Título: La
buena esposa
Autora: Jill
Alexander Essbaum
Publicación:
Lumen, octubre de 2016
Páginas: 352
Bien mirado, Anna es una buena esposa:
cuida de su marido y de sus hijos en un barrio residencial de Zúrich, se
encarga de la casa y de la compra y no toma ninguna decisión importante sin que
toda la familia la apruebe. También es cierto que dejó Estados Unidos hace
nueve años y aún no domina esa nueva lengua que todos hablan a su alrededor.
Anna no tiene palabras para contar su
tedio, pero tiene un cuerpo que se abre a quien lo quiera. El sexo en hoteles
apartados o en los apartamentos de sus amantes ocasionales es el bálsamo que la
consuela. Son mañanas y tardes de pocas palabras y gestos convulsos, llamadas
desesperadas de madrugada para buscar consuelo donde no lo hay, y un cansancio
infinito. Luego, cuando todo acaba, Anna vuelve a ponerse las medias y la
sonrisa que corresponden a una buena esposa, y camina resignada hacia el hogar.
¿Cuánto va a durar la farsa?
Habrá que leer esta espléndida novela para
saber más, pero vaya por delante que las mujeres que se aburren son
peligrosas e incluso pueden cuestionar la dichosa puntualidad de los trenes
suizos...
Mis impresiones
Me gustan las
historias cotidianas, las novelas que tratan las relaciones humanas. Quizás por
esto me llamó muchísimo la atención La
buena esposa, publicada por Lumen este mismo octubre. De la novela se ha
dicho que es una mezcla moderna de Madame
Bovary y Anna Karenina, dos
clásicos que leí en su momento y que en esta novela encontraremos algunas reminiscencias.
“Bien
mirado, Anna era buena esposa.
A
media tarde, el tren en el que viajaba primero dio un bandazo y luego tomó con
suavidad una curva en la vía antes de entrar en la estación de Dietlikon a la
hora y treinta y cuatro, como siempre. No es un mero tópico, es un hecho
irrefutable: los trenes suizos son puntuales.”
Anna Benz es
una mujer atrapada en una rutina poco excitante. Aparentemente su vida podría
ser perfecta. Tiene un marido y tres hijos de los que cuida. Siguiendo a su
marido se mudó desde América a Dietlikon, un pequeño pueblo en suiza cercano a
Zúrich, en donde vive en una bonita casa en un barrio residencial. Es el lugar
donde nació Bruno y donde al regresar a el no le costó ningún esfuerzo
adaptarse de nuevo. Sin embargo ella no acaba de sentirse cómoda allí. La
barrera del idioma, que aún no maneja con soltura, coarta sus relaciones
sociales y se siente aislada del resto del mundo. En este contexto, Anna ha
optado por refugiarse en las relaciones sexuales que mantiene con otros
hombres. Relaciones esporádicas que la consuelan en momentos puntuales y la
distraen de su monótona existencia.
La buena esposa es una novela de carácter introspectivo
que no tiene un argumento muy complejo. La trama se basa en que poco a poco
vayamos conociendo como es el día a día de su protagonista. Me ha gustado leer
esta novela por su carga reflexiva sobre la naturaleza del ser humano y su gran
carga simbólica. Son muchas las personas que se equivocan en los caminos que
eligen en su vida. Y no me refiero a comprar una casa o aceptar un empleo. Me refiero
a esas decisiones que ya son irrevocables, que nos convierten en una cosa u
otra sin que podamos percibirlo.
“Es
posible llevar varias vidas a la vez.
De
hecho es imposible no hacerlo.
A
veces estas vidas se solapan en interactúan. Vivirlas exige mucha dedicación, y
una entereza que no requiere una única vida.
A
veces estas vidas viven apaciblemente en la casa del cuerpo”
(Página 178)
Quizás no es
una de esas novelas que todo el mundo pueda disfrutar y no me atrevería a
recomendarla abiertamente. La buena
esposa es una novela para disfrutar con calma y atentamente para realmente
comprender lo que la autora quiere contar. Su protagonista es un personaje
complejo y bastante contradictorio. “Una mujer que se aburre. Y las mujeres que
se aburren son peligrosas.”
Anna es un
personaje con el que no tengo nada que ver. No me identifico en absoluto con
ella pero aun así la autora ha conseguido que la comprenda y me ponga en su
piel. Una mujer perdida en el mundo en el que vive, que ha renunciado a su
propia identidad para convertirse en esposa y madre. Una mujer que se siente
sola, aislada y que busca en el placer carnal la felicidad momentánea que no es
capaz de alcanzar en su vida ni en su matrimonio. Entre las visitas a su psicóloga
(la doctora Messerli) y las clases de alemán con las que pretende mejorar su
idioma también la vemos viajar en los trenes suizos para verse con otros
hombres. Poco a poco percibimos lo asfixiante que es su vida y lo fuera de ella
que se encuentra la protagonista.
Y creo que ha
sido un acierto no hacer de Bruno, su esposo, un pendenciero. Quiero decir que
es un buen esposo. Lo más fácil hubiese sido hacerle caer en los tópicos de
hombre rudo o egoísta que da de lado a su esposa o incluso que es insensible
con ella. De hecho Bruno permite que Anna haga su vida, que la mejore o que
decida. Es Anna quien con su pasividad ha llegado al punto donde se encuentra. En
los hombres que conoce fuera de su matrimonio, no busca amor. De su marido
tampoco está enamorada aunque hubo un tiempo en que lo estuvo. Pero Anna sabe
que el hombre de su vida desapareció. Lo único que fusca en esos momentos en una
satisfacción personal.
La buena esposa es una novela en la que no predomina la
acción pero me he sentido particularmente cómoda entre sus páginas por las reflexiones
sobre la vida de las mujeres, las relaciones matrimoniales, con la familia política
o con los hijos que nos presenta el personaje. Jill Alexander Essbaum tiene una
forma bonita y elegante de narrar en la cual se percibe además mucha
musicalidad y lirismo. Utiliza mucho las metáforas, los dobles sentidos y
simbolismos para mostrarnos los estados de ánimo de su personaje principal. De
hecho me he llevado muchísimas de estas frases a mi colección personal. A pesar
que de que es una voz narrativa en tercera persona no cuesta ponerse en la piel
de su personaje.
Son tres meses
el periodo de tiempo en que se nos narra la vida de su protagonista. Tres meses
cruciales en los que descubrirá muchísimas cosas sobre sí misma. Desde el
principio el lector intuye que la trama se dirige inexorablemente hacia la
tragedia para llevarnos a un final inesperado.
Conclusión
Me ha gustado
mucho leer La buena esposa. Una
novela atípica en la que he encontrado muchísimas reflexiones, frases que me
han dado qué pensar y una buena construcción psicológica de su protagonista.
Una novela que nos habla de una mujer que ha perdido su propia identidad.