Título: Los habitantes del bosque
Autor: Thomas Hardy
Publicación: Impedimenta, enero de 2013
Páginas: 452
Grace Melbuy, la preciosa y delicada hija de un próspero maderero que haría cualquier cosa por ella, regresa al pequeño pueblo de su inf24ancia después de haber recibido una refinada educación lejos de allí. Su reencuentro con quien siempre estuvo destinado a ser su marido, Giles Winterborne, les revela a los dos que, pese a todo lo que él pueda amarla, no está a la altura de sus nuevas expectativas sociales y, en cambio, sí lo está el nuevo médico de la región, el aristocrático Edred Fitzpiers, que aparece rodeado de libros y de un raro halo de misterio. La relación que se establece entre los tres se verá salpicada de malentendidos y traiciones, pero también de una devoción y una lealtad que conducirán a un desenlace extraordinario.
Los habitantes del bosque, inédita hasta el momento en castellano, es una de las novelas más brillantes, controvertidas y representativas de la narrativa de Thomas Hardy, quien siempre la consideró su obra favorita. Sus evocadores paisajes y sus personajes llenos de fuerza hacen de Los habitantes del bosque una obra indispensable.
Mi experiencia con la novela
Curiosamente, Los habitantes del bosque, la obra Thomas Hardy que él mismo declararía como su favorita y la más representativa de su producción ha permanecido inédita en castellano hasta hace muy poco tiempo cuando Impedimenta la sumó a su catálogo con una traducción de Roberto Frías que ha realizado un trabajo admirable. Actualmente está considerada como una de las mejores obras de la literatura inglesa del siglo XIX.
Tras su lectura no me cabe ninguna duda de que es una gran novela, maravillosamente escrita, inteligente, crítica e incluso mordaz en algunos momentos. A pesar de haber sido escrita en el año 1887 conserva algo de frescura y unos personajes de esos que permanecen junto a nosotros de forma imperecedera por mucho tiempo que pase.
La novela se desarrolla en un pequeño pueblo alejado del mundo y situado en pleno bosque llamado Little Hintock, en el condado imaginario de Wessex, donde el comerciante de madera John Melboury espera con impaciencia la próxima llegada de su hija Grace. La joven vuelve al hogar después de haber estudiado en los mejores colegios y haber recibido una exquisita educación que contrasta con los modales rústicos y tocos de los habitantes de Little Hintock que se dedican a trabajar en el campo.
Aunque su regreso es motivo de dicha también representa para Melboury un gran dilema moral. Hace años prometió a su hija en matrimonio con el joven Giles Winterbone para resarcir a la familia de un exabrupto que cometió contra ellos en el pasado. Pero ahora el joven con menos educación y menos posibilidades económicas y sociales que la familia de madereros no parece adecuado para una joven culta, refinada y con un futuro prometedor.
A pesar de que la joven Grace ha crecido junto a Giles Winterbone, de que entre los dos se profesan un inmenso cariño y está dispuesta a cumplir los deseos de su padre si este decide casarla finalmente con él, la aparición en escena de un joven, educado y atractivo doctor, Edred Fitzpiers, dará lugar a complicadas y delicadas situaciones, a malentendidos, desazones y equívocos entre los protagonistas de esta historia.
Sin duda, esta es una novela de personajes en la que ellos mismos son quienes van definiendo la historia con sus comportamientos. Con frecuencia se debaten entre aquello que les dicta su conciencia y las buenas normas de conducta y lo que su corazón les propone. Melboury se presenta como un hombre sensato y practico pero atormentado entre la razón, el cariño, la preocupación por su hija y una deuda moral pendiente que contrajo años atrás con la familia Winterbone. Si la cumple cree que perjudicará a su hija y si no, sabe que siempre tendrá que cargar con ese pesar. Giles, dedicado al negocio de las manzanas y la sidra, es un muchacho humilde, respetuoso y leal pero pobre y bruto que guarda la esperanza de casarse con Grace pero también comprende que quizás él no sea el hombre más adecuado para ella. Este sentimiento se reafirma cuando surge la duda de si podrá ofrecerle simplemente un hogar digno. En cambio el misterioso doctor Edred, procedente de una familia aristocrática venida a menos, parece el caballero perfecto para Grace, culto y refinado como ella. La muchacha aceptará el destino que decida su padre aunque ella interiormente se debate entre el cariño que siente hacia uno de los jóvenes y el deseo de conseguir la posición social que podría ofrecerle el otro.
