miércoles, 30 de octubre de 2013

El confidente - Hélène Grémillon



Título: El confidente
Autor: Hélène Grémillon
Publicación: Grijalbo, marzo de 2012
Páginas: 272

Una mujer recibe unas cartas misteriosas que revelan una historia de amores imposibles ocurrida cuarenta años atrás, y que podría tener que ver con su propia historia.

La primera carta parecía un error.                     

Pero a partir de entonces, todas las semanas, Camille recibe una de esas misteriosas cartas. Se trata de unas misivas anónimas que poco a poco le revelan una apasionante historia de amores imposibles ocurrida cuarenta años atrás, durante la ocupación alemana de Francia, la historia de dos mujeres que lucharon por el amor de un mismo hombre y por la misma hija. Pero ¿por qué este enigmático confidente ha decidido revelar ahora esta historia?

Mi experiencia con la novela

El confidente es la primera novela de la francesa Hélène Grémillon, una obra que alcanzó un éxito rotundo en Francia acompañado de varios premios y que, aunque menos conocida en España, ha logrado cosechar un buen número de críticas muy positivas. 

La historia nos sitúa en París en el año 1975. Camille es una editora que a sus treinta y seis años espera su primer hijo pero se encuentra muy angustiada por la reciente muerte de su madre que ha perdido la vida en un accidente de tráfico. Cada día revisa su correspondencia donde entre las abundantes condolencias encuentra una serie de cartas que sin remitente, sin encabezado, fecha ni firma se repiten de forma puntual cada martes. En ellas un tal Louis cuenta su propia historia de amor con una chica llamada Annie en los años previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial, una relación que se rompe de forma definitiva cuando una tercera mujer se interpone entre ambos.

La primera intuición de Camille es que todo ha sido un error y no es quien ella debería tener las misivas en sus manos, quizás la destinataria se llame como ella y el remitente se ha confundido de persona. Aunque también es posible que alguien haya diseñado este ardid para captar su atención y hacerle llegar una novela que ella como editora podría publicar.

Si bien comienza a leer las cartas por mera curiosidad pronto se sentirá absorbida por el relato y será incapaz de olvidar la idea de que, de alguna manera, la historia que se va completando cada martes a través de las mismas tiene alguna conexión con ella. Empeñada en comprender la verdad comienza a indagar, para intentar encontrar a ese tal Louis y desvelar quienes son realmente sus protagonistas.

El confidente es una obra curiosa, audaz que consigue atrapar al lector desde sus primeras páginas disfrazando con una prosa sencilla y fluida, un argumento complejo, cuidado y con una dosis de intriga que impide que nos alejemos mucho de la novela. Además por su extensión prácticamente se lee del tirón.

Puede parecer que la protagonista de la novela sea Camille aunque este personaje además de desempeñar su papel también resulta un vehículo para que el lector llegue a la historia que protagonizan Annie y Elisabeth, dos mujeres cuya relación comienza con una sincera amistad pero que terminan luchando por el amor de un mismo hombre y una misma  hija en un escenario francés ocupado por los alemanes.

La historia tiene dos tiempos narrativos. Uno es la actualidad de la novela, correspondiente al año 1975, donde vive Camille y el pasado, donde se despliega casi todo el grueso de la historia, protagonizado por Annie, los señores M. y Louis, que se desarrolla entre la década de 1930 a 1940 . Un aspecto interesante en la novela es que está narrada siempre en primera persona pero a través de las distintas voces de sus personajes, lo que hace que tengamos la visión particular de cada uno de ellos en la historia. Las verdades y mentiras quedan diluidas por la subjetividad con la cual cada uno nos cuenta los mismos hechos con distintas percepciones y matices. Pero no se trata solamente de una misma historia narrada desde puntos de vista distintos porque la autora de forma magistral va solapando los hechos de sus personajes siguiendo un mismo hilo pero sin repetir acontecimientos en la narración y aportando novedades con cada personaje.

