Título: Legado en los huesos
Autora: Dolores Redondo
Publicación: Destino, noviembre de 2013
Páginas: 549
El
juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de
comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de
la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado
basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán. Amaia también
había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina,
que imitando el modus operandi
del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la
adolescente hija de su mujer. De pronto, el juez anuncia que el juicio
debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del
juzgado. Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los
asistentes, Amaia es reclamada por la policía: el acusado ha dejado
una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un
escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Esa sola palabra que
remite al personaje fabuloso del imaginario popular vasco destapará una
trama terrorífica que envuelve a la inspectora hasta un trepidante
final.
Mi
experiencia con la novela
A principios de este año el nombre de
Dolores Redondo comenzó no sólo a sonar con fuerza entre las novedades
literarias publicando a la vez en diversos países sino que se coló
inmediatamente en las listas de los más vendidos. Fuimos muchos los que nos
vimos sorprendidos por El
guardián invisible, primer título de la trilogía del Batzán cuya segunda
entrega ha sido recientemente publicada. Aunque en la anterior el caso terminó
resuelto y cerrado yo os recomiendo que empecéis por el principio porque
resultará más fácil comprender algunos aspectos de la segunda.
En mi opinión Legado en los huesos no sólo se encuentra a la altura de su
predecesora sino que me ha resultado una lectura emocionante, original y
totalmente adictiva de la que prácticamente no me he podido separar. La
historia conserva intacta la frescura de la anterior aderezada con varias
subtramas que generan auténtica intriga, con una protagonista diferente y una
ambientación muy especial, casi mágica.
La historia arranca unos minutos antes
de comenzar el juicio contra Jasón Medina el cual ha sido acusado de violar,
asesinar y mutilar a su hijastra Johana Márquez intentando emular las
características del crimen del Basajaun. La inspectora Amaia Salazar, a punto
de dar a luz su primer hijo, lo espera con gran expectación ya que ella misma
ha contribuido a demostrar la culpabilidad del detenido. Finalmente el juez se ve
obligado a cancelar el juicio. El reo acaba de suicidarse en los aseos del
juzgado dejando una nota dirigida a la inspectora. Esta contiene sólo una misteriosa e inquietante palabra: :
«Tarttalo», que nadie parece comprender.
Este supone el comienzo de una
turbadora investigación en la que Amaia se verá involucrada tanto profesional
como personalmente.
Si en la anterior entrega la inspectora
de la Policía Foral de Navarra Amaia Salazar se vio obligada a volver a su
pueblo natal, Eliozondo situado en el valle del Batzán, para resolver un caso (el
del Basajaun) en esta ocasión tendrá que volver al mismo escenario. Aunque algo
ha cambiado en su interior. La vez anterior no sólo se enfrentó a la persecución
de un psicópata sino que se vio obligada a luchar contra los fantasmas
personales y los traumas infantiles de los que siempre había huido. Ahora, ya
reconciliada con su pasado y sus miedos controlados ha encontrado un lugar
donde reencontrarse cómoda y tranquilamente con su familia cada fin de semana.
La investigación dará lugar a una trama
muy oscura en que diversos elementos se van combinando creando intriga y
complicando una investigación especialmente delicada y siniestra en la que
Amaia tendrá que enlazar diversos elementos como la profanación de una iglesia,
cuerpos mutilados, huesos de neonatos, violencia machista, suicidios…
Como ya sucedió en El guardián invisible existe otra subtrama paralela a la de la
investigación criminal capaz de captar toda nuestra atención al instante y
engancharnos definitivamente a su historia. En esta ocasión es complicado
establecer una línea divisoria clara entre lo que representa el caso en sí
mismo y la que ocupa la parte personal de la protagonista ya que llega un
momento en que llegan a fusionarse.
En Legado
en los huesos además se nos irá
revelando más datos acerca del pasado de Amaia Salazar. La conocimos como una
mujer atormentada por la figura de su madre, quien desarrolló una perniciosa obsesión
por su hija y le procuró una complicada infancia plagada de miedos y terrores.
