Título: Corazón blanco, corazón negro
Autor: Jonathan Odell
Publicación: Grijalbo, abril de 2012
Páginas: 400
Mississippi, 1847. La niña Granada nació para ser
una esclava más en la plantación Satterfield y deslomarse trabajando en los
campos de algodón, pero el destino la sacó de las míseras barracas y la llevó a
la casa grande para convertirse en la muñeca que un ama desquiciada viste con
la ropa de su hija muerta.
Pero esa vida cómoda, alejada de los orígenes, termina de repente con la llegada de la curandera Polly Shine, quien escoge a la pequeña como ayudante. Negra y vieja, sabia y deslenguada, el amo accede a las exigencias de Polly porque sabe que es la única capaz de curara los esclavos enfermos y de asistir a los partos. Pero lo que el señor Satterfield desconoce es que la curandera pretende hacer algo más que sanar esos cuerpos maltratados: quiere devolver el orgullo y la dignidad a esos corazones maltrechos? Empezando por el de Granada, la niña negra que ha olvidado de qué color tiene la piel.
En esta emotiva novela, Jonathan Odell nos cuenta el horror de una época en la que las injusticias se marcaban a fuego, pero también nos muestra que a veces las cadenas más difíciles de romper no son las que atan nuestros cuerpos sino otras, mucho más duras e invisibles; las que nos oprimen el alma.
Pero esa vida cómoda, alejada de los orígenes, termina de repente con la llegada de la curandera Polly Shine, quien escoge a la pequeña como ayudante. Negra y vieja, sabia y deslenguada, el amo accede a las exigencias de Polly porque sabe que es la única capaz de curara los esclavos enfermos y de asistir a los partos. Pero lo que el señor Satterfield desconoce es que la curandera pretende hacer algo más que sanar esos cuerpos maltratados: quiere devolver el orgullo y la dignidad a esos corazones maltrechos? Empezando por el de Granada, la niña negra que ha olvidado de qué color tiene la piel.
En esta emotiva novela, Jonathan Odell nos cuenta el horror de una época en la que las injusticias se marcaban a fuego, pero también nos muestra que a veces las cadenas más difíciles de romper no son las que atan nuestros cuerpos sino otras, mucho más duras e invisibles; las que nos oprimen el alma.
Mi experiencia con la novela
Esta novela
me llamó mucho la atención cuando la encontré casualmente en una librería. No
es ninguna novedad por lo que no ocupaba un lugar destacado ni a la vista pero
a mí el tema de la esclavitud siempre me ha llamado mucho la atención. Aún así
no las tenía todas conmigo pues el tema no representa a estas alturas ninguna
novedad. Existen otras muchas novelas que lo tratan y de formas muy distintas.
Pero la
realidad es que Corazón blanco, corazón
negro ha logrado sorprenderme de forma muy agradable porque su autor ha
sido capaz de imprimirle cierta originalidad sin renunciar a la construcción de
una obra que toca los puntos fuertes en torno al tema de la esclavitud.
Podría
decirse que esta novela se desarrolla a través de dos tramas temporales aunque
realmente una de ellas no tiene demasiada trascendencia hasta llegar al final
de la novela en donde se ve el punto al que el autor ha querido llegar introduciéndola.
El punto de
partida está situado en el año 1933 cuando a Gran Gran, una anciana curandera,
le dejan bajo custodia a una niña de doce años llamada Violet que acaba de
perder a su madre. Para la niña ha supuesto un hecho traumático y es incapaz de
reaccionar ante cualquier estímulo. Con el fin de ganarse su confianza Gran
Gran comienza a contarle como ha sido su vida.
Esta
narración es la que da lugar a la línea argumental que realmente da vida y
constituye el corazón de la novela. La anciana había nacido en 1847 en una
plantación de algodón donde sus padres formaban parte de los esclavos obligados
a trabajar en ella. Con poco tiempo de edad la niña fue separada de su madre y
a petición de la señora de la plantación -que había perdido recientemente a su
hija por la enfermedad del cólera y para de alguna forma sustituirla- Granada
es criada en la mansión alejada de sus verdaderos progenitores.
Y es así
como Granada, a pesar del oscuro color de su piel, comparte su vida junto a los
señores blancos, recibiendo los mismos alimentos que ellos y adornándose con
los maravillosos vestidos y lazos que llevaba en vida la hija de la señora. De
esta forma Granada se siente una niña blanca encerrada en el cuerpo de una
esclava negra. Pero todos estos privilegios se terminan cuando llega a la plantación
una extraña mujer llamada Polly Shine, de quien dicen ser capaz de hacer magia
negra, y tras ver en la joven un don la elige para transmitirle todos sus
conocimientos e incluso ocupar su lugar en su futuro. Aunque a Granada no le
interesa nada de esto, ella sólo quiere permanecer junto a los blancos.