Si en principio es Louis el que comienza contando su infancia con Annie en un pequeño pueblo de la campiña francesa y como se enamoró de ella, poco después una pareja se instala en el pueblo y la mujer comienza a tener una relación de amistad con Annie que no sólo la separará de Louis sino que cambiará su vida por completo. Junto a ellos deberá enfrentarse a una encrucijada moral y desprenderse de aquello que más quiere en el mundo. Ocurren una serie de hechos que darán lugar a una espiral de desesperación en sus personajes que se dirigen de forma inevitable a la fatalidad. Y para contar todo esto Louis cederá la voz en primer lugar a Annie que desde su punto de vista y con sus propias apreciaciones personales nos cuenta su experiencia para que luego en segundo lugar sea Elisabeth, la señora M., quien exponga lo vivido por ambas.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención es la gran profundidad y complejidad psicológica que alcanzan sus personajes, todos están construidos con increíble credibilidad, con multitud de matices y con cierta dualidad en su actos. Ambas mujeres, Annie y Elisabeth, provocaban sentimientos encontrados en el lector, de forma que a través de sus distintos relatos conocemos como se vieron arrastradas por las circunstancias, los momentos en que sufrieron pero también su parte de culpa, provocando al mismo tiempo en el lector el rechazo pero también lástima. Y no es que cada uno de los relatos de las mujeres cambien la historia pero si nuestra percepción de ellas, al comprender sus motivaciones, sus sentimientos y sobre todo, ofreciéndonos explicaciones a sus actos, que pueden ser crueles pero que tienen un origen que comprenderemos a la perfección. Además la autora consigue crear en torno a sus personajes de forma gradual y a través de un complicado juego psicológico una atmosfera opresiva de tal forma que hay momentos durísimos en la historia.

Annie es una joven algo huraña pero también generosa cuya principal afición es la pintura. Un personaje que evoluciona muchísimo a lo largo de la historia y que de forma precoz tendrá que abandonar la infancia para darse de bruces con la realidad. En cambio Elisabeth, la señora M., tiene algunos años más que ella y siente un gran vacío en su vida porque a pesar de todos sus intentos no es capaz de concebir hijos. Obsesionada con la maternidad y conservar a su esposo será capaz de maquinar de forma fría y calculadora un plan descabellado.

Como trasfondo histórico encontramos en la novela los comienzos de la II Guerra Mundial y la ocupación alemana en París que jugarán un papel fundamental en la novela y permitirán ciertas licencias a sus personajes. No vamos a encontrar en esta novela muchos datos alrededor del conflicto histórico sino que más  bien es relegado a un segundo plano mostrándonos algunas pinceladas de como se vivió la época por sus habitantes.


La autora nos narra la novela con un estilo sencillo, ameno y cercano al lector, centrándose en los sentimientos de los personajes y aunque consigue una buena ambientación prescinde de los detalles concretos en cuanto a escenarios u otros elementos que pueden distraer de la historia principal. Esto imprime agilidad a la lectura y junto a un ritmo generoso que no decae en ningún momento y una tensión creciente la novela es altamente adictiva. La narración está salpicada de detalles exquisitos, frases muy sugerentes y dotadas de mucha sensibilidad e ideas ingeniosas.

La estructura de la novela no tiene una división en capítulos propiamente dicha. Se desarrolla de forma continua a través de fragmentos narrativos en los que aprovecha para cambiar el narrador de la historia y la época en que se desarrolla. A pesar de ello no existe ninguna complicación para seguirla.
Dos temas muy presentes en la novela son la maternidad y el amor obsesivo. ¿Qué está dispuesto uno a sacrificar para conservar el amor ? ¿Qué ocurre cuando lo hemos dado todo pero no ha sido suficiente?

“No son los demás quienes nos infligen las peores decepciones, sino el choque entre la realidad y los arrebatos de nuestra imaginación”

“El amor es una principio misterioso, el desamor, lo es aún más; se puede llegar a saber por qué se ama, pero nunca realmente porque se deja de amar.”