Un aspecto que valoro muy positivamente
en la novela es el tratamiento que Dolores Redondo otorga a sus personajes a
quienes llegamos a conocerlos muy bien gracias a que los perfila detalladamente
y los hace muy reales. Como ya comenté en la reseña de El guardián invisible me parece un gran acierto la construcción del
personaje principal, Amaia Salazar, a quien dota de gran complejidad
psicológica y gran cantidad de matices. Es una mujer fuerte, inteligente, recta
y muy profesional en su trabajo. En su interior sigue viviendo la niña
atemorizada y falta de cariño que un día fue. Cuando la conocimos se sentía
frustrada por el hecho de no lograr quedarse embaraza pero ahora a punto de dar
a luz comprenderá todas las dificultades que comprende ser madre. Más aún
cuando tiene que dividirse entre los cuidados que necesita un bebé y la
resolución de un siniestro caso. En
muchas ocasiones la veremos desbordada, dudando incluso de sus propias
capacidades y al límite de la extenuación.
Alrededor de ella se encuentra su
familia, un apoyo con el que siempre podrá contar. Su marido James, es un
hombre compresivo y dedicado en cuerpo y alma a la familia pero al que quizás
Amaia descuida demasiado o su tía Engrasi, uno de sus mayores sustentos
emocionales. En esta ocasión y sin querer desvelar nada nos acercaremos más a
la figura materna de Amaia, la mujer que llena sus noches de pesadillas. En
otro plano se encuentran sus compañeros de trabajo con quienes mantendrá
diversas relaciones definidas en menor medida.
De nuevo Dolores Redondo ha logrado una
ambientación inigualable. Resulta increíblemente fácil imaginar el valle del
Batzán a través de las precisas y jugosas descripciones que se nos ofrece. Los
bosques verdes, húmedos y frondosos, sus riachuelos de aguas cristalinas, el
frío, la lluvia suponen un marco inigualable que aporta especial atractivo a la
novela. Sobre todo porque su autora es capaz de trasladarnos allí y ver lo que
sus protagonistas tienen delante.
Una de las cosas que más disfruté en El guardián invisible fue la
introducción de aspectos de la cultura, costumbres y la mitología
vasco-navarra. Si anteriormente conocimos al mitológico Basajaun, guardián del
bosque y la naturaleza o Mari, la diosa de la fertilidad, en esta ocasión nos
habla del Tarttalo, un ciclope gigante que vivía en cuevas situadas en las
montañas y se alimentaba de animales y personas. Fue un ser muy agresivo que
controlaba a sus presas mediante un anillo mágico que respondía a su voz
delatando su situación.
También nos sirve para conocer un poco
de historia ya que nos habla de los agotes, un grupo étnico ya desparecido que
vivía en la zona del Batzán y se dedicaba a la artesanía de piedra y madera. Durante
casi ocho siglos fueron discriminados y apartados del resto de la sociedad.
El estilo narrativo de Dolores Redondo
es fluido, sencillo, directo y claro. Aunque la voz narrativa es una tercera
persona omnisciente normalmente queda sujeta a la percepción y vivencias de la
propia protagonista enfocando y centralizando casi toda la acción en ella. La
linealidad de la narración se rompe con algunos capítulos que se remontan a los
inicios de los años ochenta cuando Amaia estaba a punto de venir al mundo y nos
hacen conocer más el entorno en que nació y la figura de su madre. Además
utiliza de forma muy interesante un elemento onírico para hablarnos de la
naturaleza y el alcance de sus traumas. Pero también tiene un toque mágico con
cierta ambigüedad de forma que su autora no se aventura a desvelar que hay de
real y que de imaginado en muchas de las situaciones que Amaia protagoniza.
Su estructura en cuarenta y un
capítulos no muy extensos junto a un ritmo generoso que no decae en ningún
momento y se acusa en el tramo final hacen de esta una novela que se lee con
cierta agilidad. Su final resulta
sobrecogedor.
Conclusión
Legado
en los huesos ha supuesto una lectura fascinante, que atrapa desde la
primera hasta la última página. Inquietante, adictiva, oscura con muchísima
intriga, emociones desbordadas, un entorno insuperable y una atmosfera muy
especial.