martes, 19 de julio de 2016

La mujer del cultivador de té - Dinah Jefferies



Título: La mujer del cultivador de té
Autora: Dinah Jefferies
Publicación: Alianza, junio de 2016
Páginas: 472

Ceilán, 1925. Gwendolyn Hooper, una joven inglesa de solo diecinueve años, llega en un barco de vapor, ilusionada por iniciar su nueva vida de casada junto a Laurence en su inmensa plantación de té. Pero el marido que la recibe es un hombre distante, reservado y taciturno. Laurence siempre está fuera trabajando, por lo que Gwen decide explorar ella sola la plantación, envuelta entre la neblina y los perfumados aromas a canela y jazmín de la tierra. Al vagar por la casa, Gwen se encuentra con puertas cerradas, baúles con vestidos polvorientos, una pequeña tumba en el jardín cubierta de maleza…; indicios de un pasado oculto e inquietante, un misterio más profundo de lo que parece y que se remonta a tres generaciones antes.

Gwen queda pronto embarazada, para alegría de Laurence, pero el día que prometía ser el más feliz de su vida se enfrenta a una terrible decisión… Una decisión que debe ocultarle a toda costa y que solo le provocará dolor y ansiedad. ¿Conseguirá Gwen salvar su matrimonio y perdonarse a sí misma por la desgarradora decisión que se sintió obligada a tomar? Y cuando llegue el momento de la verdad, ¿podrá Laurence perdonarla en un ambiente general cada vez más hostil por las tensiones entre tamiles, cingaleses y los colonos británicos, lo que amenaza con la ruina familiar?

Mis impresiones

A Dinah Jefferies la conocí con su primera obra publicada, La separación, que me gustó leer y me fue dejando muy buenas sensaciones. Cuando vi que el sello editorial Alianza publicaba un nuevo trabajo me sentí atraída por su historia pero estaba un poco equivocada sobre lo que iba a encontrar. Si al principio pensé que era la típica novela de paisaje, y su comienzo realmente nos lo puede recordar, creo que esta novela aun teniendo algunas de sus características no se puede encuadrar en el género. Y no lo comento como algo negativo ya que no solo me ha sorprendido y me ha hecho disfrutar muchísimo con su lectura. Considero incluso que es superior al trabajo anterior de la autora.

La novela comienza en 1925 cuando la joven Gwendolyn Hooper, de diecinueve años de edad, se dirige desde su Inglaterra natal hasta Ceilán para encontrarse con el hombre con que recientemente se ha casado. Laurence y ella están muy enamorados y ella ha puesto toda la ilusión del mundo en comenzar una nueva vida en la plantación de té de la que Laurence es propietario. Después de un maravilloso reencuentro y con la certeza de que serán felices Gwen se incorpora al día a día en su nuevo hogar. Sin embargo, pronto se da cuenta de que se encuentra demasiado sola y que su esposo pasa demasiado tiempo trabajando. Llenando estas horas comienza a curiosear encontrando algunas cosas inexplicables en la mansión como la tumba de un niño escondida entre la maleza. Pero también tendrá que aguantar a una cuñada muy peculiar, una americana exuberante que ronda a su marido y un pintor cingalés del que todas se enamoran. Pero esto no será nada cuando Gwen tenga que enfrentarse a la decisión más dura que habrá de tomar en su vida… Algo que guardará celosamente en silencio aunque desea gritar a los cuatro vientos.

Os decía antes que La mujer del cultivador de té me había gustado muchísimo. Es una interesante e intrigante mezcla de dramas y secretos familiares, historias de amor, venganzas, odios, etc…. La verdadera trama de la novela gira alrededor de una pareja y los conflictos que surgen a lo largo de los años en su relación. Los celos, los secretos, las ausencias, los silencios, el perdón, el miedo, las relaciones con las personas que les rodean…. Irán marcando la vida de Gwen y Laurence provocando que su matrimonio sea como una montaña rusa de emociones.

Y han sido muchas emociones las que me ha provocado esta novela. Su historia tiene momentos terriblemente conmovedores y duros que te remueven por dentro y te hacen reflexionar en las decisiones que vamos tomando, como a veces erramos y las consecuencias que con ello acarreamos aunque en principio no lo consideremos. Además te llegas a poner en la piel de sus personajes e intentar imaginar qué harías en su lugar. Hay decisiones verdaderamente difíciles de tomar.

El personaje que protagoniza esta historia como ya os habréis imaginado es Gwen. Al comienzo de la novela es una niña que aún no ha cumplido los veinte años y apenas tiene un carácter forjado. Tiene muy buena predisposición para adaptarse a su nuevo hogar pero no se atreve a quejarse, reclamar o pedir explicaciones. Poco a poco y con el transcurso de ciertos acontecimientos que le ocurren se irá convirtiendo en una mujer con voz propia, capaz de decidir por sí misma y ponerse en el lugar que le corresponde. Laurence le saca algunos años y ya había estado casado anteriormente aunque este matrimonio terminó de forma trágica. Es un personaje al que el lector puede vislumbrar como algo voluble sin saber muy bien en algunos momentos la causa de estos cambios. Lo que si podremos decir es que no es típico hombre rudo e insensible que lo hará pasar mal a su esposa.

Otros personajes secundarios que también tienen cierto peso en la trama son Verity, la caprichosa y peculiar hermana de Laurence, que siempre se encontrará en medio de la pareja y que nunca llegará a llevarse con Gwen por lo que es constante motivo de discusiones. Al igual que sucederá con Christina, una rica y provocativa americana con quien la familia Hooper tiene negocios en común. Y eso por citar algunos porque hay otros muchos que a pesar de su papel secundarios está muy bien dibujados resultando al lector muy fácil imaginarlos y otorgarlos una identidad.

Otro atractivo de la novela es la ambientación espacio-temporal en que se desarrolla. Nos encontramos a principios del siglo XX en Ceilán una tierra ruidosa, llena de vida, de aromas y colores, con un calor abrasador y una luz cegadora en la que conviven una gran variedad de razas, culturas, religiones y etnias. Aunque en realidad el grueso de la historia se desarrolla en una plantación de té situada en las montañas y cuyas tierras trabajaban los tamiles. Temas como el racismo, la jerarquía étnica, el abuso de los trabajadores o la propia independencia del país se tocan en la novela resultando aún más atractivo este contexto.

La forma de narrar de la autora me ha parecido maravillosa. Hipnótica, cercana, emotiva y muy atractiva. La novela se me ha hecho muy corta porque en todo momento van sucediendo cosas que te van interesando. Además se puede ir vislumbrando que se guardan más secretos en ella de los que en principio podíamos esperar.

Conclusión

La mujer del cultivador de té es una historia muy atractiva que cuenta además con intriga, secretos que nos sorprenderían y unos momentos muy emotivos que despertarán sentimientos en el lector. Y que además te hacen reflexionar y mirar las cosas de otro modo.