lunes, 21 de octubre de 2013

Sólo los inocentes - Rachel Abbott



Título: Sólo los inocentes
Autora: Rachel Abbott
Publicación: Maeva, octubre de 2013
Páginas: 477


¿Puede haber alguna justificación para un asesinato?

Cuando la policía descubre el cuerpo del millonario Hugo Fletcher, brutalmente asesinado en su lujoso apartamento de Londres, el inspector jefe Tom Douglas enseguida sospecha que el culpable es una mujer. A pesar de los muchos enemigos que Fletcher pudiera tener por financiar una fundación que ayudaba a mujeres obligadas a prostituirse, la escena del crimen hace pensar que se trata de una venganza personal.

Laura, la infeliz esposa de Fletcher, no tarda en ser la principal sospechosa porque no hay duda de que ocultará algo. Pero no es la única mujer del entorno de la victima que tiene un motivo para matarlo: desde Alexa, su hija adolescente, a Jessica, su secretaria personal, todas se refugian en evasivas a lo largo de la investigación.

En una enredada telaraña de secretos y mentiras, Tom Douglas sigue buscando a la presunta asesina mientras va conociendo los detalles que esconde la aparentemente filantrópica obra de Fletcher. Cuando la verdad salga a la luz, Tom deberá enfrentarse al enorme dilema de si castigar a los culpables o proteger a los inocentes.

Mi experiencia con la novela

Sólo los inocentes ha sido toda una revelación del fenómeno de la autopublicación. Su autora, Rachel Abbott, la lanzó en formato digital a través de Amazon y se convirtió en uno de los títulos más vendidos en el año 2012 alcanzando una cifra superior a los 120.000 ejemplares. Tal fue su éxito que no tardó en saltar al formato papel.

A mí me ha resultado un título muy interesante, adictivo desde el principio a fin y con varias subtramas que aportan tal dosis de intriga que prácticamente y a pesar de su extensión la novela se lee del tirón. Sus personajes son otro de sus grandes atractivos, bien definidos, complejos y un pilar básico en la historia. Además, y esto es una buena noticia, no pertenece a ninguna saga ni existe continuación por lo que su lectura finaliza cuando llegamos a la última página.

La historia comienza cuando aparece el cadáver del millonario y filántropo sir Hugo Fletcher, en su lujoso apartamento del centro de Londres, desnudo, amordazado y con las extremidades atadas a los postes de la cama. El cuerpo no presenta signos de violencia y todo indica que puede ser un crimen de naturaleza sexual. 

El inspector Tom Douglas, que será el encargado de dirigir la investigación, tiene una corazonada y sospecha que el autor del crimen tiene nombre de mujer. Sus primeras investigaciones comenzarán a indagar en la vida de lady Fletcher, la esposa de la víctima, una mujer que parece haber tenido problemas tanto físicos como psicológicos. Pero en su entorno también existen otras figuras femeninas para quienes la víctima fue una influencia determinante.

Una de las cosas por las que me ha gustado muchísimo esta novela es por la capacidad que tiene su autora de captar tu atención desde su comienzo. Se trata de un thriller psicológico que no decae en ningún momento y te mantiene en tensión desde el principio hasta el final con una historia truculenta formada por una red de engaños, mentiras y secretos que una vez vean la luz no dejarán indiferente a nadie.

Por un lado tenemos la trama que conduce a la resolución del asesinato en la que vamos siguiendo la investigación de la policía, los acompañamos en sus pesquisas y se nos hace partícipes de sus movimientos. De forma paralela a esta se va desarrollando otra trama que tiene un interés aún mayor y en mi opinión supone el corazón de la novela. Es la parte en que se desvela la vida del matrimonio Fletcher así como las relaciones que este mantenía con las otras mujeres existentes en su vida, tal como su hija, su ex esposa o aquellas que trabajan para él. Será focalizando la atención en Laura como se desarrolle este aspecto. Poco a poco a medida que avanza la historia ambas tramas se van fusionando de forma que van arrojando luz a una historia algo sombría.  

