Título: La casa de las miniaturas
Autora: Jessie Burton
Publicaciíon: Salamandra, mayo de 2015
Páginas: 448
Un día de otoño de
1686, una joven de dieciocho años llama a la puerta de una casa señorial en el
barrio más acomodado de Ámsterdam. Nella Oortman se ha trasladado del campo a
la ciudad para convivir con su marido, Johannes Brandt, un hombre maduro y
distinguido comerciante que habita en la mansión en compañía de su hermana
soltera y rodeado de fieles servidores. Como regalo de boda, Johannes obsequia
a su flamante esposa un objeto muy de moda entre la gente pudiente de la época:
una réplica de su propia casa en miniatura, que Nella deberá poblar con las
figuras creadas por una desconocida miniaturista que ha encontrado por azar. Sin
embargo, poco a poco, el amable pasatiempo se irá transformando en la clave de
una serie de inquietantes revelaciones que conducirán a Nella a desenmascarar
los secretos más oscuros de los actuales moradores de la casa —incluido su
marido—, arrojando luz sobre los peligros que amenazan la supervivencia de su
nueva familia.
Mis impresiones
La casa de las
miniaturas ha llegado a nuestro país con una gran éxito comercial a su espaldas.
Más de cien mil ejemplares vendidos y premiada con el National Book Award. Yo
he ido leyendo algunas reseñas en diferentes blogs con desigualdad de opiniones
con respecto a ella. Aunque la verdad es que cuando me llama la atención un
libro siempre prefiero seguir mis instintos y darle una oportunidad. No hay
nada tan personal como los gustos y muchas veces a través de las sensaciones de
los demás podemos descartar historias que nos harían disfrutar.
La novela comienza un día de octubre de 1686. Justo en el momento en
Nella Oortman, una joven de dieciocho años, llega a la casa en Ámsterdam del
hombre con el que se había casado un mes atrás. A sus treinta y nueve años
Johannes Brandt es uno de los comerciantes más ricos de la comarca y hasta ese
momento siempre había vivido en una mansión junto a Marin, su hermana soltera,
Cornelia, la cocinera, y un trabajador llamado Otto. El matrimonio se había
llevado a cabo por cuestión de intereses y no por amor pero a pesar de ello la
joven Nella espera y desea que entre ellos pueda surgir el amor.
Sin embargo desde sus primeros momentos en la casa se da cuenta las
cosas no suceden como ella había previsto. Su marido apenas pasa tiempo en casa
y no parece tener ningún interés en acercarse a ella, ni carnal ni
emocionalmente y su cuñada es una mujer agria y áspera que no pretende simpatizar
con ella. Como regalo de bodas, Johannes le regala una espléndida casa en
miniatura que reproduce fielmente la casa familiar. Para amueblarla recurre al
único miniaturista que se anuncia en una guía de artesanos de la cuidad. Las
piezas que va recibiendo son un trabajo excepcional y de increíble realismo.
Pero poco a poco se da cuenta de que si las observa detenidamente estos
pequeños objetos presagian el futuro de
la familia.
La casa de las
miniaturas es una novela que me ha fascinado desde sus comienzos. Una novela diferente,
con intriga, que te inquieta, que te hace asomarte a la vida de sus personajes
con la sensación de que cada uno de ellos guarda algún secreto inconfesable en
su interior. En ella se nos narra la vida de una familia con sus secretos, sus
problemas, ambiciones y dramas aderezado todo ello con un leve toque
sobrenatural que imprime cierta magia a su historia.
Es esta una novela de pocos personajes pero interesantes, profundos y
matizados con muchos detalles. El peso de la historia lo soportan prácticamente
tres mujeres de diferente condición y aptitud. Nella es una joven procedente de
una familia humilde y de campo a quien su madre ha casado para darle la
oportunidad de conocer un futuro mejor. Cuando llega a la casa de su esposo se
encuentra con personas herméticas que no dejan traslucir sus emociones y de
pocas palabras que parecen esconder sus secretos con mucho celo. Esta es la
principal sensación que nos produce Marin. Una solterona amargada,
intransigente y dominante que por primera vez tiene que compartir su espacio
vital con otra mujer. Es un personaje con más sombras que luces en contraste
con Nella, a la que vemos más transparente y abierta. Pero también percibiremos
como estos personajes evolucionan y se difuminan esos caracteres que en
principio las definen. Cornelia es la cocinera de la casa y un personaje muy
ambiguo. Vemos su alegría contenida, como se le escapa alguna palabra pero
sobre todo el celo con el que guarda los secretos de sus señores.
Con respecto a los personajes masculinos destacan dos en la novela.
Johannes Brandt es un duro comerciante que mueve la economía de la zona. Un
hombre que no pretende acercarse a su mujer, siempre embarcado en sus viajes de
negocios apenas se fija en ella. Otto es un esclavo negro que fue comprado por
Johannes y a quien el resto de la sociedad mira con recelo. Son dos personajes
que quedan algo difuminados y en segundo plano. Lo cual tampoco me ha importado
mucho. Sin embrago hay una figura que me ha parecido sumamente interesante y a
la que en mi opinión se le podía haber sacado más partido. Se trata del
miniaturista cuya historia se me ha resultado incompleta.
Jessie Burton, la autora, se ha inspirado para construir la historia en
la casa de muñecas de una mujer real llamada Petronella Oortman, de cuyo nombre
también saca el del personaje también, que decoró una impresionante y lujosa
casa en miniatura en el siglo XVII. A día de hoy se conserva perfectamente y se
expone en el Rijksmuseum de Ámsterdam. En aquella época este tipo de casas no
eran un juego de niños sino una extravagancia a la que dedicaban mucho tiempo y
recursos las damas adineradas.
Podemos considerar esta novela con un buen retrato de la sociedad
holandesa durante el siglo XVII. Si nos asomamos a la vida de una familia rica
en ese momento conoceremos por un lado s el papel que desempeña una mujer en la
sociedad, examinando su posición tanto en el matrimonio que en la soltería,
contraponiendo en cada caso sus obligaciones, ventajas y consideraciones. La
hipocresía, las convenciones sociales, la intolerancia, los prejuicios y el
racismo son algunos de los temas que vamos a observar. Otro aspecto que toca en
detalle es el funcionamiento de los gremios, el comercio que se desarrollaba y
la economía de la zona.
Así mismo también plantea una serie de cuestiones que giran en torno a
la libertad y como inciden en ella el dinero, las normas sociales o las
creencias religiosas y morales. Algunos personajes viven de forma reprobable
según las normas de la época aunque su comportamiento sea ejemplar y
aprovechable por los demás.
La casa de las
miniaturas transcurre en tercera persona narrado con un estilo muy rico en
detalles que va generando una sensación perturbadora en el lector. Los
silencios de sus personajes, su psicología, las miniaturas y el ambiente
asfixiante de la casa en la que prácticamente se desarrolla toda la historia. En
la primera parte no hay mucha acción pero yo no podía parar de leer, la
historia me había atrapado por completo. A partir de la mitad vamos
desenmascarando a sus personajes lo que da lugar a diferentes situaciones que
parecen desbordarse para llegar a un final de esos en que parece que la vida de
sus protagonistas queda suspendida. La autora no es amable con ninguno de
ellos. Me he quedado un poco con la sensación de que había cosas que me hubiese
gustado que quedasen más claras.
Conclusión
La casa de las
miniaturas es una novela inquietante de la que no puedo ya gran cosa más salvo que
me ha hecho disfrutar mucho con su historia y sus personajes.