lunes, 28 de octubre de 2013

El don de Ana - Cecilia Samartin



Título: El don de Ana
Autora: Cecilia Samartin
Publicación: Martínez Roca, octubre de 2013
Páginas: 411

Querido lector:

Aunque estas líneas suelen utilizarse para adentrar a las personas en una novela, en esta ocasión creemos que no existen palabras suficientes para poder explicar las emociones y los sentimientos que esta obra va a transmitirte. Creemos, además, que desvelar plenamente su contenido dejaría muchos cabos sueltos, pues este relato tiene la capacidad de llegar al corazón de las personas por muy diferentes motivos.
Sin embargo, si decides sumergirte en su lectura, debes saber que esta es la historia —que bien podría haber sido real— de Ana, una niña que sobrevivió a la guerra y cuyo corazón herido la alejó del mundo durante mucho tiempo. Una niña que tuvo la oportunidad de pertenecer a una de las familias más ricas de California y de formar parte de sus vidas para siempre…

Una novela increíblemente intensa y sentimental que nos hará apreciar la delicadeza de las pequeñas cosas

Mi experiencia con la novela

No hace mucho que os hablé de La abuela Lola, una novela que me pareció deliciosa, emotiva, tierna y cálida. Por esto en cuanto tuve en mis manos El don de Ana, la nueva publicación de Cecilia Samartin comencé su lectura casi de forma inmediata. En su sinopsis no nos ofrecen mucha información y acudí al libro sin saber exactamente lo que me iba a encontrar. Yo si os voy a contar un poco de qué va porque creo que su argumento os puede ayudar a decidir si esta puede ser una lectura adecuada para vosotros.

En líneas generales me gustaría decir que entre las páginas de El don de Ana he vuelto a encontrar un relato cálido y emotivo que se caracteriza por su sencillez pero con personajes capaces de conquistar nuevamente nuestro corazón. Una historia cargada de sentimientos, injusticias del destino y dotada de gran sensibilidad.

La trama de la novela se desarrolla a través de dos líneas argumentales situadas en dos planos temporales distintos y los que me conocéis ya sabéis que tengo debilidad por las historias de este tipo. La primera línea argumental  comienza en el presente cuando Ana, la protagonista de la historia, recibe una noticia terrible y descorazonadora. Debido a una enfermedad incurable a la persona a la que ama le queda simplemente un hilo de vida y el desenlace final podría ocurrir en cualquier momento.

Mientras Ana cuida, mima y permanece al lado de Adam todo el tiempo posible su memoria viaja hacia su niñez para hacer un recorrido por lo que ha sido su vida hasta ese momento, evaluando cómo y porqué se encuentra donde está. Es de esta forma como la autora introduce la segunda línea argumental que nos narra como Ana nació en un pequeño pueblo de El Salvador (América Central) donde vivía en una cabaña sin luz ni agua corriente junto a su madre, su tía Juana y sus cuatro primos. Su padre siempre fue una figura desconocida para ella aunque su madre le inculcó que estaban mejor sin él.

Con la declaración de la guerra la Guardia Nacional arrasa el pueblo y provoca una matanza en la que mueren muchas personas, entre ellas toda la familia de Ana quien milagrosamente consigue salvar su vida. Sola en el mundo acaba en un orfanato conviviendo junto a niños que se encontraban en una situación similar hasta viajar a California y establecerse en un convento de monjas carmelitas donde Ana encuentra toda la paz que su corazón necesita. Ella está convencida de la llamada de Dios y lo único que desea es por fin tomar los hábitos, pero la madre superiora, consciente de que Ana no sabe como es el mundo exterior le encuentra un puesto como niñera en una acaudalada familia para que experimente sobre su propia fe y decida cuál es el camino a seguir. En casa de los Trellis, Ana encontrará una vida que nunca había imaginado.

