miércoles, 25 de septiembre de 2013

Antes del último sueño - Ami McKay



Título: Antes del último sueño
Autora: Ami McKay
Publicación: Emecé (Planeta), junio de 2013
Páginas: 347

Ésta es la historia de Moth, hija de una pitonisa y del hombre que le robó el corazón. Es también el puñado de monedas que podían comprar una vida en el Nueva York turbulento y bullicioso de finales del siglo XIX. Es un hombre en una caja de galletas. Es el prostíbulo de la señorita Everest, donde Ada, Alice, Rose y Mae juegan a ser mujeres. Es la doctora Sadie y la esperanza infinita. Es el Paraíso de las Ilusiones, un circo de curiosidades donde una niña con un vestido esmeralda y una alas blancas cuenta con su último sueño.


Mi experiencia con la novela

Con La casa de la luna, la primera novela publicada por la estadounidense Ami McKay, me estrené con esta autora y ahora con Antes del último sueño he podido confirmar que me gusta su estilo –muy personal-, que me atraen las temáticas que elige para construir sus obras y que me encantan los personajes que imagina. Aunque quizás en esta novela me ha parecido que la autora ha pulido algunos de los aspectos que más flojeaban en la anterior y tengo la sensación de que aunque esta no es una historia más elaborada –  ya que la primera tenía cierta complejidad – si me parece que la autora tiene más claro y definido lo que quiere contar. Ami McKay se ha inspirado en la vida de sus tatarabuelas para confeccionar esta historia.




En 1871 Nueva York es una ciudad bulliciosa y turbulenta donde existe gran diferencia entre las distintas clases sociales y donde ricos y pobres conocen dos ciudades distintas. En la parte más baja de la calle Chrystie, situada en uno de los barrios más pobres de Nueva York vive Moth, una niña de doce años hija de una pitonisa de chabola y un hombre que se marchó con todos los ahorros, abandonándolas por otra mujer, cuando ella sólo tenía tres años.

Moth se cría entre la miseria e inmundicia que ve a diario y los sueños que poco a poco van despareciendo sin poder remediarlo, compartiendo su vida con ratas, mendigos, ladronzuelos, mujeres abandonadas al igual que ellas y una madre de la que no puede esperar cariño.
Aunque Moth sabe que no permanecerá en su hogar mucho más tiempo no puede evitar sorprenderse cuando a los doce años es vendida por su madre a cambio de unas monedas que le aseguran el licor durante un tiempo. Así la pequeña termina desempeñando el papel de doncella de la adinerada señora Wentworth. Si en principio no parece un mala dedicación, pues en la casa existen muchas comodidades y Moth tan solo se tiene que preocupar de vestir, asear y dar compañía a la mujer pronto esta comienza a mostrar un carácter cínico y cambiante que desemboca en crueles maltratos contra la pequeña. Poco después Moth se verá obligada a escapar de esta casa y terminará conociendo la parte más peligrosa de la ciudad, el lugar donde nadie está a salvo. En la calle tendrá que aprender a subsistir, a defenderse, a buscar alimento  y rodearse de delincuentes y prostitutas. A pesar de todo Moth sueña con una nueva vida.

«A partir de los nueve, diez, once años, una podía sentir que se acercaba a la vida de penurias de su madre, y comenzaba a decidir a qué tenía que renunciar a continuación, qué chuchería podía vender, de que sueños debía olvidarse» (página 18)

La protagonista absoluta de la novela es Moth, un personaje perfectamente definido y caracterizado que evolucionará muchísimo a lo largo de su extensión y que sentiremos de forma muy cercana. Es una joven fuerte, con decisión y capaz de hacerle frente a todas las situaciones que se le presentan por muy duras que sean. Su capacidad de adaptación y afán de superación resulta increíble. A pesar de todas las situaciones comprometidas y duras que va viviendo no despierta nuestra compasión sino que su comportamiento, sus reacciones provocan nuestra admiración. Alrededor de ella se presenta un elenco de personajes igualmente interesantes, con caracteres definidos, que huyen del maniqueísmo y nos presentan sus diversas caras según la ocasión lo requiera. Además son personajes que en muchas ocasiones consiguen traspasar el papel y parecer, a los ojos del lector, de carne y hueso. Entre los que más interesantes me han parecido se encuentran la doctora Sadie con sus esperanzas de salvar a las chicas para que no caigan en la prostitución o la señora Wentworth, una mujer que a pesar de su relativamente corta aparición representa uno de los caracteres más complejos de la novela.

