lunes, 21 de diciembre de 2015

El crimen de Orcival - Émile Gaboriau



Título: El crimen de Orcival
Autor: Émile Gaboriau
Publicación: dÉpoca, octubre de 2015
Páginas:443

Se ha cometido un asesinato en los terrenos del Castillo de Valfeuillu, propiedad del conde de Trémorel. Dos cazadores furtivos han encontrado el cadáver de su esposa Berthe sumergido en un cañaveral. Mientras la policía local de Orcival está convencida de haber encontrado a los culpables y da por concluida su línea de investigación, llega un policía de la Sûreté de París que se hace cargo del caso. El astuto detective inicia su propia investigación —caracterizada por el constante uso del método deductivo— recolectando pruebas, estudiando exhaustivamente el escenario y las circunstancias del crimen, entrevistando a los testigos y analizando los posibles móviles de los sospechosos, en una atmósfera de creciente suspense...

Mis impresiones

El crimen de Orcival, publicado originalmente y con mucho éxito en 1866, es una de las últimas novedades que nos trae la delicada y exquisita editorial dÉpoca. Con ella vuelve a recuperar todo un clásico que nos lleva por los orígenes de la novela negra y de suspense que posteriormente evolucionaría al género tal y como hoy lo concebimos. No voy a profundizar más en este tema porque para ello la novela cuenta con un excelente prólogo de Juan Mari Barasorda para situarnos y ofrecernos datos más precisos.

La historia nos cuenta como un verano de la segunda mitad del siglo XIX dos cazadores furtivos encuentran un cadáver en las inmediaciones del Castillo de Valfeuillu que es propiedad del conde de Trémorel. Se trata de Berthe, la propia condesa, cuyo cuerpo descansa inerte a la orilla del río. Las autoridades de Orcival son inmediatamente avisadas y estas no tardan en culpar del horrible crimen a los dos pillastres que han dado el aviso junto a un trabajador de la casa de los condes. El móvil también parece claro, hacerse con una enorme suma de dinero que el conde había recibido días atrás, un hecho del que todo el servicio de la casa tenía conocimiento.

Sin embargo con ella llegada del inspector Lecoq, de la  Sûreté de París, comienza la verdadera investigación que pone en entredicho todas las teorías hasta ahora emitidas por las personalidades destacables de Orcival.

El crimen de Orcival es una novela de género negro que se desarrolla de forma clásica y muy limpia. No hay escenas macabras ni truculentas a pesar de que nos presenta un crimen que en sí lo es, la sangre aparece en su justa medida y sus investigadores no tienen acceso ni a una compleja tecnología que les arroje luz sobre las pistas, ni la posibilidad de realizar las pruebas de ADN que ahora resultan imprescindibles. La investigación se lleva a cabo mediante un exhaustivo examen de la información, la profunda observación de pistas y la elaboración de hipótesis más o menos acertadas. Algunas irán bien encaminadas y otras habrá que descartarlas. Y el mismo lector puede implicarse en la historia y jugar a los detectives.

Se trata de una novela que atrapa desde el principio hasta el final y además cuenta con algunas peculiaridades. Una de ella son sus personajes y el juego que se establece entre ellos. Cada uno de estos tiene sus propias ideas y sugerencias que los demás irán rebatiendo y modificando entre sí. Aunque al final quien lleva la voz cantante es el policía Lecoq, que tiene una enorme capacidad de deducción. Su apariencia es muy peculiar y distinta a la que tiene la policía deel momento, con ciertas extravagancias y sus manías no termina de inspirar confianza en los lugareños. Pero él tiene un método muy pulido para llegar al final de cada caso. Como personaje a Gaboriau le funcionó muy bien llegando incluso a recuperarle en otras de sus novelas.

Como investigadores provisionales que se empeñan en aportar su granito de arena a la resolución del caso nos encontraremos al señor Courtois, el alcalde del pueblo y al doctor Gendron y el padre Plantat, el juez de paz. Son las tres personalidades más ilustres de aquel lugar y por tanto se sienten en el deber de llegar hasta el final del asunto. Forman un curioso elenco de personajes que nos van dejando sus impresiones, sensaciones e ideas personales y que en ocasiones rozan entre sí dejando a veces incluso alguna escena cómica.

La novela se desarrolla en un pequeño pueblo de las afueras de París llamado Orcival, de ahí viene su título. Un lugar tranquilo, apacible e idílico donde nunca sucede nada. Por tal razón este crimen sorprende y pone en alerta a todo el mundo. La novela también nos deja ver las diferencias de clase y los prejuicios. Los ricos que pueden enmendar con dinero unas vidas disolutas y los pobres cuya fama les condena injustamente.

Con esta novela podemos desterrar definitivamente la idea de que una novela clásica exige una lectura densa o pausada porque su lectura es tremendamente ágil y fluida en parte por la gran presencia de diálogos y en parte por la prosa muy clara, directa y limpia del autor. Y eso que las descripciones de los escenarios o más bien de las escenas del crimen están muy bien pormenorizadas de forma que no cuesta verlas. El autor va detallando el crimen, que es el objetivo de la novela, y ofreciendo diversos giros al lector de forma muy ordenada por lo que no hay riesgo de perderse.  Además encontramos un sutil sentido del humor en ella.

Como es habitual en los ejemplares de este sello editorial nos vamos a encontrar con una edición de lujo que te hace disfrutar aún más de la experiencia lectora. En realidad la novela nos presenta una historia un tanto compleja en la que encontraremos una tupida red de mentiras, ambiciones, secretos y conspiraciones sin olvidarse de pasiones, celos y engaños. Más no puedo contar. Con respecto al final si desde el inicio nos encontramos con una trama muy tupida desarrollada de forma muy sólida llegaremos a una resolución  en la que no encontraremos ningún cabo suelto.  Si he de decir que con bastante antelación me aventuré a señalar a un culpable y no me equivoqué aunque adivinar el móvil del crimen fue ya una cuestión más complicada.

Conclusión

De nuevo el sello dÉpoca nos sorprende con un clásico de misterio que resulta entretenido y tremendamente adictivo. El crimen de Orcival es una novela que se lee con gusto y que te atrapa irremediablemente en un complicado caso que será resuelto por el peculiar Lecoq.