lunes, 9 de abril de 2018

Todas las familias felices - Mercedes de Vega


Título: Todas las familias felices
Autora: Mercedes de Vega
Publicación: Plaza & Janés, marzo de 2018
Páginas: 424

Teresa Anglada ve cómo su vida de periodista de éxito se desmorona cuando su hija Jimena desaparece en el Museo de Arte Reina Sofía de Madrid sin dejar rastro. Presa del pánico, Teresa tarda en caer en un detalle: su hija ha desaparecido un 21 de diciembre, el mismo día que lo hizo su padre en 1970. Lo que todavía no sabe es que una de sus antecesoras murió en ese mismo lugar sesenta y siete años atrás, cuando el museo era el Hospital Provincial de Madrid, si bien nunca se encontró su cadáver.

Para recuperar a la pequeña Jimena, Teresa deja su trabajo y emprende una investigación que la obligará a ahondar en el pasado de su familia. Este viaje la enfrentará a sus propios fantasmas, a la pérdida de su padre, y a saber realmente quiénes son los Anglada, hasta alcanzar un clímax del que nadie saldrá indemne.

Mis impresiones

Con Cuando estábamos vivos Mercedes de Vega se colocó en una de mis lecturas favoritas del 2015. Disfruté muchísimo esa historia de secretos familiares que tenía una ambientación muy bien lograda y que estaba narrada de forma muy elegante. Así que no es de extrañar que su nuevo libro me apeteciera muchísimo. Y la razón no fue solo su trabajo anterior sino esa referencia tan obvia a la primera frase con la que comienza Ana Karenina, de Tolstói, y que es además la cita que abre la novela.

“Todas las dudas caen sobre él. Dudar, esa es su enfermedad. Y la dolencia del que duda, el miedo. Y tras haber superado el temor al miedo, otra vez la duda. La duda le indica el buen camino, eso piensa.

La historia comienza desarrollándose en dos líneas argumentales. Una de ellas arranca en Cuidad Lineal el 21 de diciembre de 1970. Tomás Anglada es un hombre casado y con una hija que quiere encontrar sus raíces. Se crio en un convento de monjas con afecto y muchas atenciones y aunque nunca tuvo especial interés en indagar su pasado, Rosa, su mujer siempre lo alentó a hacerlo. Así una mañana parte hacia el pueblo de Milmarcos en donde cree que podrá encontrar lo que busca. No le ha contado a nadie su destino y ese día no regresará a casa dejando un gran vacío y un interrogante en su hogar.

Si el 21 de diciembre es una fecha dolorosamente marcada para Teresa Anglada por la desaparición de su padre, treinta y tres años después también lo será por la desaparición de su hija Jimena. Durante una visita al Museo Reina Sofía la niña desaparece misteriosamente….

No os voy a contar más de lo que sucede en esta historia. Tan solo que de nuevo Mercedes de Vega ha vuelto a conquistarme con una historia familiar, que sigue siendo mi género favorito, en la que hay suspense, intriga, secretos por descubrir y un toque sobrenatural que me ha gustado mucho y me ha tenido interesada y atrapada en su lectura todo el tiempo. No es una novela determinada por la fantasía y para mi gusto está muy bien integrada en la historia ese toque paranormal. Al principio de la novela seguiremos dos líneas argumentales que van sucediéndose de forma paralela hasta que una de ellas se extingue para dar paso a la otra. En la novela nos vamos a encontrar historias de amor y odio, pasiones prohibidas, intereses y ambición, mentiras, espera, drama y muerte.

Una fecha clave, el 21 de diciembre, y tres extraños sucesos (una muerte y dos desapariciones) que ocurren en diferentes años serán la trama que guie a unos personajes que me han gustado mucho conocer. Me han resultado figuras muy potentes, llenas de fuerza y muy bien construidas. En el año 2003 conoceremos a Teresa Anglada, que ha crecido marcada por la desaparición de su padre hace más de treinta años. Desde entonces su madre se ha autoimpuesto un encierro desesperada por la desaparición de su marido y con la esperanza de que un día regrese. Teresa no ha tenido una vida fácil por ello. Ahora es una conocida y respetada presentadora de televisión, tiene una relación con un hombre casado a la que ya no ve sentido y dos hijas gemelas que ha tenido sola. Son su mayor tesoro y cuando una de ellas desaparece su mundo se viene abajo. Con fiereza luchará por recuperar a su pequeña y solo podrá hacerlo indagando en su pasado y conociendo la verdad. Una verdad truculenta que protagonizaron sus antepasados. Algunos fueron víctimas y otros verdugos.

No es el único personaje de la historia porque el elenco se completa con otras figuras que tienen mucha fuerza, como Tomás Anglada que recorre un camino parecido al que su hija deberá tomar. Aunque lo hace muchos años antes. Un niño que creció huérfano y al cuidado de unas monjas, que gracias a ellas y a su inteligencia estudió matemáticas y obtuvo un buen empleo, que se enamoró de una mujer mayor que él que solo pudo darle una hija y que quiso pasar toda su vida con ella, aunque algo se lo impidiera. De este personaje, si me disculpáis, no voy a hablar nada más. Es mejor que lo descubra el propio lector entre sus páginas.

La novela hace un largo recorrido en el tiempo que abarca desde los años treinta hasta los primeros años del siglo XXI. Me ha gustado la forma en que en cada época está contextualizada la historia. Mercedes de Vega puntualiza en cada momento lo que viven sus personajes pero sin necesidad de explicaciones que alarguen sin sentido la historia y que ya todos conocemos. Una forma muy sutil de marcar las vivencias de las diferentes generaciones de los miembros de una misma familia acorde con las transformaciones de la sociedad. Un enclave muy importante en la novela es el Museo Reina Sofía de Madrid. Lo he visitado en varias ocasiones pero apenas conocía la historia que se esconde en los muros de su edificio. Y me ha gustado indagar en ella. En los tiempos que fue un hospital y en sus sótanos se estableció la primera escuela de cirugía en España. Parece que cuando se reconocen los escenarios de una historia se pueden visualizar mejor y se disfruta más.

De nuevo me he sentido muy cómoda con la forma de narrar de Mercedes de Vega. Me gusta su estilo limpio, pulido y pulcro pero sobre todo cercano y natural con mucho detallismo y manejando muy bien los tiempos de la historia.

Conclusión

Me ha gustado mucho leer Todas las familias felices. Una historia con suficientes elementos para atraparme y hacerme disfrutar de secretos familiares, intrigas, secretos, unos personajes con alma y una estupenda forma de narrar.