sábado, 20 de septiembre de 2014

6 errores que convierten a un bloguero en una ONG literaria

1. Los blogs deben prestar servicio como medio publicitario y de difusión a cualquier autor/editorial que solicite su asistencia.

Porque aún no hay quien se ha enterado de que un blog es un proyecto personal que nace de las inquietudes particulares de un lector que desea expresarse, que desea compartir sus opiniones con otros o simplemente que se siente cómodo escribiendo. No estamos al servicio de nadie y no tenemos porque hacerlo ni justificar porque no lo hacemos. Lo siento, no considero mi espacio como un escaparate abierto a todo el mundo.

Es realmente increíble la cantidad de correos que los administradores de los blogs recibimos para que publicitemos sus obras, las reseñemos o incluso los que nos piden descaradamente que las compremos que esto ya es el colmo (hay maneras y maneras).

2. Los blogueros deben apoyar a los nuevos autores.
Para el que lo quiera hacer me parece perfecto, pero como dice el título del post no soy una ONG literaria. Leeré aquellos libros que me interesen sean de autores noveles, consagrados o lo que más me convenga en ese momento. Entiendo que ellos empiezan con muchas dificultades pero no quiere decir que por ello sea necesario concederles ciertos privilegios.

Personalmente (y a pesar que tengo debilidad por alguna escritora) no me gusta implicarme en ello. Además tampoco nos damos cuenta de que a veces les haces un flaco favor inflando reseñas, colapsando de enlaces la red o lanzando ciertos mensajes en su nombre.

3. Al administrador de un blog le interesa cualquier género literario, por tanto lo mismo reseña un libro de relatos de terror que una novela chick-lit.

Pocos de los autores que más arriba os comento pierden cinco minutos en comprobar que tipo de lecturas le interesan al bloguero al que escribe para comprobar que su “retoño” se adecue al mismo. El resultado es decenas de correos que se amontonan en la papelera de reciclaje.

4. Un bloguero no goza del derecho a tener vida propia.
Es por ello que se da la circunstancia de que cualquier autor o editorial puede instigar a que sus libros sean leídos en un determinado plazo o sus mail contestados de forma inmediata a riesgo de que si no es así serán bombardeados con apremios. Además los sorteos deben estar resueltos en el mínimo plazo posible, sino no el bloguero corre el riesgo de recibir una avalancha de mensajes preguntando en qué momento se publicará el nombre del ganador. O lo que es lo peor, comienzan a aparecer las críticas. Porque si tardamos más de la cuenta en publicarlo es porque queremos que visiten el blog diariamente para comprobarlo(leído en una conversación en Twitter).

Pues bien no somos máquinas. Tenemos familias, casas, amigos, algunos hasta hijos a los que atender. Solo quien tiene un blog comprende la cantidad de horarias diarias que hay que dedicarle. Hay muchísimo trabajo por detrás de lo que se ve.

5. El bloguero no tiene derecho a dar su sincera opinión sobre obras leídas.

Sobre todo si el autor es español y para inri pulula por las redes sociales. En este caso se expone a recibir argumentos disuasorios sobre las bondades de la novela en cuestión que intentan hacer cambiar de opinión, críticas a su baja exigencia en las lecturas o incluso insultos directamente.

Si en cambio te entusiasma el libro de moda eres un “vendido” y pelota que dora la píldora a la editorial que lo ha publicado. Y volvemos a las escasas exigencias porque te gustan los best-seller. Vuelvo a lo mismo, tenemos casas, trabajos, hijos, y hay temporadas en las que buscamos evasión y entretenimiento puro.

6. Los blogueros tenemos que justificar nuestras elecciones constantemente.

Todo es criticable y cualquiera se encuentra en el derecho de opinar sobre la vida de los demás. Algunos criticarán que colaboremos con editoriales, otros la baja o alta calidad de nuestras lecturas, otros el ritmo lector, incluso la longitud de las reseñas. Cada persona tiene una vida diferente y unas circunstancias diferentes por tanto que tú no lo entiendas no quiere decir que no sea posible.

Porque hay correítos que se las traen además. El último que me llamó la atención fue uno que me acusaba de intolerante porque los sorteos son solo nacionales. No rechazo a nadie es simplemente una cuestión de asumir unos gastos de envío que se salen de precio (lo siento, actualmente no trabajo). O que te piden archivos digitales de tal o cual libro incluso que te piden que le envíes un libro en cuestión (Total, como tú ya lo has leído).

Y si hablamos ya de las indirectas en las redes sociales es para abrir un post aparte porque el tema da para mucho. Hay algunas personas que contestan ciertas conversaciones de forma indirecta en nuevos hilos. ¿Qué necesidad hay de eso? No seas cobarde y da la cara.


Con todo esto lo único que quiero decir que por favor, respetemos a los demás. Que nos paremos un poco antes de enviar ciertos correos, dar contestaciones a diestro y siniestro y llevar a cabo ciertas actuaciones. Respetémos y luchemos por una blogosfera sana y limpia. Y espero que no esta entrada no se me enfade nadie pero necesitaba sacarlo.