Título: La figurante
Autor: A. B. Yehoshua
Publicación: Duomo, febrero de 2017
Páginas: 352
UNA DELICADA
SINFONÍA DE RECUERDOS Y SENTIMIENTOS
Noga es una
música cuyos dedos están habituados a tocar con delicadeza las cuerdas del
arpa. Ahora está lejos de su amado instrumento y de la vida que ha construido
en Holanda, pues tiene que volver repentinamente a Jerusalén para ocuparse del
apartamento familiar donde creció. Han cambiado muchas cosas desde que se fue.
Los vecinos ya no son los mismos, pero también ha cambiado Noga. Durante su
estancia en Jerusalén, su hermano le encuentra un trabajo como figurante en
películas de cine y televisión. Estas nuevas identidades borran los límites de
su comportamiento, antes protegidos por la música. Noga, siempre una figurante
en la historia de otros, siente que puede decidir el argumento de su vida.
Mis impresiones
Uno de los últimos libros que Duomo ha publicado dentro de su
colección Nefelibata, a la que ya sabéis que soy adepta porque me gusta mucho
su estilo, es La figurante del
escritor palestino Abraham B. Yehoshua que tiene ya una trayectoria
considerable en cuanto a libros publicados. Yo no había leído nada de él y
tampoco sabía muy bien qué esperar.
“El teléfono móvil la despierta a las cuatro en punto de la mañana, y aunque
no es más que la alarma olvidada del día anterior, Noga deja sonar la melodía
que un viejo flautista que no quiere ser olvidado instaló en el aparato ates de
su larga visita a Israel.”
Noga vive en Holanda y es una concertista jerosolimitana que toca el
arpa. Hace mucho tiempo ya que abandonó su hogar natal para trabajar en la que
es su pasión, la música, ante la imposibilidad de hacerlo allí. Acudiendo a la
petición de su hermano Honi se ve obligada a regresar a Jerusalén para cuidar
del piso familiar mientras su madre, que hace un año que se quedó viuda, prueba
cómo sería vivir en una residencia de ancianos en Tel Aviv. Allí también es
donde vive Honi, con su mujer y sus hijos, y le resulta complicado ocuparse de
ella con más de una hora en coche de camino. Con este experimento espera tener
a su madre cerca y de algún modo poder compatibilizarlo todo.
Hablar de esta novela es complicado porque creo que es una de esas
lecturas que llevará a cada lector por un camino diferente y extraer un
significado propio. Siempre digo que una novela admite tantas lecturas
distintas como sean los lectores que se acercan a ella pero en esta ocasión lo
hace en su sentido más amplio.
La figurante es una novela
delicada y de carácter intimista en la que vemos como sus personajes están
cargados de emociones. Una novela que nos habla de la identidad, de las raíces
y del precio que pagamos por nuestras decisiones. Y Yehoshua lo hace de forma
muy sutil, insinuando más que contando, de forma que el lector tiene que intuir
y sacar algunas conclusiones propias. Parece que el autor habla muy poco de sus
personajes pero dice mucho de ellos a través de sus gestos, de sus reacciones. Quizás
sea una novela a la que hay que darle unas cuentas vueltas y aunque he
disfrutado su lectura en algunos momentos me he sentido perdida buscando qué
era lo que quería transmitir el autor.
Ahora que la maternidad se ha vuelto un tema de actualidad y
controvertido Yehoshua pone a su protagonista entre las cuerdas sobre este
tema. Noga nunca ha querido ser madre y sin embargo todos los que la rodean la
presionan con ello. Esta negativa incluso llevó a la ruptura de su matrimonio. Y
ahora de vuelta a su ciudad natal y privada de su arpa tendrá que enfrentarse a
todo lo que dejó atrás. Noga, la protagonista, tendrá la oportunidad en estos
tres meses de ver su vida casi desde fuera. E incluso podrá experimentar la
vida de otros gracias al trabajo como figurante que le ha conseguido su
hermano. No es que sus vivencias en ese trabajo temporal tengan un peso
determinante en la historia como nos puede hacer pensar su título pero sí que
lo es en sentido metafórico.
Y Noga es un personaje con el que poco tengo que ver pero me ha
gustado su decisión y su carácter porque es fiel a sí misma por mucho que los
demás intenten conducirla hacia un camino diferente al que ha tomado. Es una
mujer libre e independiente que no se arrepiente de quien es ni de las decisiones
que toma que son rotundas. A Noga le importa la música y es capaz de sacrificar
todo por ella, lo que dejó atrás ahí quedó. Aunque también veremos algunos
momentos de flaqueza.
Noga además tendrá que lidiar con los nietos de sus vecinos del piso
de arriba. Con ella enferma y alejada de la realidad y él trabajando todo el
día de forma ya no tiene fuerza para controlar a esos nietos que cuidan
mientras sus padres están trabajando. Uno de estos niños tiene un trastorno y
solo se calma viendo la televisión para lo que entran a hurtadilla en la casa
de la madre de Noga. Echarlos de allí, alejarlos, se convertirá en una
prioridad para la protagonista de forma que incluso se compra un látigo. Sin
embargo también llegará a compadecerse de este pequeño y sacar por un instante ese
lado maternal que no tiene.
Otro tema que podemos encontrar en la novela es el fanatismo
religioso. La familia de Noga es laica y ha tenido como vecinos durante muchos
años a una familiar ortodoxa moderada. Pero, y es otra de las razones por las
que Honi quiere que su madre se mude, es porque el barrio se está radicalizando
y volviendo más inseguro. Y aquí encontrarnos una crítica muy dura hacía la
situación del país así como hacia la intolerancia.
La narración es muy delicada con un lenguaje muy rico y cuidado y una maravillosa
forma de contar al lector. Yehoshua ha construido una novela diferente en la
que los recuerdos y sensaciones construyen el mundo entorno a sus personajes. Su
argumento es sumamente sencillo y de hecho creo que no es ni siquiera lo más
importante en la novela. Es por ello que es una novela que apetece leer de
forma pausada y fijándose en lo que el autor quiere contar de forma indirecta.
Conclusión
Quizás La figurante no sea
una lectura para cualquier tipo de lector. La recomiendo para aquellos que
busquen una novela diferente narrada de forma maravillosa y que te lleva por el
lado menos común del ser humano. Una novela en la que hay que interpretar las
palabras para encontrarles todo su sentido.