Título: Volver a Canfranc
Autora: Rosario Raro
Publicación: Planeta, abril de 2015
Páginas: 512
Marzo de 1943.
Agazapados dentro de una habitación secreta, varias personas contienen la
respiración mientras aguardan a que el sonido de las botas reforzadas con
metal de los soldados alemanes se aleje. En la estación internacional de
Canfranc, en el Pirineo, la esvástica ondea sobre la playa de vías. En
medio de la oscuridad, Laurent Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma,
camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandarte arriesgan sus vidas
para devolverles la libertad.
Volver a Canfranc es su historia. Jana y Esteve, armados tan
solo con la valentía que da el amor, lucharon porque miles de ciudadanos
judíos consiguieran atravesar esta estación mítica. Además de ellos, otras
personas guiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror y
ayudarlos. Para miles de perseguidos por el régimen nazi la esperanza se
llamó Canfranc.
Mis impresiones
Pocos reclamos me resultan tan atractivos como las
historias ambientadas en el periodo de la II Guerra Mundial. A través de
diferentes novelas he podido comprobar no solo que en cada uno de los países
que estuvieron implicados directamente se vivió de una manera sino que además
hay muchos episodios que no han trascendido tanto y que son apenas conocidos.
Un buen ejemplo de ello es lo que se nos narra en Volver a Canfranc, una novela que sitúa la acción en un lugar que
resultó clave para la contienda y la vida de miles de judíos.
La historia comienza en la Estación de Canfranc (Huesca)
durante el mes de marzo de 1943 que está vigilada y controlada por las tropas
alemanas tras haberse instalado allí una brigada de Alta Montaña de Baviera,
agentes de las SS y miembros de la Gestapo. La estación es una confluencia de
viajeros que suben y bajan a los diferentes trenes y otros que ocupan el Hotel Internacional
esperando la salida a sus destinos.
Pero a la sombra de todo este bullicio tres personas
están cambiando la vida de miles de judíos ayudándoles a cruzar la frontera de
forma clandestina hacia otros destinos donde podrían salvaguardar su existencia.
Laurent Juste, el jefe de la aduana, Jana Belerma, una camarera del hotel, y
Esteve Durandarte, un bandolero y traficante, se juegan su propia vida
sembrando la esperanza….
Volver a Canfranc
no ha resultado ser la novela que yo esperaba. Lo cual no es ni bueno malo,
simplemente no se adapta a la idea que yo me había preconcebido de ella. Quizás
es la razón por la que me costó un poco situarme y entrar en la historia pero
finalmente ha resultado ser una lectura muy interesante que me ha desvelado una
parte de la historia que yo desconocía por completo. No es otra novela más que
se centre en los judíos sino que aborda el tema centrándose en aquellas personas
que, como los protagonistas de esta historia, se jugaron su propia vida desde
la Resistencia para salvar a otros luchando de forma clandestina contra un
régimen que sembraba del terror. Aunque esta historia junto a muchos de sus personajes
es ficción está inspirada en la realidad. A partir de esta línea principal
también se van entroncando en ella las
vidas de sus personajes, algunos secretos que esconden y una historia de amor
que suma alicientes adicionales
La estación de Canfranc unía a España y Francia a través
del puerto de Somport traspasando los Pirineos y resultó ser un enclave
estratégico para las comunicaciones durante la II Guerra Mundial (y después para
la liberación de Europa). Esto no paso desapercibido para los alemanes que a
principios de 1942 se hicieron con el control de la misma. Una de cosas que más me han llamado la atención en
ella es el ambiente opresivo y cargado de tensión que reinaba en la estación y
que se respira a lo largo de toda la novela. Vigilada constantemente por el ejército
alemán, los movimientos durante la noche, las conversaciones en susurros, los
encuentros furtivos y las personas escondidas van dejando cierta inquietud en
el lector.
Pero también fue el lugar idóneo para escapar de las
garras del nazismo y no solo fueron solo judíos sino también gitanos o
cualquier otra persona que no se acomodara a los preceptos del régimen los que
atravesaban los Pirineos para refugiarse en otros países donde encontrarse a
salvo. Incluso pasaron personalidades tan conocidas como Marc Chagall, el
pintor, el artista Max Ernst, la compositora Alma Mahler o el escritor Thomas
Mann. Esto nos lo cuenta la autora en el prólogo del que se desprende que ha
debido realizar un gran trabajo de investigación para documentarse teniendo en
cuenta que no es de los episodios más conocidos de la contienda y además
dándole forma y adaptándolo a la ficción (con
ciertas licencias literarias).
En Volver a
Canfranc nos narra acontecimientos que recogen momentos tan singulares como
cuando se cantó La Marsellesa con la
liberación de París, nos habla del trafico de oro para subvencionar la guerra,
el funcionamiento de las redes de espionaje, el papel de las embajadas, los libros
para transmitir mensajes en clave o de los lugares de encuentro para intercambio
de información.
En la novela destacan principalmente tres personajes. Uno
de ellos es el francés Laurent Juste destinado en la estación como jefe de
aduana. Su figura está inspirada en Albert Le Lay, que desempeñaba el trabajo
homólogo al personaje en la novela. Y al igual que Laruent, se opuso firmemente
al régimen nazi y al gobierno francés desarrollando una gran labor humanitaria
de forma completamente altruista y jugándose su propia vida. Jana Belerma,
especialista en falsificar documentos y el bandolero Esteve Durandarte son en
cambio producto de la imaginación de la autora pero que bien podrían haber
existido. Son figuras valientes, comprometidas con la causa y desinteresadas
que nos dejan asomarnos a sus emociones y que están dibujadas con realismo.
Volver a Canfranc
está escrita con un estilo muy depurado, quizás no resulta una novela
excesivamente ligera pero tanto los escenarios como las situaciones y
personajes están muy logrados. Además Rosario Raro incorporao dosis adicionales
de intriga a través de las diferentes subtramas y algunos guiños literarios que
siempre nos gusta encontrar.
Conclusión
Volver a Canfranc
es una novela tan sustanciosa como interesante, narrada con pulso firme y
determinación que nos cuenta un episodio menos popular de la historia pero que resulta
muy interesante.