lunes, 22 de septiembre de 2014

Un mal día para nacer - Courtney Collins



Título: Un mal día para nacer
Autora: Courtney Collins
Publicación: Lumen, septiembre de 2014
Páginas: 288

La historia de una mujer que mira la vida con ojos de animal herido y sabe cuál es el precio de la supervivencia.

Apenas unas horas después de nacer, una niña ve partir a su madre hacia las montañas azules de Australia. La mujer cabalga como un torbellino para huir del pasado, para evitar ir a la cárcel y para escapar de un marido que la ha esclavizado.

Esa madre no es una criminal como otra cualquiera: estamos hablando de la legendaria bandolera australiana Jessie Hickman, una amazona que vivió a principios del siglo XX e hizo lo indecible con tal de conquistar su libertad. Jessie se interna en las montañas, pero no lo hace del todo sola. Durante la huida, siempre la acompaña una voz llena de compasión: la de esa hija que no solo la perdona, sino que la anima a seguir corriendo y a ser la dueña de su propia vida.

En la tradición de Cormac McCarthy y Flannery O'Connor, Un mal día para nacer es como un puñetazo inesperado, una vuelta de tuerca que pone en tela de juicio los tópicos sobre la sensibilidad femenina y los límites de la libertad: sus palabras se convierten en preguntas y se quedan clavadas en el ánimo del lector, ahí donde más duele.

Mis impresiones

En el mismo instante en que conocí la existencia de esta novela me llamó poderosamente la atención. Lejos de las comparaciones con otros autores que podemos encontrar en su sinopsis, que yo por desconocimiento no puedo hacer, me apetecía encontrar una lectura distinta, con personalidad y que me contara algo diferente a las novelas a las que me suelo acercar.

No puedo decir que todas estas cosas no las haya encontrado en Un mal día para nacer, la opera prima de Courtney Collins que ha entrado con mucha fuerza en el panorama literario actual consiguiendo algunos de los más prestigiosos premios en Australia, su país de origen. Se trata de una apuesta que incluso me parece algo arriesgada tanto en su forma como en su contenido y no es solo por el impactante comienzo con el que la historia se nos presenta que sin lugar a dudas nos deja prendidos a la ella. Para construirla, su autora se ha inspirado en un personaje histórico real. Se trata de una cuatrera australiana llamada Jessie Hickman y a partir de ahí elabora un complejo mundo de acciones y personajes a su alrededor.

"Si la tierra hablara, ¿qué historias contaría?
     La mañana de mi nacimiento. Mi madre cavaba. Cubierta de hollín y sangre. Aunque alguien no la hubiera visto en la oscuridad, seguramente habría detectado su olor. Me llevaba atada a su cuerpo, envuelta en una sábana rota. La lluvia y el viento nos batían desde ambos lados, pero ella siguió cavando. Escuché su corazón. Apretando la cara contra el abanico de sus costillas, sentí un sabor a herrumbre y a muerte."


Nos encontramos en una zona rural de Australia  a principios del siglo XX e inmediatamente vamos a visualizar una escena que nos va sorprender tanto que probablemente la retengamos durante el resto del libro. Una mujer que acaba de dar a luz se ve obligada a enterrar a su hija sietemesina que apenas ha tenido tiempo de conocer el mundo. Cuando termine de hacerlo, a pesar del lamentable estado físico en que se encuentra, la mujer deberá seguir el camino iniciado ya que a su hogar no puede regresar.

A partir de este momento seguiremos a Jessie en un viaje por las montañas australianas, un paraje adusto e inhóspito donde para sobrevivir no cabe la duda. Mientras, se ha puesto precio a su cabeza y un grupo de hombres sale en su busca y captura. Al mismo tiempo, nosotros como lectores, vamos ahondando en su pasado para comprender a Jessie y saber que le ha llevado hasta el momento y lugar en que se encuentra.

Jessi Hickman no es un personaje amable ni simpático, ni el típico con el que el lector vaya a conectar en las primeras páginas. Hay que conocerla para quererla y en mi opinión esto ocurre porque a pesar de los duros momentos que vive no necesita nuestra compasión. Sabemos que puede arreglárselas por sí misma. Realmente creo que incluso la autora se asegura de poner cierta distancia con el lector. Ella no es mujer de muchas palabras sino de acción. A sus veintitrés años, Jessie ya ha cumplido una condena de dos por robar caballos. La salida de prisión no llegó a ser una liberación porque abandonó las rejas para someterse a la custodia legal de Fitz, un adicto al alcohol, violento y rudo, para el que comenzará a trabajar como domadora de caballos. Pero la protagonista de esta historia no es una mujer que se conforme con lo se disponga para ella. Su carácter indómito y salvaje la llevarán a tomar una gran e inevitable decisión. Una vez ejecutada no hay vuelta atrás. Quizás existan remordimientos pero no hay lugar para las lamentaciones. Lo primordial sobrevivir, cueste lo que cueste.

Pero no es este el único personaje complejo ni de que nos llevaremos una idea muy definida. En la historia aparece Jack Brown, un mestizo que trabajaba en el manejo del ganado y Barlow, el sargento de policía de la zona, una adicto a la heroína de carácter débil además de una pareja de ancianos o un grupo de bandoleros. De mucho de ellos iremos conociendo sus conflictos, sus elecciones y sus búsquedas.

Un aspecto muy logrado en esta novela es su ambientación. Junto a sus personajes nosotros mismos vamos sintiendo la dureza y la crueldad del paisaje australiano que se ciñe entorno a ellos. Nos encontramos en los años veinte con una forma de vida muy al estilo del western americano. Es una zona muy poco poblada, casi abandonada, las montañas son un obstáculo insalvable para conservar la vida. Rudos ganaderos, bandidos, ladrones de caballos se funden y mimetizan con el desolador paisaje explotando una tierra que tiene muy poco que ofrecer al débil.

Una de las particularidades de esta novela es su narrador. Os hablaba antes de que la novela comienza con el enterramiento de la hija recién nacida de Jessie. Si bien ella la deja atrás será la voz narrativa que acompañe al lector durante toda la novela. Se trata de una voz en tercera persona omnisciente que además tiene una enorme carga simbólica y metafórica, la de una conciencia que no puede ni quiere callarse, que observa pero no es objetiva. No hay que pensar que esta voz infantil suavizará el relato o lo dulcificara de alguna forma porque no es este su objetivo.  El estilo narrativo de Courtney Collins está muy depurado y afinado, con un vocabulario exacto y cuidadosamente seleccionado incluso cuenta con cierto lirismo en algunos momentos. Su prosa es una balsa que fluye tranquilamente sin perder el rumbo en ningún momento.

La novela se divide en siete partes distintas; cada una a su vez dividida en capítulos cortos que aportan agilidad al relato. La construcción de esta novela no está exenta de cierta complejidad pues se desarrolla a través de un trama principal con continuos flash-backs que se mueven en diversos planos temporales perfectamente manejados de forma que la información se solapa pero nunca llega a repetirse. Esta es la forma en que conocemos pasado y presente para completar toda la historia.

Conclusión

Un mal día para nacer es una novela dura, de complejos personajes con algunos pasajes demoledores que dejarán sin duda algún poso en el lector.  Una propuesta original, diferente, construida de forma ingeniosa y que a mí personalmente me ha resultado refrescante.


Calificación: