lunes, 9 de diciembre de 2019

Infamia - Ledicia Costas


Conocí a Ledicia Costas con una novela genial  Escarlatina, la cocinera cadáver y nos gustó tanto que no pudimos evitar hacernos con Esmeraldina, la pequeña fantasma , otra novela que recomiendo encarecidamente pero para el público infantil o juvenil para el que está dirigido. A pesar de que Infamia es su primera novela dirigida al público adulto me parecía una de las novedades más apetecibles de la temporada.

Todo comienza cuando la protagonista de esta historia llega a un pequeño pueblo en Galicia llamado Merlo. Se ha trasladado desde Madrid huyendo de una relación tóxica y va a trabajar en la universidad impartiendo clases de Derecho Penal, su especialidad.

Si bien ella va buscando comenzar una nueva vida y olvidarse de las heridas que no es capaz de cerrar lo que va a encontrar en Merlo es completamente distinto. El pueblo es un hervidero de secretos, de culpas y de gente que no quiere que ella meta las narices en nada. Sin embargo un suceso ocurrido veinticinco años atrás hace que Emma no solo recuerde una parte de su pasado lejano sino que se interese e intente descubrir que ocurrió en realidad la noche que dos niñas desaparición para siempre y nunca se volvió a saber de ellas. Todo el mundo piensa y por los indicios que encontraron que están muertas aunque ya se sabe que la esperanza es lo único que se pierde.

Las personas de las que en su momento se sospechó siguen en el pueblo, aunque finalmente fueron exculpados, la familia sigue sintiendo el dolor de no haber podido enterrar sus cuerpos (si es que realmente no siguen vivas), algunos no quieren ni mencionarlos y quizás algunos saben más de lo que en principio dicen.

Esta es la premisa inicial de una novela que tiene un argumento y desarrollo vibrante, un ritmo que no da descanso y unos personajes polifacéticos, complejos y cargados de otras historias a sus espaldas. Una novela en la que una vez te adentras en su lectura es difícil dejarla de lado y olvidarse en ella.

Como ya os he dicho su argumento es muy interesante, marcado por el suspense y la intriga. En principio sabemos las hermanas Giraud, Sofía de trece años y la pequeña blanca de seis, desaparecieron hace veinticinco años y no se ha vuelto a saber de ellas pero poco a poco esta intriga va aumentando y nuevos acontecimientos se suman a la trama de forma que esta se abre en un abanico de subtramas.

Y es que hay tantas historias en Infamia como personajes que la habitan. Emma es una mujer de treinta y tantos que es abogada y se dedica a dar clases en la universidad. Se ha trasladado a Merlo desde Madrid huyendo de la complicada relación que mantiene con un hombre desde hace años. Pero si llega para olvidar lo único que hará será recordar algo que sucedió cuando ella era tan solo una niña y que le ha distanciado de su familia.

Aunque he dicho antes que Emma es la protagonista y un poco el personaje que va conduciendo el hilo argumental poco a poco se va convirtiendo en una historia prácticamente coral porque Lucas, Rubén, Noel, Salva y otros están maravillosamente retratados. A través de ellos vemos vidas rotas, infancias dolorosas, abusos, maldad, muerte, terror, supervivencia, desamor, impotencia y rabia.

Ledicia Costas tiene una forma de narrar que te engancha irremediablemente, que te hace devorar una novela que por otro lado no es muy extensa de forma que muy poco es lo que va a durar en las manos. La novela está narrada en tercera persona con la introducción de fragmentos que nos llevan al pasado para conocer escenas esenciales de la historia. Su estilo narrativo es depurado, certero y muy efectivo. Resulta muy fácil imaginar cada escenario, cada escena o cada personaje. Además las condiciones meteorológicas contribuyen a aumentar esa sensación de desconcierto. La sensación de tensión va creciendo conforme avanzamos en ella. Estamos en una Galicia húmeda, oscura y nublada, en donde la espesa niebla no deja de ver con claridad.

Pero hay algo que no puedo dejarme en el tintero y es que su final sé que no contentará a todos los lectores. Personalmente y aunque la autora no deja las tramas completamente cerradas no me ha faltado que apostillara más ni aportara mayor información. Pero eso sí me he quedado con ganas de más y no me importaría leer una segunda parte. Porque la vida nunca tiene un punto y final en sí misma. Son solo puntos de inflexión que nos llevan a recorrer otros caminos.

Al final Infamia, su título, nos lo dice todo. Una novela que habla de la peor parte del ser humano. De hecho hay escenas durísimas que nos estremecen. De aquellas cosas que es capaz de cometer para conseguir sus objetivos, para protegerse a sí mismo o a las personas a las que quiere. Una novela que nos habla de secretos, de miedos y heridas.

No podrás parara de leer.