Confieso que mi acercamiento a A plena luz fue temeroso. No conocía al
autor nada más que de oídas (Moehringer fue ganador del Pulitzer) a través de otras
de sus obras que no he leído. Y esta no es una historia más de ficción como
otra cualquiera. Sin embargo sí que la figura del protagonista me llamaba mucho
la atención y mis reservas sobre ella duraron muy pocas páginas porque tanto la
narración como la historia consiguieron captar mi interés desde el principio.
En este
libro se nos relata la historia de Willie Sutton a quien pusieron el
sobrenombre de El actor. Y comienza el día 24 de diciembre del año 1969, pocos
momentos antes de que después de casi veinte años en la cárcel de Attica lo
soltaran por graves problemas de salud. Su abogada había pactado la primicia
con un periódico y junto a un periodista y el chofer de un vehículo recorrerá
los lugares de Nueva York que resultaron emblemáticos en su vida. Con la
urgencia de que ese mismo puede ser su último día en la tierra.
Los
periodistas tienen prisa por llegar al escenario en que se relaciona con un
asesinato pero Sutton lo tiene claro, quiere empezar por el principio.
Nos
encontramos con una novela a caballo entre la biografía y la novela de ficción,
es decir, bebe de ambas fuentes. A plena
luz quizás no sea una de esas novelas que te atrapan y te intrigan de forma
inmediata pero es, en mi opinión, una obra muy atractiva, interesante y narrada
de forma muy inteligente.
La verdad
es que no conocía mucho de la vida de Willie Sutton y tras la lectura de novela
aun sabiendo que no todo en ella es completamente real, me ha resultado muy
peculiar y llamativa. Fue uno de los criminales más famosos de la época en
Estados Unidos. Su elegancia natural, su buen porte así como la cultura que él
mismo se encargó de procurarse lo hiceron el ladrón de bancos más carismático
de américa. Alguien a quien incluso la opinión pública llegó a admirar de
alguna manera. Quizás un hecho definitorio fue que después de casi cuarenta
años de asaltos nunca llegó a derramar sangre.
Empezamos
la historia casi por el final y no voy a daros muchos detalles. Lo que si os
diré es que junto al protagonista iremos conociendo su vida a fondo. Su infancia
en Brooklyn como hijo de inmigrantes irlandeses, cómo llegó a convertirse en un
delincuente, su relación con la justicia, su paso por las cárceles, su modus
operandi a la hora de “trabajar” (sumamente meticuloso) así como asuntos más
personales como el papel del amor en su vida o sus relaciones familiares (con
dos hermanos que eran más bien matones). Pero como os he anticipado antes era
necesario tomarse ciertas licencias literarias porque en realidad hay muchas incógnitas
en la vida de Willie Sutton, vacíos y lagunas junto al hecho de que él mismo
escribió en la cárcel dos biografías distintas que se contradicen.
Respecto
al contexto histórico-temporal creo que es algo muy importante en la historia y
creo que el autor consigue darle a la obra esa visión quizás más nostálgica o
cierto sabor a novela clásica negra. Todo comienza casi a punto de terminar el
año 1969 pero en realidad la historia de Sutton comienza en los años veinte en
un momento en que la economía caía en picado. La gente pasaba necesidades
mientras los grandes empresarios, los bancos, etc… seguían ganando dinero. Y quizás
es eso lo que hizo que Sutton en el fondo se ganara la simpatía de la gente de
la calle. A pesar de todo estuvo mucho tiempo en la cárcel.
En
definitiva, A plena luz es la biografía novela de un personaje muy peculiar del
que apenas tenía datos y que su autor narra de una forma excelente y muy
inteligente. Una novela que no dudo en recomendar si te gusta su temática.