Título: El ruido y la furia
Autor: William Faulkner
Publicación: Alianza Editorial, 2013 (original 1929)
Páginas: 391
Novela clave en la
obra de William Faulkner (1897-1962), ya que en ella consolidó el que habría de
ser su mundo narrativo, “El ruido y la furia” (1929) –título que evoca los
célebres versos de “Macbeth”– se articula en torno a los monólogos interiores
de los hermanos Compson: Benjy, el idiota; el sensible Quentin, atormentado por
el incestuoso amor que siente hacia su hermana Caddy, y el inescrupuloso Jason.
La trágica historia que Faulkner va urdiendo con genial maestría en torno a los
miembros de una antigua familia hacendada del Sur, desvela con una fuerza
expresiva inusual la lenta e implacable corrosión del tiempo, así como el
desvanecimiento y la perversión del intangible paraíso de la infancia.
Mi experiencia con la novela
William Faulkner actualmente
está considerado como uno de los escritores más relevantes e influyentes de la
literatura del siglo XX. Su estilo ha sembrado escuela en multitud de autores
posteriores. El ruido y la furia,
cuyo título inicial fue El sonido y la
furia, fue publicada por primera vez en 1929 y es su obra más excepcional, la más
representativa de su carrera y la mejor considerada.
No os voy a engañar, su
lectura no ha sido fácil, quizás en sus primeras páginas incluso he estado
tentada de abandonarlo pero poco a poco me he sumergido en una narración compleja
pero en la que he encontrado multitud de elementos interesantes en su
construcción. Bajo mi punto de vista uno de los puntos más atrayentes es la
elaborada construcción de los personajes junto al tratamiento del tiempo que
Faulkner realiza en la novela, tampoco exento de cierta complejidad.
En esta historia se nos
presenta a los Compson, una familia tradicional del sur de Estados Unidos en
los primeros treinta años del siglo XX ubicados en el estado imaginario de Yoknapatwpha (que
representa a Missisipi). Se trata de una familia disfuncional a la que le ha
tocado vivir grandes tragedias por lo que sus miembros se relacionan a través
de complicadas relaciones cargadas de negatividad y reproches. Es como si cada
uno de ellos estuviese y ocupase un lugar equivocado.
La historia se estructura a través de cuatro
grandes capítulos narrados en primera persona por tres de sus personajes y un último
capítulo que se torna a la tercera persona pero enfocado hacia el personaje de
Disley, criada negra de la familia.
El primer capítulo –situado el 7 abril de
1928 - está narrado por Benji y comienza el día en que cumple 33 años de edad.
Es el hijo menor y padece un retraso mental que avergüenza y castiga a toda la
familia. Recluido en casa generalmente
son los criados negros quien se ocupan de él. Esta es sin duda la parte más
compleja de la novela que incluso resulta confusa en ciertos momentos. A pesar
de ello se percibe claramente la visión limitada de un personaje que no lo
comprende todo. Benji presenta problemas para comunicarse y cuando percibe una
situación tensa o comprometida reacciona llorando y berreando, es la única
forma que tiene de expresar sus sentimientos. Oímos sus pensamientos, sus
recuerdos y todas las cosas que provocan ruido en su cabeza. Es a través de las situaciones vividas y estos
recuerdos inconexos asociados a ellas que vamos obteniendo una primera visión
respecto a la familia que nos va concretando a cada uno de sus personajes. Las relaciones que los definen y
como todos ellos están marcados por la carga que representa Benji, salvo Caddy,
la única persona que le trata con cariño y se preocupa realmente por él.
El segundo narrador es Quentin, el hermano
mayor, que en el año 1910 se encuentra en la universidad de Harvard y está a punto de abandonar su estudios. Es uno de
los personajes más complejos y atormentado por una pesada carga moral. Prácticamente
está obsesionado con su hermana Caddy, a quien ama profundamente, pero no en el
aspecto carnal, aunque él mismo duda si comete incesto, sino que el origen de
esa obsesión es que ella, una mujer de ideas liberales y laxitud moral, no
pierda el honor y se mantenga intacta y virgen. Cuando Caddy se casa para
Quentin su vida se torna tan angustiosa que se dirige inexorablemente hacia la
tragedia absoluta.