A pesar de lo que pudiese parecer porque toca temas muy delicados, la historia no es un drama lacrimógeno en el que tirar de pañuelos. Es una historia triste con momentos duros pero también otros simpáticos o algunos que dan lugar a la ternura, el amor y la esperanza. Es una historia que nos habla de la pureza del corazón, del sacrificio de uno mismo otorgando mayor valor a los demás, de las relaciones familiares, la importancia de las segundas oportunidades  y los problemas que los secretos pueden 
acarrear.

En cuanto a los personajes sus figuras están bien distinguidas unas de otras, sus caracteres bien formados aunque no tengan gran complejidad psicológica. Y además algunos de ellos presentan una marcada evolución a lo largo de la novela.

La protagonista central de la novela es Ana, un personaje bondadoso, sólido y bien definido ya que en cada momento es coherente con las premisas sobre las que se construye. De niña huérfana pasa a ser una joven humilde, generosa y temerosa que no conoce el mundo y termina por convertirse en una mujer que por fin libera su corazón y se atreve a amar. Una mujer que indaga en su vida y navega por sus recuerdos siempre con la figura de su madre muy presente que en ocasiones es una especie de guía espiritual.

Aunque hay una protagonista alrededor de la cual gira la historia el resto de los personajes ocupan un lugar destacado y transcendental en el transcurso de la historia. Desde la familia Trellis, para la cual comienza a trabajar Ana, hasta la hermana Josepha, uno de sus principales apoyos morales. Todos ellos se dibujan como personajes muy humanos con sus carencias y debilidades, sus motivaciones o su forma de actuar que no siempre es la adecuada pero en cierto modo comprensible al lector. Algunos de ellos incluso intentan cambiar y por sus propias faltas ni siquiera lo consiguen.

Al igual que en La abuela Lola, Cecilia Samartin utiliza una prosa cercana, sencilla y directa en la que no hay demasiados adornos ni florituras pero resulta tremendamente cálida y acogedora. Una novela que se lee con mucha facilidad por su estilo ágil y fluido y dotada del tal sensibilidad que su relato te envuelve entre sus páginas y resulta difícil dejarla a un lado. Aunque si es verdad que en esta historia su autora no se detiene demasiado en detalles para narrarnos los primeros años de vida de Ana y decelera el ritmo cuando llega a casa de los Trellis sin llegar a resultar tediosa ni aburrida en ningún momento. La historia cuenta con dos voces  narrativas. Será a cargo de una tercera persona como nos llegue la historia en presente para utilizar una primera persona, la voz de Ana, la que nos relate el pasado de forma que nos acerca mucho a este personaje y nos ayuda a comprender como vivió ella todo lo que le pasó.

La novela se estructura en veintidós capítulos de extensión media los cuales comienzan con una introducción que nos habla del tiempo presente para después comenzar a relatarnos en el mismo los recuerdos del pasado de Ana. Ambas partes de diferencian a través de una separación indicada con un asterisco. Si al principio de la novela las partes están muy diferencias en el tiempo, contando con mayor peso la trama que nos narra el pasado y constituyendo el corazón de la novela -no sólo por su mayor extensión sino porque soporta toda la acción- a medida que la historia avanza se van fusionando para desenlazar en una única línea argumental que nos ofrece una visión completa de la historia.

Al igual que hizo en La abuela Lola, Cecilia Samartin introduce un toque de magia en una historia que destaca por su realismo. A mi particularmente me gusta mucho porque aporta un toque especial a la historia aunque sé que hay muchos de vosotros  a los que este tipo de elementos no os suelen gustar pero yo creo que tampoco os van a molestar en su lectura.  

Conclusión

Cecilia Samartin me ha vuelto a conquistar con El don de Ana. Una novela sentimental que nos enseña a aprovechar cada una de las oportunidades que se nos presentan en nuestra vida sin temer a sus consecuencias porque quizás cuando nos demos cuenta puede ser demasiado tarde. Una lectura cálida y envolvente que me ha hecho disfrutar de principio a fin.