Al igual que en La casa de la luna, esta novela gira en torno al mundo femenino, si bien aunque en el primero nos hablaba principalmente de la maternidad en varios planos distintos en esta novela la sexualidad tiene una importancia fundamental.

«Lo más valioso que poseía una chica estaba oculto entre sus piernas, a la espera de ser vendido al mejor postor. No era una cuestión de sí o no, sólo de que hombre sería el primero»(Página 18)

En aquella época las mujeres no eran dueñas de su propio cuerpo y a menudo la virginidad de las niñas era vendida al mejor postor, que con frecuencia era un hombre rico de gustos sexuales un tanto peculiares. La mayoría de las jóvenes que servían en las casas eran utilizadas como desahogo para otros criados o los señores de la casa, algunas incluso eran salvajemente violadas en plena calle y tenían suerte si después no se deshacían de ellas. En la novela la protagonista es cobijada por una madame en una “Escuela infantil” donde preparaban a las niñas entre 12 y 15 años para su iniciación sexual a cambio de una cantidad pactada de dinero.

El contexto en el que se desarrolla la historia –Nueva York, 1880- me ha parecido sumamente interesante. La autora es muy detallista al presentarnos la forma de vida del momento, las costumbres y la estructura de la sociedad ofreciéndonos una minuciosa imagen del lugar y la época.  Aparecen diversas calles y edificios de Nueva York, con sus paseantes con trajes a medida, los vendedores, los tenderos, los carruajes de caballos, vagabundos y ladronzuelos son parte de los escenarios. Manhattan a finales del siglo XIX era un lugar donde las diferencias entre los ricos y pobres estaba muy marcada. En los barrios marginales como el Bowery sus habitantes se buscaban la vida como podían, rodeados de inmundicia, escasez y conflictos. En otros barrios se agrupaban los ricos que podían comprar cualquier cosa a cambio de unas pocas monedas, incluso la vida de los pobres.

En la novela se hace especial hincapié en las costumbres de las mujeres, los rituales del aseo, el exclusivo cuidado que ponían en la elección de su atuendo cuyo mal uso podía deparar en la marginación social. Un prenda de moda por aquel entonces era el corsé cuyo uso afinaba la figura y acentuaba las formas pero también causaba problemas en el organismo. Otra costumbre de la época era el que las señoras adineradas caminasen la Milla de las Damas cuando el tiempo lo consentía ataviadas con sus mejores galas a 76 pasos por minuto que era la velocidad que les permitía observar a sus rivales.


La novela, narrada en primera persona por su protagonista, se caracteriza por una prosa cercana y envolvente que te introduce directamente en la historia. Aunque todo el relato es dirigido por Moth, las notas a pie de página – que aportan una información muy interesante y minuciosa- y diversas aclaraciones son llevadas a cabo por la doctora Sadie, que en aquella época ocupaba una profesión vergonzosa para la mujer. Su primera aparición es a través de una carta al comienzo de la novela, donde se presenta. En sucesivas misivas intercaladas con la narración a partir de la segunda mitad más o menos la autora utiliza este personaje para ofrecernos otro tipo de información adicional, que aunque también en primera persona,  Moth desde su subjetividad y posición no puede proporcionar. 

Al igual que en la novela anterior la autora juega con diversos elementos intercalados en la narración. Bien sean anuncios de la época, textos procedentes de periódicos, fragmentos o estrofas de otras obras o cancioncillas y poemas que aportan encanto adicional a la novela a la vez que nos ofrece información adicional.

Conclusión  

Antes del último sueño es un novela con una maravillosa ambientación, personajes sólidos y bien definidos y una trama con mucho atractivo que gustará a aquellos lectores que aprecien los detalles y sientan curiosidad por descubrir cómo era la ciudad de Nueva York a finales del siglo XIX.