 de abril de 1945. El día en que Benito
Mussolini y su amante, Clara Pettaci, fueron asesinados por los partisanos y
cuyos cadáveres se mostraron ante el pueblo como símbolo de triunfo y las
reacciones fueron una locura total. No hago ningún spoiler porque esta es una
parte de la historia que todos conocemos.
Tras este capítulo retrocedemos a 1943 y nos situamos en
Paris. La Ciudad de Luz ha sido tomada por la ocupación alemana. Y mientras el
pueblo sufre el miedo, la carencia y la represión, los ricos aún pueden
disfrutar de la comodidad de su estatus y de muchas diversiones y lujos.
Gabrielle Chantal es una famosísima, exclusiva y riquísima
diseñadora de alta costura que se aloja en el hotel Ritz. Cuando comenzó la
guerra decidió retirarse del mundo de la moda y ahora mantiene solo una pequeña
tienda céntrica en la ciudad. Jaime Urquiza, a quien sus amigos llaman Jeff,
también vive en Paris y disfruta de las ventajas que el dinero y su trabajo
como periodista le ofrecen.
Con estos dos personajes como punto de partida nos vamos
a encontrar una novela muy rica en tramas que te entretiene desde el principio
hasta el final. Hay historias de amor, venganza, odio, traición, intereses políticos
y un asesinato cuya investigación supone una de las tramas principales de la
novela y que llegará a descubrir muchas cosas.
Una de las cosas que yo destacaría de la novela es su
maravillosa ambientación y el retrato histórico que hace de la época. Nos habla
de cómo se vivía en el París ocupado en 1943 cuando el ejército alemán
utilizaba todos los recursos del pueblo francés para dedicarlo a la guerra. Después
de acordar su estancia en algunas zonas de Francia con Pettain se introdujeron
en el país de una forma más o menos civilizada pero con el paso del tiempo
comenzaron las cartillas de racionamiento, las detenciones, las matanzas y con
ello el miedo para sus gentes. Pero no solo nos muestra la vida del pueblo
llano, que fueron sin duda los que más sufrieron, sino que también se hace eco
de como los adinerados eludieron todas estas penurias. Seguían disfrutando de
manjares a los que solo ellos tenían acceso y se divertían en clubs, prostíbulos
y cabarets que compartían con los soldados y mandos alemanes sin pudor alguno. La
desgracia no iba con ellos.
Pero París no es el único escenario de la novela porque también
nos lleva a vivir algunas escenas sucedidas en España, Alemania o Bélgica. Así mismo
hay muchos personajes históricos que transitan por la novela. Franco, Mussolini,
Serrano Suñer entre otros muchos nombres que se mezclan con los de ficción.
En cuanto a estos último me ha gustado especialmente que
Juan Vilches nos muestre personajes con luces y sombras. Creo que están muy
bien construidos y que dan mucho juego en la novela. Lo fácil hubiese sido
crear personajes idílicos de esos que consigan que el lector los mire con
buenos ojos desde el principio. Sin embargo parte de personajes sin muchas
bondades y más bien neutros. Una de ellas es Gabrielle Chantal (que según el
propio autor está inspirado en Coco Chanel). Una mujer con un carácter despótico
y tirano que obra en consecuencia con sus intereses. La guerra no le importa
pero ella misma se auto adjudica una misión para acabar con ella (¿Puede una
modista conseguir la paz?). Pero claro todo esto obedece a una razón propia.
Jeff, el otro protagonista, es un personaje que evoluciona
muchísimo con los acontecimientos que va a vivir. Es un periodista que cubre la
guerra en Paris. Pasa de ser un hombre egoísta al que todo lo que le rodea le
es ajeno (ni siquiera se ha posicionado en la contienda ni le importa la política)
y vive de fiesta en fiesta y de mujer en mujer. Poco a poco va implicándose y dándose
cuenta de lo que ocurre a su alrededor y muchos no quieren ver. Lógicamente hay
muchos otros personajes que tienen peso en la novela pero no creo necesario
extenderme más en ellos y debe ser el lector quien los descubra.
Y Largo invierno en Paris está narrada de tal forma que hace que la novela a pesar de su longitud se haga liviana. Un estilo sencillo, directo y ágil dirigido por un narrador en tercera persona omnisciente que se mueve con soltura entre los diferentes personajes y escenarios que componen esta historia. Me ha parecido muy interesante y muy equilibrada la forma en que Juan Vilches mezcla la realidad con la ficción hasta el punto que no sabes distinguir donde acaba una y empieza la otra. En parte porque, como el mismo autor confiesa, para empastarlas se ha tomado ciertas licencias. Pero lo cierto es que resulta muy entretenida y esa parte histórica, que tiene mucho peso en la novela se hace con ligereza, sin abrumar al lector y sin cansarle con datos históricos.
Conclusión