¿Cuál es el precio máximo que se puede pagar para ser madre? ¿Dónde se deben poner los límites? El confidente es un excelente retrato de la naturaleza humana, de las obsesiones y los deseos frustrados.

Conclusión

En mi opinión El confidente es un buena novela de personajes que reúne intriga, obsesiones, pasiones, secretos. Una historia que nos enseña que la verdad nunca es absoluta y que la mentira puede cambiar la percepción ajena. Una trama inteligente con un desarrollo sorprendente que inquieta e intriga y un final que nos deja tan sorprendidos como emocionados.

martes, 29 de octubre de 2013

No me llames princesa - Connie Jet



Título: No me llames princesa
Autora: Connie Jet
Publicación: Digital, octubre de 2013
Páginas: 93 (aproximación según lector)

Katia es una mujer moderna e independiente, diseñadora de ropa infantil y una apasionada de los tacones. Su vida es perfecta hasta que tiene la mala suerte de enamorarse del hombre equivocado, su jefe, quien le hace perder la cabeza y también el trabajo.

Con la autoestima por los suelos decide tomarse un año sabático, reinventándose en una mujer dispuesta a todo, y aunque sus decisiones no serán del todo acertadas, el destino le brindará una nueva oportunidad... ¿Volverá a confiar en el amor?

Mi experiencia con la novela

A un mismo lector no siempre le apetecen las mismas lecturas por mucho que le entusiasmen ciertos géneros. En ocasiones está bien tener en casa títulos que nos entretengan sin más, que nos hagan relajar la mente y nos hagan pasar un buen rato con una lectura amena por la que pasar sin complicaciones y sin ningún esfuerzo.

En este sentido No me llames princesa es una novela corta, amena y entretenida cuyas páginas van pasando sin que te des cuenta. No hay mucha profundidad en la historia, sus personajes tampoco presentan ninguna complicación psicológica y el argumento es sencillo y lineal.

Connie Jet es el nombre de su autora, una periodista argentina que  ha comenzado a hacer sus primeros trabajos literarios dentro del género Chick lit. No me llames princesa es su segunda publicación.

Aunque me gusta el Chick-lit y comprendo cuáles son sus características creo que no está todo dicho en el género y hay novelas que pueden sorprenderte todavía. En No me llames princesa encontramos todos los estereotipos del género (protagonista femenina cercana a la treintena, preocupaciones románticas, punto de vista humorístico…) sin haber ningún aspecto que la distinga de otras. Creo que el saber que nos vamos a encontrar ayuda a disfrutarla en mayor o menor medida.

La protagonista de la historia es Katia, una mujer moderna y actual que está a punto de cumplir los treinta años. Trabaja como diseñadora de ropa infantil para una reconocida marca francesa y le chiflan los zapatos de  tacón.

Desde hace tres años tiene un medio novio, como dice ella, llamado Mat. Un hombre que se ve obligada a compartir con otra mujer ya que Mat tiene una novia a la que él mismo dice no querer. Para colmo ambos también son compañeros de trabajo. Mat es el director de marketing de la empresa y su novia es la hija del jefe, una mujer rica y con mucho estilo.

Cansada de la situación y de darle ultimátum de forma continua parece que por fin todo va a cambiar. Mat y ella han decidido abandonar la empresa para la que trabajan, olvidarse de todo y darse una oportunidad como una pareja real.

Pero cuando Katia se encuentra fuera de la empresa tras dimitir en su puesto de trabajo, Mat no responde como habían acordado y se encuentra sola, sin empleo y sin saber qué rumbo tomar en su vida. Así que decide liarse la manta a la cabeza y lanzarse a vivir nuevas experiencias que le hagan disfrutar cada momento.

