Autora: Lara Moreno
Publicación: Lumen,
octubre de 2016
Páginas: 272
Dos mujeres, dos
hermanas, dos personajes complejos enfrentados a sus contradicciones que
comparten un mismo pasado del que es mejor no acordarse.
Un viejo
caballito de plástico blanco y azul espera a las dos hermanas cuando entran en
casa del padre, un hombre solo que murió hace un año, dejando tras de sí pocos
recuerdos y algunas manchas de café en el mantel. Sofía y Rita han venido al
pueblo para recoger lo poco que queda de aquellos años en que eran niñas y
pasaban los veranos allí, en el sur, cerca de la
playa.
Rita, tan esbelta
ella, tan hermosa, tan lista, parece dispuesta a despachar el asunto y volver a
lo suyo, pero Sofía sabe que esa casa será el refugio donde ella y Leo, su niño
de cinco años, van a instalarse para curar un desamor que la ha dejado sin
fuerzas. Allí se quedan madre e hijo, paseando esa nueva vida por las calles
donde se abren las primeras sombrillas, masticando arroz y fruta limpia,
intentando imaginar un futuro que tenga sabor.
¿Y Rita? Rita se
va pero vuelve porque hay recuerdos que queman y el rencor pide paso.
Finalmente, encerradas en esa casa que parecía muerta, las dos hermanas nos van
a contar una historia dura, algo que nadie quería saber, un secreto del que
quizá sería mejor olvidarse, y que solo la buena literatura sabe rescatar para
que ese dolor, esa rabia y la ternura que de repente asoma sean también
nuestros.
Mis impresiones
Piel de lobo es la segunda
novela de la escritora sevillana Lara Moreno, la cual ha tocado también otros
géneros como el relato o la poesía. Su obra anterior Por si se va la luz obtuvo tanto el reconocimiento de la crítica
profesional como de los lectores. Una novela que aún no he tenido la ocasión de
leer a pesar de que no me faltan las ganas.
“Solía dormir rodeada de muñecos de peluche que me provocaban alergia.
A veces se me hinchaban los ojos y la nariz por los ácaros del polvo. Dormía
con ellos porque tenía miedo, dormía enterrada entre bolsas de felpa rellenas
de algodón sintético con ojos de plástico y bigotes de lana. Tenía miedo del
espíritu santo, por ejemplo, una paloma tétrica de pico sucio y garras
afiliadas que entraba volando en un oscuro pajar, aleteando a traición, robándote
algo muy valioso que había dentro de ti, algo irrecuperable.”
Al comienzo de la novela conocemos a dos hermanas, Sofía y Rita, que
se encuentran en la casa de su padre en un pequeño pueblo de playa de Levante,
donde ellas pasaron muchos veranos cuando solo eran unas niñas. Hace un año que
su padre había muerto y ambas creen que ha llegado el momento de encargarse de
las cosas de este. Cada una de estas hermanas, siempre tan diferentes, tiene
pensados distintos destinos para la casa. Sofía cree que deben conservarla
mientras Rita solo piensa en venderla y volver a su vida.
Sin embargo algo ocurre que hace que definitivamente la casa no se
ponga a la venta. Cuando Sofía regresa a su hogar, su marido la abandona y se
marcha. Y es a esa misma casa en la que murió su padre donde acude a refugiarse
acompañada de Leo, su hijo de cinco años, sin saber muy bien el camino que ha
de tomar.
Puede parecer que Piel de lobo
no represente, contando simplemente su sinopsis, ninguna idea novedosa pero sin
duda solo hay que leer unas cuantas páginas para que cualquiera que lea esta
novela se dé cuenta de que no va a ir por los derroteros esperados. Esta es la
historia de dos hermanas cuya relación es tensa e incómoda. Quizás porque la
presencia de la otra traiga a una recuerdos amargos. Durante su estancia en la
casa de su padre Sofía se irá abriendo y revelará a su hermana el momento en
que comenzó la destrucción de su matrimonio pero a la vez irá rememorando
algunos episodios significativos de su infancia y de este modo llegará a que su
hermana confiese algo que lleva años callando. Y no puede ser otro lugar que
una casa neutral donde han compartido juegos de niñas.
Además de conocer a Sofía como la hermana mayor también la conocemos en su faceta como madre
aunque también pueda haber algo implícito de maternidad en ese término de
hermana mayor. A veces estas protegen, cuidan y enseñan a las más pequeñas. Y
la autora se aleja del tópico del ideal de maternidad para mostrarnos una mujer
perdida, descordada, con sus debilidades y con sus momentos de culpabilidad. De
esa necesidad de elegir lo mejor para su hijo pero también de esos momentos en
que necesita liberarse de él y tomarse un respiro huyendo de los juegos y los
caprichos del pequeño.
Lara Moreno utiliza un estilo intenso y envolvente para meternos en la
historia. A través del cambio del narrado y perspectiva va hilando una historia
que va mezclando momentos amables y muy poéticos con otros que nos incomodan y
nos perturban por su crudeza. Incluso y a parte de ese lado emocional de sus
personajes se ocupa de la carnalidad y necesidad de sus cuerpos. Sea cualquiera de estos casos ha logrado una
mezcla efectiva que va creando muchas sensaciones en el lector. Al mismo tiempo
transmite perfectamente al lector esa confusión que siente la protagonista
mediante el retorno de esos recuerdos de forma desordenada creando en algunos
momentos un ambiente asfixiante de tensión.
Piel de lobo es una novela de
carácter introspectivo e intimista que hay que leer sin prisas a pesar de la
aparente agilidad en su forma narrativa. Lara Moreno utiliza un estilo muy
personal y único en el que no se pierde en florituras ni adornos y nos deja un
relato sobrio y directo pero cargado de intenciones. Me ha llamado mucho la
atención la forma en que aborda las conversaciones entre dos personajes. A
veces como si fueran monólogos omitiendo uno de las dos partes.
Conclusión
Quizás Piel de lobo no sea
una novela para todo el mundo. Sin embargo creo que es una lectura de
construcción muy interesante en la que encontremos muchos matices y una clara
complejidad en su historia. Una novela que hay que leer con los cinco sentidos
para apreciar todo lo que la autora quiere contar, que no son pocas cosas.
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