Uno de los
puntos a destacar en la novela es la compleja construcción de los personajes
que quizás no estén configurados para cumplir los deseos del lector pero que
sin duda resultan figuras fuertes, enérgicas y con mucha profundidad y
complejidad psicológica. Entre todos los que aparecen en la historia destacan
dos, uno es la joven Granada y otro la vieja curandera Polly Shine, dos
personajes antagónicos que simbolizan cosas muy distintas. Granada es un niña
con problemas de identidad que es incapaz de reconocer su lugar en el mundo.
Tan sólo es una esclava moldeada según los caprichos de una mujer blanca que ha
perdido toda la razón. En su confusión a Granada no le importa el color de la
piel, ni siquiera quien fue su verdadera madre sino el puesto que ocupaba en la
mansión y los privilegios que conlleva. Incluso se atreve a despreciar a los que
son esclavos como ella pero están destinados a trabajar en el campo. Es un
personaje que al cerrar el libro somos capaces de ver la gran evolución que ha
sufrido de forma que poco tiene que ver la anciana que nos cuenta la historia
con la niña que se vestía con trajes de seda.
Polly Shine
es un personaje realmente interesante. Una anciana curandera y partera con un
gran poder psíquico que representa la libertad deseada por los esclavos negros.
Es una esclava comprada para sanar a trabajadores de la plantación pero que irá
inculcando sus ideas en ellos mientras ejerce un magnetismo evidente sobre
ellos. A parte de abrirles los ojos y hacerles ver que también son personas que
pueden tener otra existencia desempeña otra labor, la de ayudar a Granada a
encontrar sus propias raíces, a reencontrarse y hacerle recordar quién es
realmente.
La novela
refleja a la perfección la vida y la rutina diaria de un plantación de algodón situada
en Mississippi a mediados del siglo XIX a pesar de que Jonathan Odell ha huido
de estereotipos, de situaciones repetidas hasta la saciedad y muy lejos de caer
en los tópicos habituales del tema. Además es capaz de imprimir cierto
sentimentalismo sin caer en la sensiblería. En Corazón blanco, Corazón negro se deja muy patente la diferencia
entre blancos y negros y sobre todo como debió de ser la existencia de estos
últimos tratados como animales, con una deficiente alimentación, duros castigos
que soportar o las precarias condiciones higiénicas en que vivían. Pero hubo
algún momento en que comenzaron a darse cuenta que también eran personas y que
podían aspirar a algo más.
Pero también
me ha gustado especialmente el papel que juega la mujer en la novela como
fuente de vida, capaz de perpetuar las raíces estableciendo un nexo entre las
distintas generaciones. Es duro el tema de la maternidad en las condiciones que
vivían las mujeres negras destinadas a parir hijos que nunca llegarían suyos y
que podían arrebatárselos en cualquier momento o simplemente consideradas como
meros objetos sexuales.
Otro punto a
destacar en la novela es el estilo narrativo del autor. Alejado de toda
simpleza se caracteriza por su gran fuerza y garra capaz de enganchar al lector
desde la primera página. Es un relato no exento de cierta emotividad donde
cobran fuerza los sentimientos de sus protagonistas pero aderezado incluso con
ciertos toques de ironía y sarcasmo a los que se suma un toque mágico muy bien
defendido en la novela. La novela sigue su curso a través de un narrador en
tercera persona desarrollándose a través de capítulos que intercalan de forma
arbitraria ambas líneas argumentales (que como ya os he dicho la trama pasada
ocupa una extensión mayor).
Quizás el
único punto débil de la novela es su desenlace final que creo que no era el más
adecuado no tanto por su contenido como por su forma. Muy cerca de las últimas páginas
el autor da un gran salto en el tiempo obviando muchos acontecimientos
transcurridos a los personajes y dejando al lector la sensación de que debería
haber completado más la historia y que hay ciertas cosas que hubiese sido
interesante conocer.
Conclusión
A pesar de
su precipitado final Corazón blanco,
corazón negro es una novela capaz de atraparte desde su comienzo. Con un
planteamiento original e inteligente Jonathan Odell demuestra que ciertos
temas, por muy manidos que estén, aún se pueden abordar explorando nuevos
caminos. Si os gustan las novelas con personajes brillantes, con un desarrollo
inteligente y una temática interesante esta no os va a defraudar.