Dado que la extensión de la novela es muy breve (no llega a las cien páginas en el lector) la autora no tiene la oportunidad de profundizar tanto en los personajes como en la historia en sí y este considero que es una de sus principales limitaciones. El argumento es muy sencillo y lineal y se sustenta en la idea de cómo evoluciona Katia ante los reveses que sufre, sobre todo en el plano sentimental.  Dicha evolución no está marcada por un cambio profundo en su forma de ser o concebir el mundo sino más bien en una aptitud ante la vida. Ella es una mujer actual e independiente que decide vivir de un modo distinto al que lo ha hecho hasta el momento atreviéndose a realizar y experimentar algunas cosas que antes ni se le habían ocurrido.  La trama se centra en un momento determinado de la vida de la protagonista de forma que al final la novela transcurre mientras se van sucediendo una serie de situaciones que pretenden ser más o menos divertidas o alocadas siempre tratadas, dentro de lo que cabe, desde un punto de vista realista.

Un aspecto que considero menos positivo es que los primeros capítulos suceden de forma algo brusca. En ellos hay cortes demasiado pronunciados en el tiempo dejando vacíos que se podrían haber aprovechado para acercarnos más a su protagonista la cual a pesar de que nos va narrando en primera persona y conocemos algunos de sus sentimientos no llegamos a comprenderla del todo.

Cuestionándome si la novela me ha gustado o no me inclino a pensar que me ha entretenido, que he pasado un buen momento pero que tampoco me ha dejado algún residuo y sé que dentro de unos meses tendré una imagen bastante difusa de ella. De los personajes me llevo muy poco, no he llegado a conocer realmente a ninguno de ellos. Katia podría haber dado más juego ya que aún siendo un personaje fresco y simpático no llegamos a hacernos completamente con él en parte porque no he podido comprender muy bien las razones que tiene para actuar del modo en que lo hace.

La novela escrita en primera persona por Katia, su protagonista, está narrada con un lenguaje sencillo, ameno y coloquial basado en el humor y con ciertos toques de ironía. Esto junto a una estructura en capítulos cortos  (que son un total de veintisiete) y la amplia presencia de diálogos hacen que su lectura sea cuestión de un par de horas a lo sumo dependiendo de la velocidad del lector.

Conclusión

No me llames princesa me ha pareció un libro fresco, entretenido pero al cual no le puede sacar mucho jugo. Proporciona un rato de entretenimiento sin más aspiraciones orientado a aquellos lectores asiduos del género chik lit.


lunes, 28 de octubre de 2013

El don de Ana - Cecilia Samartin



Título: El don de Ana
Autora: Cecilia Samartin
Publicación: Martínez Roca, octubre de 2013
Páginas: 411

Querido lector:

Aunque estas líneas suelen utilizarse para adentrar a las personas en una novela, en esta ocasión creemos que no existen palabras suficientes para poder explicar las emociones y los sentimientos que esta obra va a transmitirte. Creemos, además, que desvelar plenamente su contenido dejaría muchos cabos sueltos, pues este relato tiene la capacidad de llegar al corazón de las personas por muy diferentes motivos.
Sin embargo, si decides sumergirte en su lectura, debes saber que esta es la historia —que bien podría haber sido real— de Ana, una niña que sobrevivió a la guerra y cuyo corazón herido la alejó del mundo durante mucho tiempo. Una niña que tuvo la oportunidad de pertenecer a una de las familias más ricas de California y de formar parte de sus vidas para siempre…

Una novela increíblemente intensa y sentimental que nos hará apreciar la delicadeza de las pequeñas cosas

Mi experiencia con la novela

No hace mucho que os hablé de La abuela Lola, una novela que me pareció deliciosa, emotiva, tierna y cálida. Por esto en cuanto tuve en mis manos El don de Ana, la nueva publicación de Cecilia Samartin comencé su lectura casi de forma inmediata. En su sinopsis no nos ofrecen mucha información y acudí al libro sin saber exactamente lo que me iba a encontrar. Yo si os voy a contar un poco de qué va porque creo que su argumento os puede ayudar a decidir si esta puede ser una lectura adecuada para vosotros.

En líneas generales me gustaría decir que entre las páginas de El don de Ana he vuelto a encontrar un relato cálido y emotivo que se caracteriza por su sencillez pero con personajes capaces de conquistar nuevamente nuestro corazón. Una historia cargada de sentimientos, injusticias del destino y dotada de gran sensibilidad.

