Título: Cartas en la tormenta
Autora: Bridget Asher
Publicación: Ediciones B, abril de 2016
Páginas: 384
Cuando
las hermanas Rockwell –Esme, Liv y Ru– eran jóvenes, Augusta, su excéntrica
madre, acalló cualquier rumor sobre su padre ausente mediante una historia
descabellada: que era un espía internacional siempre de viaje, llevando a cabo
misiones ultrasecretas. Pero semejante crianza poco convencional ha tenido sus
consecuencias.
Esme
navega a través de un matrimonio fracasado, al tiempo que intenta evitar que su
precoz hija quinceañera tuitee acerca de todo cuanto le ocurre; Liv salta de
una relación a otra y de un programa de desintoxicación a otro, y Ru ha huido
de tantas personas y problemas como para acumular millas aéreas suficientes
para dar la vuelta al mundo.
Así
que cuando un huracán golpea el hogar de la familia en la costa de Jersey, las
Rockwell se reúnen para evaluar los daños..., solo para descubrir que la
tormenta ha desenterrado una caja oculta hacía tiempo. Augusta revelará entonces
un secreto que impulsará a las hermanas a investigar su pasado.
Mis
impresiones
Viendo la portada de esta novela y su
sinopsis una rápidamente puede llegar a la conclusión de que es otra novela más
sobre intrigas y secretos familiares. Aunque está es la principal temática de
la novela Cartas desde la tormenta es
muy diferente al resto de las obras que se enmarcan dentro de este género por
lo cual me ha sorprendido y ha sido un soplo de aire fresco.
Las hermanas Rockwell han crecido con la
afirmación de que su padre es un espía internacional que trabaja con una
identidad secreta. Esa es al menos la forma que su peculiar madre, Augusta
Rockwell, ha encontrado para justificar su ausencia y que ninguna llegara a
conocerle. Pero Esme, Liv y Ru nunca han estado convencidas de que la realidad
fuese tal y como Augusta la cuenta. Quizás esa forma tan excéntrica de criarlas
y las ideas que cada una ha ido elaborado sobre la identidad de su padre les derivado
en que las hermanas tengan vidas y relaciones poco convencionales.
Esme acaba de ser abandonada por su
marido y su hija adolescente se pasa todo el día mostrando sus intimidades en
las redes sociales. Liv ha ido de matrimonio en matrimonio sin encontrar la
estabilidad en su vida y Ru, la pequeña, se encuentra en proceso de encontrarse
a sí misma. Cuando el huracán Sandy destruye gran parte de la costa de Jersey,
donde se encuentra la casa familiar, las tres hermanas vuelven para evaluar los
daños. Pero allí se encontrarán con la verdadera identidad de su padre. El
temporal ha puesto en manos de Augusta una caja que hacía tiempo que estaba
oculta.
Cartas
en la tormenta es, como ya he dicho, una novela muy
diferente a aquellas que podemos encontrar dentro del género de las sagas
familiares. En realidad es una novela extraña y muy original tanto en
argumento, como en personajes y en la forma de narrarla. Cuando las hermanas
vuelven a la casa familiar se encuentra con una realidad que superará todo lo
que habían imaginado. Por fin van a conocer la verdad sobre su padre pero
también sobre sus propias vidas. No es una historia narrada en pasado y
presente, no hay cartas que nos revelen historias trágicas ni amores imposibles
sino que esta novela nos sumerge en la vida de una familia muy especial.
La novela nos habla de las relaciones
familiares, las dificultades para comprenderse, los puntos de encuentro y desencuentro
y los problemas que se plantean en esta familia en la que las hermanas no
acaban de llevarse bien. Las familias no siempre establecen vínculos fuertes e íntimos
y en ocasiones sus miembros se mantienen distantes entre sí. Todos guardamos
secretos en nuestro interior y lo hacemos por nuestros propios motivos. Pero
también nos narra las historias de amor de sus miembros. Algunas que regresan
del pasado, algunas que mueren y otras nuevas que nacen y se instalan en los
corazones.
Cartas
en la tormenta es una novela de personajes en las
que estos tienen más peso que su argumento en sí. Alguna vez he dicho que me
gustan los personajes excéntricos, con manías o ideas extrañas y en esta novela
casi todos ellos han cumplido esta premisa. Son personajes con los que si bien,
no he llegado a empatizar por completo porque son muy diferentes a mí, me han
hecho disfrutar con su simpatía, con sus locuras, sus puntos y sus
excentricidades.
Augusta es una mujer extraña que cree
que puede dirigir las tormentas. Sus hijas han crecido viendo este carácter y
han adoptado de su madre ciertas peculiaridades pero cada una de ellas se
enfrenta a la vida de distinta manera. Esme, es la más sensata y acepta la vida
como viene. Cuando se entera que su marido la ha abandonado por otra siente
dolor pero comprende que Atty, su hija de quince años y ella deben comenzar de
nuevo. Liv se ha casado varias veces y sus matrimonios, en busca de la fortuna
ideal en vez del hombre ideal, nunca han funcionado muy bien. Así enganchada a
ciertas sustancias volverá a intentar encontrar la felicidad. Ru, una conocida
novelista, opta por huir cuando las cosas le incomodan. Esta prometida pero se
ha marchado al otro lado del mundo para estudiar la relaciones matriarcales en una
tribu.
Quizás por tantas particularidades en la
novela, por tantos detalles excéntricos, conversaciones surrealistas y
situaciones extrañas cuesta un poco meterse en la novela hasta que una logra
cogerle el ritmo y sobre todo el sentido del humor con que la autora la
construye. Luego da paso a situaciones que te sacan una sonrisa y te hacen
reflexionar. La autora narra en tercera
persona omnisciente con un estilo muy propio y muy particular. Los diálogos son
muy agudos y le dan un aire fresco a la
novela, llenos de sarcasmos y dobles intenciones. Su lectura es ágil y en capítulos
de breve extensión por lo que no dura más que un par de sentadas entre las
manos.
Conclusión
Cartas
en la tormenta me ha resultado una lectura muy
original, tanto por la forma de narrar de la autora con ironía y un punto de
humor muy agudo como por sus personajes, extravagantes y diferentes que causan
situaciones a veces cómicas y otras muy tiernas.