Título: Poeta en Nueva York
Autor: Federico García Lorca
Publicación: Navona, abril de 2016
Páginas: 136
Poeta en Nueva York es el resultado de la primera visita al extranjero de Lorca: una
estancia que el poeta describió como “una de las experiencias más útiles de mi
vida”. Tras la publicación de Canciones (1927) y Primer
romancero gitano (1928), Federico confesó en sus cartas estar atravesando una crisis
vital, por lo que necesitaba desvincularse durante cierto tiempo del ambiente
andaluz y de su círculo madrileño de amigos. En 1929, Fernando de los Ríos,
antiguo maestro de Federico y amigo de la familia, propuso que el joven le
acompañara en su viaje a Norteamérica. Los nueve meses que pasó en Nueva York y
Vermont y luego en Cuba cambiaron su visión de sí mismo y de su arte. No en
vano ese fue el primer encuentro de García Lorca con la diversidad religiosa y
racial; su primer contacto con los rascacielos, con las grandes masas urbanas y
con un mundo mecanizado. Casi podría decirse que el viaje a Nueva York
representó su descubrimiento de la modernidad. Allí exploró el teatro en lengua
inglesa, paseó por el barrio de Harlem con la novelista Nella Larsen, escuchó
jazz y blues, conoció el cine sonoro, leyó a Whitman y a T. S. Eliot y se
dedicó a escribir uno de los libros más importantes de su trayectoria, que se
publicaría cuatro años después de su muerte.
Mis
impresiones
La verdad es que no soy muy diestra en entender
esto de la poesía. Conozco y me gustan algunos autores como Salinas o Neruda,
que me parece que se entienden fácilmente y que tienen un mensaje claro.
Tampoco sé muy bien como reseñar un libro de poemas porque su interpretación es
tan personal que cada uno puede hacerlo de una manera. Eso sí me animé por el
hecho de que formara parte de Los
Ineludibles de Navona y lo he leído despacito. No sabía si lo iba a
entender bien o no. Aunque más que entender creo que aquí la cuestión es lo que
transmiten estos poemas. A Lorca lo conocí hace muchos años a través de sus
teatros y algunos de sus otros poemas.
Lorca llegó a Nueva York con algo más de
treinta años para impartir una serie de conferencias pero sobre todo porque
pasaba por un bache anímico y necesitaba tomar aire fresco, ver otras cosas y
alejarse de su propio círculo de amigos durante un tiempo. Era el año 1929 y
sus vivencias allí dieron lugar a esta obra que hoy os traigo. Al año siguiente
seguiría dando sus conferencias en Cuba y las incluiría en este poemario que no
vio la luz hasta 1940 con Lorca ya desaparecido. Este viaje supuso para él
encontrarse otro mundo diferente al que había visto en nuestro país. En Nueva
York cambio su forma de ver la vida y concebir su escritura. Por ello esta obra
se puede encuadrar dentro del surrealismo. No me he preocupado de saber si
cumple estas características o no, tan solo de apreciar lo que me transmitían.
Y han sido tristeza, preocupación y nostalgia principalmente los sentimientos
que me ha infundido.
“Yo no podré quejarme
si no encontré lo que
buscaba.
Cerca de las piedras sin
jugo y los insectos vacíos
no veré el duelo del sol
con las criaturas en carne viva.”
Cielo
vivo
Poeta
en Nueva York se divide en diez partes que se han
agrupado según su temática. En ellas recuerda, por ejemplo, sus años de
infancia feliz y los compara con la soledad que vive en la Universidad de
Columbia y su propia insatisfacción. También de las decepciones amorosas en el
contexto en que Lorca vivía su homosexualidad. Sin embargo y además de lo que
pasaba por él nos muestra el mundo que en ese momento le rodea. La ciudad inmensa,
industrializada, sus calles, la economía fueron cosas que le impresionaron en
contraposición con las clases menos favorecidas, los pobres (mientras Lorca
estuvo allí se produjo el Crack del 29) y la injusticia. Pero sobre todo al
compararlo con Andalucía, su tierra natal, rural e inculta vio que el lugar
donde estaba perdía. Nos enseña también cómo ve la nueva sociedad que está
conociendo a través de los negros en Nueva York criticando su papel en la
sociedad y el racismo entre el que vivía.
“Nueva York de cieno,
Nueva York de alambre y de
muerte.
¿Qué ángel llevas oculto en
la mejilla?
¿Qué voz perfecta dirá las
verdades del trigo?
¿Quién el sueño terrible de
tus anemonas manchadas?”
Oda
a Walt Whitman
En este poemario también tuvo lugar un
espacio para la naturaleza en la que se sentía más acorde con su estado de
ánimo gris y mientras que en la gran ciudad había sido aniquilada en su viaje a
Cuba en 1940 se pudo reconciliar con ella y en donde encontró canciones, color
y sosiego.
El poder del dinero, la soledad, sus
propias angustias, la añoranza de la inocencia perdida, su preocupación por el
menos afortunado, la muerte…son los temas que iremos descubriendo a través de
palabras cuidadosamente seleccionadas, de metáforas, de elementos oníricos en
verso libre que nos narran algunas escenas que yo he interpretado como duras.
Conclusión
Los versos de Lorca en Poeta en Nueva
York, a veces no son fáciles de leer e interpretar pero lo cierto es que tienen
mucha garra y te crean emociones. No soy lectora habitual de poesía pero me ha
gustado la experiencia.