martes, 14 de enero de 2014

Aceptamos lagarta como princesa de cuento - Miriam Lavilla



Título: Aceptamos lagarta como princesa de cuento
Autora: Miriam Lavilla
Publicación: Alentia editorial, diciembre de 2013
Páginas. 351

Ariel es un pobre infeliz que arrastra un pasado sentimental completamente desastroso. Tiene tal repertorio de fracasos amorosos en su haber que asustaría al más valiente. Aunque no sólo él, sus amigos también. Lo cual le ha llevado a creer que el tira y afloja en materia amorosa es lo normal. Esto, lejos de desalentarle, ha hecho que busque a la fémina que le haga feliz con más ansia si cabe; ya sea para un ratito o para el resto de su vida. Intentona tras intentona verás cómo el iluso se ve envuelto en mil y una relaciones delirantes con mujeres de todo tipo que le llevarán por el camino de la amargura: La amiga, la Diosa, la siamesa, la ninfómana, la trepa, la rara, la amita de su casa, la madura, la adolescente, el brazo tonto de la ley, la tarántula, la indecisa… Y un sin fin más de personajes desternillantes que te harán reír a carcajadas. Después de todo, mandar a hacer gárgaras a la princesa y quedarse con la rana quizá no sea tan mala idea. 

“Aceptamos Lagarta como Princesa de Cuento” llega como la guía imprescindible para el hombre de hoy en día que, como su protagonista, aún anda preguntándose qué hizo mal. Aunque esta historia no sabe de sexos. Si tienes sentido del humor y sabes reírte de ti mismo disfrutarás hasta su última página. Así que ya sabes, no te pierdas la novela que ha revolucionado el género del humor. Un libro que ellos leen para entenderlas y que ellas compran para saber qué narices les pasa. Está claro que la guerra de sexos está servida, ¿te lo vas a perder? 

Mi experiencia con la novela

En los tiempos que corren en los que el pesimismo se puede percibir fácilmente a nuestro alrededor son especialmente valorables los esfuerzos, que tienen que ser mayores, para hacernos sonreír. Me apetece de ver en cuando acercarme a novelas de humor, de esas que se leen con la cabeza despejada, que no dan mucho en que pensar, que te hacen sonreír y te divierten sin más. Y esto lo cumple perfectamente Aceptamos lagarta como princesa de cuento.

Ya en su prólogo su autora Miriam Lavilla, con quien he tenido la suerte de cruzar alguna que otra palabra a través de la red y me ha parecido una persona muy juiciosa, con los pies en la tierra y muy agradable, nos avisa que no es literatura de culto ni un lectura profunda para meditar (el que avisa no es traidor). Nos encontramos ante una novela que podríamos encuadrar en el género de la comedia romántica con un punto de frescura y originalidad que aporta el punto de vista de  su protagonista. En cuestiones amorosas estamos más acostumbrados a ver el lado femenino y su experiencia con el sexo contrario y en esta ocasión se nos ofrece una vuelta de tuerca.

Ariel, que es como se llama el personaje central, es un joven bastante normal con los mismos intereses que cualquier otro joven de su edad pero marcado por una peculiar relación con el sexo femenino. Ya desde el comienzo de su vida su madre le dejó claro que las mujeres tenemos muchos de vista y que a veces no es fácil comprendernos. Pero esta es una buena lección que más tarde Ariel experimentaría en su propia piel con cada una de las mujeres que van pasando por su vida comenzando por Martita, la pequeña “arpía” que ya desde el primer día de colegio dispone su vida y le maneja a la perfección. Tras ella son muchas otras chicas amantes, amigas o novias las que pasan por su vida. Todas muy diferentes entre sí.

Mientras engrosa su catálogo de relaciones amorosas fallidas él sigue empeñado en encontrar a la mujer de su vida, esa que por fin le comprenderá a la perfección. Pero antes de encontrar a su princesa de cuento tendrá que verse las caras con muchas “lagartas” que pondrán su vida patas arriba y le harán vivir todo tipo de situaciones.

Me ha gustado mucho el enfoque que le ha dado la autora a esta novela. Me ha parecido una idea fresca y original que nos da otro punto de vista sobre las relaciones sentimentales, quizás menos conocido para nosotras y menos explorado como es el masculino. Así mientras nos cuenta todos estos fracasos amorosos del protagonista vamos conociendo distintos tipos de mujeres y como ellas también se enfrentan al amor. Algunas figuras son la amiga, esa que siempre está cerca, que se comporta como uno más de la pandilla pero con la que hay escasas posibilidades de intimar, la diosa, tan guapa que los hombres no se atreven a acercarse a ella y que al final se queda sola, la siamesa, que lo comparte todo con su mejor amiga incluso al mismo novio si se tercia. También están otras como la rara, la trepa, la ninfómana, la mujer madura o la ama de casa. Mientras el pobre Ariel se ve muchas veces mangoneado y aguantando. Alrededor de él conocemos también a su grupo de amigos (que no tienen desperdicio) que viven experiencias similares.

La novela está narrada en tono de humor y obviamente una de las formas de crearlo es la exageración y aunque todas estas figuras que aparecen en la novela están enfatizadas en el fondo se corresponden con comportamientos que podemos distinguir fácilmente en nuestro entorno más o menos cercano. En mi opinión este es uno de los puntos más divertidos de la novela porque al final lo que más nos hace reír es lo cotidiano, la parodia de lo que somos nosotros mismos o nuestros conocidos. Cada una de estas mujeres aportará a Ariel distintas sensaciones y experiencias, algunas más realistas, otras más exageradas y algunas hasta rocambolescas que te hacen sonreír en más de una ocasión.

La novela está narrada desde el punto de vista de Ariel, que en segunda persona del presente nos hace participes de como ha sido su vida en relación con el sexo femenino desde que asistió con cinco años por primera vez al colegio y allí conoció a la primera chica que marcaría su existencia. La novela está estructurada en diecisiete capítulos más un prologo y está narrada con un estilo sencillo, ameno, fresco y desenfadado que junto con la amplia aparición de diálogos hace de esta una lectura muy ágil para devorar en pocos días.

La historia está narrada de forma lineal y aunque en los primeros capítulos me dio cierta sensación de desunión entre un capítulo y otro al final la historia tiene una continuidad y se van entremezclando unos personajes con otros siguiendo la misma línea argumental.

Un detalle que me ha gustado de la edición es que en la presentación de cada capítulo hay una página con una imagen y una frase cuyo significado está relacionado con el contenido del capítulo y que se han sido originadas por diversos personajes muy conocidos y de distintas características como Groucho Marx, Oscar Wilde, Woody Allen o incluso Albert Einstein, Sócrates o Petronio. Pero ya que comento la edición también tengo que decir que he encontrado demasiadas erratas en ella tales como saltos de línea que no me llegan a molestar de forma especial pero con los que la editorial debería tener cuidado.

Conclusión

Aceptamos lagarta como princesa de cuento me ha parecido una novela honesta y sencilla cuya única pretensión es hacernos pasar un buen momento salpicado de sonrisas y que consigue sobradamente su propósito. Me ha divertido mucho conocer todas las anécdotas que Ariel va contando y por ello me parece una lectura muy recomendable para momentos en los que apetece leer algo ligero.