Título: El funeral de Lolita
Autora: Luna Miguel
Publicación: Lumen, noviembre de 2018
Páginas: 190
Hasta la publicación de El funeral de Lolita, que es la
primera novela de la autora, Luna Miguel se había dedicado principalmente a la poesía.
Mucho de esto se nota en un libro que tiene algunas partes muy líricas y sin
embargo otras muy carnales.
La novela comienza cuando Helena recibe una llamada de
Rocío, una antigua compañera del instituto, en la que le indica que Roberto ha
fallecido recientemente por una grave enfermedad. La noticia supone un
cataclismo de emociones para Helena. Mientras acude a su velatorio en Alcalá de
Henares, su ciudad de origen, comienza a recordar sus últimos años de instituto,
el momento en el que se enamoró de su profesor de literatura y cómo evolucionó
su relación con él.
El funeral de Lolita es una novela difícil de recomendar
a cualquier lector. De hecho creo que la disfrutarán ciertos paladares que
busquen algo más en la lectura que simple entretenimiento y una trama y en
cambio disfruten con una forma de narrar diferente y con mucha personalidad.
El título hace referencia a la famosísima novela de
Navokob, Lolita. Y la autora nos presenta una versión muy diferente a la
anterior. Seguramente lo que nos venga a la cabeza al nombrarla (LO-LI-TA) es
una casi adolescente sensual y provocativa que disfruta con el juego de la
seducción. Y si todo esto nos era narrado desde el punto de vista del hombre en
esta ocasión veremos la versión de ella que en su momento no pudimos conocer. No
siempre la verdad es como uno la interpreta y por tanto no siempre contamos las
cosas como realmente son. De hecho puede que ni siquiera exista una sola verdad
y absoluto. Tampoco hay que tomar esta novela como una reversión de la Lolita
de Navokob sino que cuenta la historia de una mujer y su relación en la
adolescencia con un hombre mayor que ella. No se puede contar mucho más para no
desvelar el verdadero sentido de novela.
Helena es una mujer de treinta años, periodista y trabaja
realizando críticas gastronómicas, algo que no se la da demasiado mal. Vive en
pareja con Sébastien y parece que tiene una vida de lo más normal y corriente. Sin
embargo cuando recibe la noticia de la muerte de un profesor con quien tuvo en
relación demasiado estrecha en el instituto comenzará a recordar y a
cuestionarse ciertas cosas. Es un personaje al que veremos completarse poco a
poco a través de cómo ha ido viviendo y enfrentándose a las cosas. La prematura
muerte de su madre y después la de su padre, y a pesar de todo nunca ha visto
un cadáver. El de Roberto será el primero.
El encuentro con Rocío, quien fuera durante muchos años
su mejor amiga en la adolescencia, o con Laura la que fue mujer de Roberto le
servirá para analizar lo mismo desde otros puntos de vista.
Como os adelantaba antes la novela está escrita de forma
muy lírica. La autora no utiliza muchas palabras de forma que nos ofrece la
información de forma muy sintetizada y de forma muy sutil. Es frecuente encontrar
huecos que el lector puede interpretar de varias formas o desde varias
lecturas. Y si en algunos momentos la narración es muy poética en otros se
vuelve puramente carnal.
La prosa de Luna Miguel tiene algo de hipnótica a pesar
de esas frases cortas y contundente. Me ha atrapado su delicadeza, la forma de
ir y venir del presente al pasado. Y como nos presenta una historia que más o
menos a la mitad del libro y como punto de inflexión un capítulo cambia toda la
perspectiva. No se pueden juzgar los hechos sin conocer todas las
circunstancias. Y aunque he echado en falta alguna explicación más me ha dejado
con buen sabor de boca y con la certeza de que es un libro escrito para
provocar sensaciones.