La trama de la novela se desarrolla a través de dos líneas argumentales situadas en dos planos temporales distintos y los que me conocéis ya sabéis que tengo debilidad por las historias de este tipo. La primera línea argumental  comienza en el presente cuando Ana, la protagonista de la historia, recibe una noticia terrible y descorazonadora. Debido a una enfermedad incurable a la persona a la que ama le queda simplemente un hilo de vida y el desenlace final podría ocurrir en cualquier momento.

Mientras Ana cuida, mima y permanece al lado de Adam todo el tiempo posible su memoria viaja hacia su niñez para hacer un recorrido por lo que ha sido su vida hasta ese momento, evaluando cómo y porqué se encuentra donde está. Es de esta forma como la autora introduce la segunda línea argumental que nos narra como Ana nació en un pequeño pueblo de El Salvador (América Central) donde vivía en una cabaña sin luz ni agua corriente junto a su madre, su tía Juana y sus cuatro primos. Su padre siempre fue una figura desconocida para ella aunque su madre le inculcó que estaban mejor sin él.

Con la declaración de la guerra la Guardia Nacional arrasa el pueblo y provoca una matanza en la que mueren muchas personas, entre ellas toda la familia de Ana quien milagrosamente consigue salvar su vida. Sola en el mundo acaba en un orfanato conviviendo junto a niños que se encontraban en una situación similar hasta viajar a California y establecerse en un convento de monjas carmelitas donde Ana encuentra toda la paz que su corazón necesita. Ella está convencida de la llamada de Dios y lo único que desea es por fin tomar los hábitos, pero la madre superiora, consciente de que Ana no sabe como es el mundo exterior le encuentra un puesto como niñera en una acaudalada familia para que experimente sobre su propia fe y decida cuál es el camino a seguir. En casa de los Trellis, Ana encontrará una vida que nunca había imaginado.

A pesar de lo que pudiese parecer porque toca temas muy delicados, la historia no es un drama lacrimógeno en el que tirar de pañuelos. Es una historia triste con momentos duros pero también otros simpáticos o algunos que dan lugar a la ternura, el amor y la esperanza. Es una historia que nos habla de la pureza del corazón, del sacrificio de uno mismo otorgando mayor valor a los demás, de las relaciones familiares, la importancia de las segundas oportunidades  y los problemas que los secretos pueden 
acarrear.

En cuanto a los personajes sus figuras están bien distinguidas unas de otras, sus caracteres bien formados aunque no tengan gran complejidad psicológica. Y además algunos de ellos presentan una marcada evolución a lo largo de la novela.

La protagonista central de la novela es Ana, un personaje bondadoso, sólido y bien definido ya que en cada momento es coherente con las premisas sobre las que se construye. De niña huérfana pasa a ser una joven humilde, generosa y temerosa que no conoce el mundo y termina por convertirse en una mujer que por fin libera su corazón y se atreve a amar. Una mujer que indaga en su vida y navega por sus recuerdos siempre con la figura de su madre muy presente que en ocasiones es una especie de guía espiritual.

Aunque hay una protagonista alrededor de la cual gira la historia el resto de los personajes ocupan un lugar destacado y transcendental en el transcurso de la historia. Desde la familia Trellis, para la cual comienza a trabajar Ana, hasta la hermana Josepha, uno de sus principales apoyos morales. Todos ellos se dibujan como personajes muy humanos con sus carencias y debilidades, sus motivaciones o su forma de actuar que no siempre es la adecuada pero en cierto modo comprensible al lector. Algunos de ellos incluso intentan cambiar y por sus propias faltas ni siquiera lo consiguen.