La imagen que Hardy forma de cada uno de ellos es extraordinaria, haciéndonos comprender fácilmente sus motivaciones, sus deseos y sus dudas. Porque, algo que dota a estos personajes de mucho realismo y gran solidez, son sus conflictos interiores, la capacidad que tienen para variar su estado anímico, la gran cantidad de matices que presentan, la incapacidad para manejar sus sentimientos encontrados y su comportamiento afín a los mismos. El amor, la amistad, los deseos, la ambición, la lealtad, la honradez, el egoísmo, el arrepentimiento son sentimientos por los que pasan cada uno de ellos en distintos momentos, tal y como a las personas de carne y hueso. Además estos personajes también son sacudidos por los caprichos del destino que les lleva y trae en distintas direcciones, que provoca encuentros a destiempo, situaciones límite y que les enseña tarde aquello que podrían haber conocido antes cambiando su percepción de las cosas.
Un aspecto que destaca en la novela es la critica que Hardy realiza sobre la división de clases acentuada por sus propios personajes que aspiran a subir en el escalafón social gracias al matrimonio. El dinero, la clase social que ocupan es un tema primordial a la hora de establecer uniones y compromisos más allá de las buenas cualidades o el amor en sí mismo. También destaca el papel de la mujer en la Inglaterra victoriana desempeñando su lugar tradicional como compañera y esposa pasando de las manos protectoras del padre al marido y siempre acatando ordenes, incluso si este es infiel. También nos hace ver algunas de las organizaciones ridículas de la sociedad como la división de la propiedad de la tierra, siempre favoreciendo al rico, y su cesión del dominio a pobres mediante contratos que duraban el equivalente a vidas y que dejaban a los sucesores sin nada.
Al igual que los personajes resultan definitivos uno de los aspectos fundamentales de la novela es el entorno en que trascurre que además está cargado de simbolismos. La historia se desarrolla en el pequeño pueblo imaginario de Little Hintock situado en el también imaginario estado de Wessex –donde habitualmente Hardy ambienta sus novelas y que representa su Dorset natal- es un mundo rural donde sus habitantes viven alejados de normas sociales y su principal preocupación es el trabajo diario. La educación y la cultura han sido relegados a un segundo plano y así una muchacha como Grace destaca entre sus vecinos. Hardy es capaz de explicarnos como les condiciona la naturaleza que les rodea. Sus caracteres, peculiaridades y su forma de ser están íntimamente ligadas a su entorno siendo decisivo. Hardy nos ofrece unas descripciones vívidas y precisas que hacen que nos imaginemos perfectamente el ambiente del lugar, el frondoso bosque, los arboles, la tala de la que viven la mayoría de sus habitantes y las cabañas.
La prosa de Hardy es minuciosa, detallista y rica en cuanto a descripciones no sólo cuidando el aspecto de la ambientación sino también ofreciendo al lector imágenes concretas de sus personajes, con sus características y aptitudes. Para hacernos llegar la historia utiliza un estilo plagado de metáforas y otras figuras literarias que en absoluto resulta recargado pero que se encuentra muy lejos de ser simplón. A lo largo del relato son multitud los temas interesantes que nos plantea respecto a la naturaleza humana, las relaciones sociales, las dificultades del divorcio en la época como contantes alusiones a ideas filosóficas o científicas influidas por figuras como Charles Darwin o Arthur Schopenhauer.
Durante toda la novela la trama parece avanzar hacia un fatalismo ya predeterminado por el destino que en su desenlace se acusa con una dosis de suspense hasta llegar a un sorprendente final acorde y consecuente con toda la historia.
Conclusión
Sin duda alguna os recomiendo Los habitantes del bosque, una lectura imprescindible, magistral. Un excelente retrato de la naturaleza humana con una ambientación excelente cargada de simbolismos y unos personajes inigualables.