Uno de los grandes aciertos que en mi opinión tiene esta novela es la construcción de personajes que resultan complejos, oscuros y con multitud de dobleces. Se puede considerar como una historia coral donde cada personaje aporta algo a la historia y están muy lejos de ser simples figurantes.

Una de las figuras que más implica emocionalmente al lector es Laura Fletcher, la esposa en segundas nupcias de la víctima. Sabemos que oculta algo y será ella misma a través de una cartas escritas con años de anterioridad pero que nunca llegó a enviar y dirigidas hacia su mejor amiga, Imogen, la que nos cuente como era su relación matrimonial. Cuando se conocieron ella era una joven independiente y sencilla que se dejó impresionar por un hombre rico  y se ilusionó con una relación que desde el principio fue algo extraña pero que ella achacaba a la diferencia de edad. Sin embargo, su matrimonio no resultó ser el sueño esperado y con el tiempo y conforme más conocía a Hugo su imagen más que una persona se transformaba en un monstruo.  Una mujer que con sólo treinta y cinco años ha pasado en dos ocasiones por un ingreso psiquiátrico y cuyo físico ha dejado de aparentar el de una mujer de su edad para convertirse casi en una anciana.  

La víctima, Hugo Fletcher, era un empresario dedicado al mundo de las inmobiliarias y un filántropo que lideraba una organización benéfica dedicada a ayudar a las jóvenes que traídas desde el este de Europa al Reino Unido caían en redes de prostitución. Un hombre educado, reservado y una gran figura mediática que en la intimidad de su hogar escondía grandes y horribles secretos. Alrededor de él ninguna mujer se encontraba a salvo. Desde su primera esposa, hasta su hija Alexa pasando por sus ayudantes. Todas cuentan con motivos suficientes para desear eliminarlo de sus vidas.

Quizás toda la fuerza de estos personajes eclipsa un poco al inspector de policía cuya figura suele resaltar más en este tipo de novelas aunque está bien definido. Tom Douglas es un divorciado que siguiendo la estela de su exmujer y su hija de cinco años se ha mudado desde Manchester a Londres para trabajar con la policía metropolitana. Un hombre a quien vamos conociendo poco a poco y cuya investigación pondrá en una difícil tesitura sus férreos principios éticos antes de tomar una decisión crucial.

El estilo de la autora es natural, directo, sin grandes florituras ni alardes literarios por lo que se lee con mucha facilidad. A su sencillez sintáctica se le unen la amplia presencia de diálogos que la convierten en una novela ágil, con un ritmo que no llega a ser trepidante pero cuya intriga no disminuye en ningún momento.

Rachel Abbot intercala la voz narrativa de la tercera persona omnisciente para narrar el presente, momento en que se lleva a cabo la investigación, con la voz en primera persona de Laura en forma epistolar (y marcada en cursiva para distinguirla) para que el lector conozca la historia desde el principio. Se estructura en cuarenta capítulos de longitud media.

En la novela se tocan muchos temas interesantes. Desde el maltrato psicológico, las redes de prostitución o incluso la pederastia con los que la historia toma tintes bastante oscuros. Pero su autora lejos de recrearse en situaciones morbosas que podrían sacudir al lector, los toca con cierta delicadeza.

Su final si bien no representa una gran sorpresa es coherente, realista y quizás el más adecuado. A través del mismo se nos plantea una interesante reflexión sobre si existen crímenes justificables. Si ciertas circunstancias tienen el suficiente peso para dejar impune un asesinato y que es más aceptable castigar a los culpables o proteger a los inocentes.

Conclusión

Sólo los inocentes es una novela oscura, un thriller psicológico absorbente desde el principio a fin. Con personajes complejos, una historia bien construida y un desarrollo interesante que os recomiendo sin duda.