Al igual que en La abuela Lola, Cecilia Samartin utiliza una prosa cercana, sencilla y directa en la que no hay demasiados adornos ni florituras pero resulta tremendamente cálida y acogedora. Una novela que se lee con mucha facilidad por su estilo ágil y fluido y dotada del tal sensibilidad que su relato te envuelve entre sus páginas y resulta difícil dejarla a un lado. Aunque si es verdad que en esta historia su autora no se detiene demasiado en detalles para narrarnos los primeros años de vida de Ana y decelera el ritmo cuando llega a casa de los Trellis sin llegar a resultar tediosa ni aburrida en ningún momento. La historia cuenta con dos voces  narrativas. Será a cargo de una tercera persona como nos llegue la historia en presente para utilizar una primera persona, la voz de Ana, la que nos relate el pasado de forma que nos acerca mucho a este personaje y nos ayuda a comprender como vivió ella todo lo que le pasó.

La novela se estructura en veintidós capítulos de extensión media los cuales comienzan con una introducción que nos habla del tiempo presente para después comenzar a relatarnos en el mismo los recuerdos del pasado de Ana. Ambas partes de diferencian a través de una separación indicada con un asterisco. Si al principio de la novela las partes están muy diferencias en el tiempo, contando con mayor peso la trama que nos narra el pasado y constituyendo el corazón de la novela -no sólo por su mayor extensión sino porque soporta toda la acción- a medida que la historia avanza se van fusionando para desenlazar en una única línea argumental que nos ofrece una visión completa de la historia.

Al igual que hizo en La abuela Lola, Cecilia Samartin introduce un toque de magia en una historia que destaca por su realismo. A mi particularmente me gusta mucho porque aporta un toque especial a la historia aunque sé que hay muchos de vosotros  a los que este tipo de elementos no os suelen gustar pero yo creo que tampoco os van a molestar en su lectura.  

Conclusión

Cecilia Samartin me ha vuelto a conquistar con El don de Ana. Una novela sentimental que nos enseña a aprovechar cada una de las oportunidades que se nos presentan en nuestra vida sin temer a sus consecuencias porque quizás cuando nos demos cuenta puede ser demasiado tarde. Una lectura cálida y envolvente que me ha hecho disfrutar de principio a fin. 



viernes, 25 de octubre de 2013

Sinfonía de silencios - Lidia Herbada



Título: Sinfonía de silencios
Autora: Lidia Herbada
Publicación: Digital (Amazon)
Páginas: 159 (aproximación según lector)

Sinfonía de Silencios es una mirada al pasado, un flashback a los años 90, una historia de amor entre un pianista y su alumna, envuelto en Nocturno Póstumo de Chopin, en sueños bañados en chocolate y Licor 43. Rebobina el cassette de tu adolescencia para recordar los años en los que soñamos, vagamos entre la niñez y la madurez, en la que recordar un primer beso, y el primer amor queda marcado en ti para siempre.

Mi experiencia con la novela

Seguro que a muchos ya os suena el nombre de Lidia Herbada, una autora autopublicada en Amazon con los títulos Ácido Fólico y 39 cafés y un desayuno junto a Sinfonía de silencios, una novela de la cual se pueden leer reseñas muy positivas en la red.

A mí, sin embargo, Sinfonía de silencios es una novela que me ha provocado sentimientos encontrados. Por un lado su lectura me ha gustado y me ha hecho disfrutar con algunos de sus aspectos pero por otro siento que no he sabido sacarle punta a su argumento.

La historia se desarrolla en el año 1992. Laura es una adolescente que estudia tercero BUP por tradición familiar en un colegio de monjas femenino de rígidas imposiciones . Proviene de una familia desestructurada, de padres divorciados y ausentes que no han sabido dedicarle la atención ni el cariño necesario. Aunque como cualquier chica de su edad disfruta de la compañía de dos de sus amigos, Berta y Néstor, ella se siente diferente y sabe que sus intereses van más allá de aquellos propios de su edad.

Laura siempre ha amado la música pero cuando un nuevo profesor de música, Marcos, se incorpora a la plantilla del instituto comenzará a florecer como mujer y se verá arrollada por la experiencia única de vivir el primer amor envuelta en las notas del Nocturno Póstumo de Chopin.

