Título: Las cuentas pendientes
Autora: Ana Matallana
Publicación: Salto de página, 2018
Páginas: 120
Francisco Yáñez
está muerto. Su féretro descansa en la sala dos del tanatorio de San Blas. A su
alrededor se dan cita seis personajes que, de una u otra forma, han tenido
relación con él: un amigo, tres pacientes y un desconocido. Y una hija. Pero en
ese pequeño espacio van surgiendo preguntas: ¿Se ha suicidado Francisco o ha
sido un asesinato? ¿Es el fallecido la misma persona para todos? ¿Quién era en
realidad? Y ¿cómo ha influido en la vida de estos seis visitantes? Sus miradas
y sus respectivos traumas irán trenzando una historia de luces y sombras en la
que, con ternura y humor, reconoceremos nuestras propias contradicciones y
nuestras cuentas pendientes.
Mis impresiones
Quizás la muerte de personas cercanas, a las que
conocemos y con quienes hemos tratado sea uno de los acontecimientos que más nos
hacen reflexionar. Y quizás también es el momento en que sale a la luz esa
forma en que la persona desaparecida ha hecho mella o ha dejado una huella en
la vida de los demás. Un entierro lleno de gente indicará que hay muchas
personas que querían dar su último adiós al desaparecido y si no hay demasiada
gente quizás indique que no era una persona muy conocida o querida. Un
planteamiento quizás muy duro pero a la vez muy realista.
Todo comienza en la sala del velatorio del tanatorio de
San Blas en la que se encuentra el cuerpo de Francisco Yánez. En ese lugar irán
apareciendo seis personajes que han tenido algo que ver, de una forma u otra
con el fallecido. A través de sus manifestaciones y comportamientos iremos
viendo las percepciones que cada uno tenía del mismo. Pero también irán
desvelando algunos detalles que darán lugar a una serie de interrogantes sobre
su muerte. ¿Suicido o asesinato?
La premisa de la que parte la novela me ha parecido muy
interesante. Es una novela que nos habla de las distintas caras que mostramos a
los demás. Cada una de esas personas que acuden a despedirse de Francisco tiene
una relación única y diferente con él. Y así puede ocurrir en la vida real. Somos
diferentes en función de con quien tratemos, de las circunstancias que se nos
pongan delante o del momento de nuestra vida en que estemos. Es una novela que
no sabría muy bien como calificar en principio aunque luego su final nos acerca
bastante al thriller.
No es que vayamos a conocer mucho a Francisco. Sabemos
que en vida era psiquiatra y que apenas tenía relación con su hija, a la que
llamaba una vez al mes solo para decirle que le había hecho una transferencia. Ella
se llama Sonia y desde que su padre la abandonó cuando era muy pequeña ha
vivido enfadada con él. Santiago, Isabel y Hugo son tres de sus pacientes. Cada
uno de ellos tiene enfermedades o problemas que se irán viendo conforme estos
personajes vayan desarrollándose. Gustavo es el camarero del bar al que
Francisco ha acudido durante muchísimos años. El último personaje es Fernando,
que en realidad no está ahí por el propio Francisco. Pero no puede evitar
curiosear en las conversaciones de los demás.
Pocos personajes son lo que aparecen en el libro y sus
encuentros en el velatorio serán los que den lugar a que nos formemos una idea
de Francisco a través de sus recuerdos. Pero también irán perfilando y
completando la información sesgada que cada uno tenía de él. A la vez van
surgiendo conflictos entre los seis personajes y darán lugar a una información
muy reveladora sobre ese cadáver que yacer ajeno a todo. Pero que en vida hizo
una petición muy peculiar. ¿La habrá cumplido alguno de ellos?
La novela está escrita de forma cuidada y desde la perspectiva
en primera persona, salvo la parte que es protagonizada por Fernando, de sus
personajes. Esto da lugar a que la autora explore las intimidades de los mismos.
Sus pensamientos más profundos y los que jamás nos atreveríamos a contar a
nadie. Y así va alternando sus monólogos interiores con los diálogos
exteriores. El hecho de que casi todos ellos tengan mentes complejas hace más
interesante lo que quieren y tienen que contar. Además es capaz de diferenciar
unas voces de otras, dándoles matices particulares a cada uno de ellos además
de una forma propia de expresarse.
Es una novela que por su longitud, apenas más de cien
páginas, su agilidad narrativa y por el hecho de que la autora consigue atraer
tu interés se lee del tirón. Además en todo ello es capaz de introducir un
humor muy negro que no despega en el relato.
Conclusión
Las cuentas
pendientes me ha parecido una novela original, de personajes complejos y carácter
introspectivo que está marcado por la tensión y que te deja un final
inesperado.