La tercera voz narrativa es la Jason en el
que recae la responsabilidad familiar. Debe trabajar para mantenerlos a todos
una vez muerto el padre de familia y se siente encorsetado y explotado porque
le gustaría explorar ciertas opciones que no ha tenido y que se ve impedido por
la situación familiar. Es egoísta, malicioso y vuelca constantemente su rabia
contra la familia, la única forma de sacar el resentimiento que le provoca
sentir que la culpa de su males la tienen ellos. Una madre angustiada a quien
manipula constantemente, un molesto hermano deficiente que no es más que una
carga, y una hermana a quien odia pero a cuya hija debe mantener. Finalmente
Jason decide para todos un futuro en el que él se libra de todas las
complicaciones.
El último capítulo es el único que tiene la
voz narrativa en tercera persona pero está centrado en la criada negra Dilsey. Una
mujer a la que consideran una más de la familia pero que desde su posición no
se atreve a opinar a pesar de reprobar casi todo lo que ve en la familia. Es
quizás el personaje más humano de la novela.
A los padres los iremos conociendo a través
de las narraciones de los diversos personajes. Caroline, la madre vive atormentada
por la realidad que le ha tocado vivir, por las apariencias que no puede
guardar y que le avergüenzan profundamente, además es hipocondríaca y está constantemente
enferma. Jason, padre de familia, tiene problemas con el alcohol y es una
figura prácticamente ausente.
La prosa de Faulkner no es un camino de
rosas, sobre todo al principio. Está narrada con un estilo intrincado,
laborioso, técnicamente complejo en cuanto a recursos y técnicas narrativas que
se va relajando a medida que avanzamos en la novela. La narración se conforma a
partir de grandes monólogos interiores mezclados con diálogos secos, bruscos,
rápidos que con pocas palabras tienen la capacidad de decir mucho.
Tras finalizar la novela, el propio autor en
un apéndice nos revela algunos datos que han podido pasar desapercibidos por el
lector a la vez que se puede tomar como una guía para situar en el espacio y
tiempo todos los hechos narrados en la novela. Quizás Faulker consciente de la
dificultad que entraña al lector quiso ayudarle proporcionándole una valiosa
información a la par que algunos datos nuevos sobre los antepasados de la
familia.
Si es verdad que al principio, en el primer
capítulo, el lector entiende poco o muy poco, todo va cobrando sentido poco a
poco y a través de los diferentes ojos de sus protagonistas de forma que al
final y casi sin que nos demos cuenta se forma en nuestra mente un retrato
bastante definido de esta familia. El tratamiento del tiempo que realiza
Faulkner en esta novela no es lineal. Los personajes saltan entre sus recuerdos
de forma arbitraria, sin seguir un orden y sin poner al lector antecedentes ni
avisar de alguna manera.
Faulkner está muy lejos de presentar esta
historia de forma obvia, juega con los personajes y situaciones constantemente
llegando incluso a ser ambiguo en algunas situaciones y dejando que el lector
asuma su parta. La decadencia de la familia no sólo económica sino moral, la
obligación, el honor, la renuncia a los sueños, las dificultosas relaciones humanas
en sus distintas variantes desde el amor, la lealtad hasta la envidia y el
rencor, el racismo entre otros algunos de los temas que se tocan en esta novela
tan rica en matices.
El título procede de una soliloquio de la
obra Macbeth (Acto 5, Escena 5) de Shakespeare en el que dice:
“La vida es una sombra… Un cuento contado
por un idiota lleno de ruido y furia y que nada significa”.
Conclusión
El ruido y la furia no es una novela simple ni fácil, no es historia
que uno puede leer de forma relajada y quizás sea mejor ir con la mente abierta
y despejada. Si uno finalmente decide adentrarse en la maravillosa aventura que
Faulkner nos propone no sólo encontrará una historia riquísima en personajes y
sus perspectivas sino también una forma extraordinaria de examinar las
complejas relaciones de una familia disfuncional con cierto tono crítico.
A pesar de haber intentado contar lo mínimo
sobre esta novela para no estropear posibles lecturas me quedo con la sensación
de que podría estar hablando durante horas del contenido de esta novela y que
en esta ocasión sólo he tocado la superficie.