La novela tiene dos partes bien diferenciadas. Si en la primera de ellas acompañamos a Laura en su adolescencia y vivimos junto a ella algunas de sus primeras experiencias que darán paso a la edad adulta en la segunda parte nos encontramos con una mujer hecha y derecha. Laura se ha casado con uno de sus amigos de la infancia, es madre de familia con todas las obligaciones que ello conlleva y se enfrenta al día a día con la sensación de que algo ha perdido en su vida, de que en su adolescencia dejó algo atrás que aún sigue removiendo su corazón. Se siente atrapada en la rutina y no puede olvidar su primer amor.

Una de las cosas que me ha impedido conectar con la historia es que su primera parte me ha parecido demasiado lenta y en la que concurre muy poca acción. Realmente sólo somos testigos de cómo Laura está enamorada de su profesor enfocado más bien hacia una relación platónica donde ninguno de ellos dará un primer paso. La segunda parte considero, y me ha entretenido más, mucho más realista y con mayor profundidad. Ambas partes no tienen la misma extensión en la novela siendo de mayor longitud la primera parte por lo que la trama en la generalidad de la novela me ha parecido un poco floja.

Si en la primera parte nos habla de los sueños y esperanzas que se van construyendo en la adolescencia en la segunda parte nos habla de la realidad.  De la diferencia entre lo soñado y lo vivido, de las metas nunca alcanzadas y la frustración que ello puede crear.

Pero el aspecto por el que si he disfrutado de esta lectura es por la nostalgia que la imprime y los recuerdos de la adolescencia que trae. Todos nosotros hemos pasado por esa etapa tan complicada en que comenzamos a descubrir el mundo real y a situarnos nosotros mismos en él. El primer amor, el primer beso, las primeras experiencias, los primeros besos, los primeros cigarros pero también el primer desengaño y la primera separación. Una etapa en la vida que cada uno atesoramos de forma distinta en nuestra memoria y que la autora ha reflejado con acierto y realismo en la novela. Me ha gustado recordar las dedicatorias en las carpetas, los corazones con nombres y flechas, el entrar en una discoteca a pesar de no cumplir con la edad mínima o el hacer pellas en clase.

Otro aspecto que me ha encantado en la novela es la ambientación temporal que la autora propone y que te hace sentir muy bien al recordar. Además como Laura su protagonista, yo también viví mi adolescencia en la década de los noventa aunque algunos años más tarde que ella. Y me ha invadido la nostalgia al rememorar las cintas de casette que rebobinábamos con el bolígrafo marca Bic, la colonia Don Algodón que a día de hoy sigue en mi casa, las canciones que en ese momento escuchábamos, los actores que estaban de moda, las series que veíamos en la tele o  incluso en pelo cardado e impregnado de laca con el que todas salíamos a la calle.

Al hilo de toda la historia la música está muy presente y sobre todo el Nocturno Póstumo de Chopin que acompaña a la protagonista en cada momento y le hace vivir situaciones especiales. También hay referencias a la música de moda en aquella época como Madona o Glen Medeiros. Si la música ocupa un lugar excepcional en la novela paradójicamente también lo hace el silencio que a veces puede tener más significado que cualquier otra forma de comunicación.

El estilo de Lidia Herbada me ha parecido cuidado, detallista, con cierto lirismo y evocador en la primera parte y fresco, práctico y directo en la segunda. Con algunas frases muy sugerentes y  con mucho tacto a la hora de narrar.  La voz narrativa es una tercera persona centrada en Laura sobre todo en hacernos partícipes de sus pensamientos y sentimientos en cada momento.

Conclusión

Sinfonía de silencios es una novela que me parece agradable, sencilla, evocadora pero a la cual le falta algo y el ritmo tan lento no le favorece demasiado aunque le hace ganar mucho en ambientación. Una novela que nos habla de la nostalgia de la adolescencia y la realidad de la vida adulta, que nos recuerda aquello con lo que soñábamos y que hemos ido dejando en el camino.