Título: Ve y pon un centinela
Autora: Harper Lee
Publicación: HarperCollins, julio de 2015
Páginas: 272
Maycomb, Alabama. A los
veintiséis años Jean Louise Finch, Scout, vuelve a casa desde Nueva York para
visitar a su padre, Atticus. Con el trasfondo de la lucha por los derechos
civiles y los disturbios políticos que estaban convulsionando el Sur, el
regreso de Jean Louise a casa se torna agridulce. El descubrimiento de
perturbadoras verdades sobre su familia, la ciudad y las personas que más
quiere, unido a los recuerdos de su infancia, va a hacer que se cuestione todos
sus valores. Ve y pon un centinela capta a la perfección la dolorosa transición
vital de una joven que deja atrás las ilusiones del pasado en un viaje que
únicamente puede ser guiado por la propia conciencia.
Mis impresiones
No hace mucho que os hablaba en el blog de Matar
a un ruiseñor, la única novela de Harper Lee que había sido publicada
desde el año 1960 hasta hace unas semanas cuando Ve y pon un centinela vio la luz. Ha sido una novela muy esperada y
llega con cierta controversia levantando tanto la curiosidad de los lectores
como las críticas. La novela fue rechazada en el momento en que se escribió y
fueron los editores quienes aconsejaron a Lee darle una vuelta al enfoque de la
historia. De esta forma surgió la novela ganadora del Premio Pulitzer.
La historia transcurre de nuevo en Maycomb (Alabama), el lugar en el que
Jean Louise Finch, a quien todo el mundo conocía como Scout, pasó su infancia.
Ahora a sus veintiséis años se ha independizado y regresa desde Nueva York para
hacer una visita a su padre, el abogado Atticus Finch. Pero en esta ocasión
mientras Jean Louise comprueba que hay cosas que no cambian también descubrirá
otras nuevas sobre su familia que empañarán todos los recuerdos que atesoraba
sobre su niñez. Así se cuestionará quien es verdaderamente su padre y las
personas que la ayudaron a ser la mujer adulta en la que se ha convertido sin
olvidarse de intentar buscar explicaciones.
Ve y pon un centinela no es la
continuación de Matar a un ruiseñor a
pesar de que compartan la misma protagonista en dos etapas diferentes de la
vida, niña y adulta, por lo que cualquier lector que se acerque a ella no debe
esperar una prolongación de la misma. Se trata de dos novelas distintas que aun
compartiendo el mismo fondo y temática se presentan con dos enfoques que no
tienen nada en común. Es por ello que no creo que ambas novelas sean
comparables ya que la primera nos habla de la desmitificación de la infancia
desde una visión adulta y Matar a un
ruiseñor nos es narrada desde la perspectiva de una niña que está
descubriendo el mundo. Al menos este es mi punto de vista.
La novela transcurre en unos cuantos días mientras su protagonista
rememora los recuerdos y anécdotas de su infancia que tan feliz le hicieron.
Fue una niña a quien educaron con toda la libertad del mundo y a quien después
le permitieron escoger su camino. Le enfundaron unos valores, le enseñaron que
todos somos iguales y que bajo la piel no hay diferencias. Después se marchó,
cambio su apariencia pero nunca llegó a desaparecer la niña rebelde que había
en ella. Ahora Atticus, su padre, ha pasado la barrera de los sesenta años y
necesita un poco de ayuda para soportar su enfermedad, justo el momento en que
Jean Louise va a descubrir un aspecto que desconocía de él, uno que se
contrapone a todas sus enseñanzas.
“A mí me pasa algo raro, es algo que hay en
mí. Tiene que ser eso, porque todas estas personas no pueden haber cambiado
así”
(Página 167)
Salvo Jean Louise, la protagonista de esta historia, que mantiene su
esencia la mayoría de los personajes parecen tener un antes y un después.
Quizás la cara con la que realmente los veía ella es diferente a su percepción como adulta o quizás es que se han quitado las
máscaras. Pero ¿Cómo reacciona una persona cuando se desmorona todo aquello en
lo que ha creído? ¿Realmente estuvo ahí y nunca lo vio? Jack, el tío que dirige
un plantación, la criada Calpurnia, Hank, un joven de dudoso origen que aspira
a crecer o la tía Alexandra y sus normas de cortesía no pueden haber cambiado
tanto. Cierto es que algunos salen peor parados que en la novela anterior pero
me ha resultado un enfoque interesante y de no haber sido Atticus Finch un
personaje de tal calado por su moralidad y sentido de la justicia nadie se sentiría decepcionado.
Pero aparte de todo esto hay un tema que predomina en la novela: el
racismo. Y la autora lo ambienta en un momento en que se derogan las leyes de
segregación racial y la lucha en pro de los derechos civiles se hace una
realidad. Nos encontramos en el Sur de los Estados Unidos en mitad del siglo XX
y hay fuertes defensores de que negros y blancos no deben mezclarse y que están
convencidos que el hecho de otorgarles poder solo puede causar problemas. En aquella época se establecieron Consejos
Ciudadanos para apoyar y perpetuar estas diferencias que no eran más que una
extensión comedida del Ku Klux Klan. Y quizás en esta vemos una cara más
determinante y crítica de la autora que ataja el tema de forma a mí entender
más rotunda. También vemos las presiones sociales que suponen vivir en un
entorno cerrado, de mentes obtusas que interpretan los hechos a su manera, en
la que cada uno ocupa su lugar y en las que trasgredir la norma puede costar
caro. El dinero, la posición o el origen son aspectos vitales.
Ve y pon un centinela está
narrada en tercera persona con un ritmo tranquilo en el que la acción no es muy
acusada en favor de la exposición de ideas y argumentos. Son destacables los diálogos
en que los personajes intentan defender su postura y las propias reflexiones de
la protagonista. A pesar de ello es una novela que se lee con agilidad porque
está narrada de forma ligera. Además Harper Lee sigue narrando con desparpajo y
sentido del humor añadiendo alguna anécdota o historia entrañable que nos
sacara una sonrisa.
Conclusión
Si ya en su momento os recomendé la lectura de Matar a un ruiseñor en esta ocasión os animo a que dejéis atrás los
prejuicios y las ideas preconcebidas y le deis una oportunidad porque me ha
parecido muy buena novela. Ve y pon un centinela es una novela de corte
sencillo y lectura agradable que nos habla del despertar de una joven que se da
cuenta con desilusión de que quizás su infancia no fue como la vivió.