viernes, 29 de abril de 2016

Tres abuelas y un plan de sabotaje - Minna Lidgren



Título: Tres abuelas y un plan de sabotaje (Trilogía de Helsinki 3)
Autora: Minna Lindgren
Publicación: Suma de letras, febrero de 2016
Páginas: 386
Tienen más de noventa años. Y si quieren justicia nada las detendrá.

Las obras de mejora en la residencia El Bosque del Crepúsculo llegan a su fin y los ancianos pueden regresar a sus apartamentos. Ahora todo es diferente porque la dirección está en manos de una organización religiosa de dudosa legalidad; es poco probable que convertir a ancianos y pedirles su dinero esté permitido.
Pero hay otro tema que preocupa más a los residentes: las innovaciones tecnológicas hacen que ya no se necesite la presencia de personas que cuiden de los ancianos. La supervisión médica se hace online, se ha sustituido a los enfermeros por inventos automatizados y el servicio de apoyo se presta por Internet desde la India.

Las tres abuelas están hartas de una vida programada por ordenador, así que deciden tramar un plan para destruir el sistema informático. A su edad se pueden romper unas cuantas leyes y reglas si no hay justicia. Su intento de hackeo les hace acabar en prisión, pero después de una noche en la celda empiezan a vislumbrar un futuro un poco más libre. La aventura más emocionante está todavía por llegar.

Mis impresiones

Tres abuelas y un plan de sabotaje es el tercer y último volumen de la Trilogía de Helsinki cuyos títulos anteriores ya os presenté en las respectivas reseñas de Tres abuelas y un cocinero muerto y Tres abuelas y un joyero de ida y vuelta. Dos novelas que me parecieron entretenidas y de lectura ágil aunque en ellas eché en falta que la autora ofreciera más dosis de misterio.

“Siiri Kettunen se despertó y creyó tener una pesadilla. Se quedó de pie junto a la cama con los pies agarrotados firmemente dentro de las pantuflas, el cabello gris alborotado, y clavó los ojos en la pared de enfrente, que brillaba con un rojo encendido. Sabía que estaba viva porque en el oído izquierdo sonaba el familiar La agudo.”

Si en las anteriores entregas, Siiri, Irma y Anna-Lissa se enfrentaron a una gestión poco transparente del El bosque del Crepúsculo, el centro residencial para la tercera edad en el que viven, y posteriormente a unas obras que les hacían la vida imposible en este tercer episodio el centro ha sido reformado en su totalidad.

La tranquilidad  vuelve a reinar en habitaciones y pasillos, sin embargo, hay demasiado silencio ya que todo ha cambiado. Los trabajadores han sido sustituidos por maquinas que realizan su trabajo de forma mecanizada. Y para colmo una serie de mensajeros religiosos no paran de darles sermones e incentivarles para que hagan donaciones. Siiri, Irma y Anna-Lissa no terminan de acostumbrarse a esta nueva situación. Sin duda tendrán que hacer algo para ponerle remedio.

Son pocas las novedades que vamos a encontrar en esta tercera parte pues Minna Lidgren mantiene intacta la esencia de las anteriores novelas y por ello poco puedo comentar que sea diferente a lo ya comentado en mis anteriores reseñas. Sarcasmo, ironía, una gran dosis de crítica social y la misma ausencia de suspense e intriga que las anteriores. Si ya el cocinero y el joyero fueron elementos muy puntuales lo mismo ocurre con el plan de sabotaje que yo no he encontrado demasiado peso en el desarrollo en favor de la descripción de la vida diaria de las tres ancianas.

Seguimos encontrando esa crítica al abandono y menosprecio de los ancianos que han dejado de ser seres productivos. La soledad y el abandono al que se les somete, no solo por parte de sus familiares, sino también de las personas que les asisten y del estado. En esta ocasión aun mayor porque ahora son atendidos por maquinas que los medican, los sirven la comida y los vigilan continuamente mediante antenas y cámaras coartando su derecho a la intimidad y a sentirse cómodos en casa. En El Bosque del Crepúsculo ya no quedan cuidadores a los que recurrir y los saquen de un apuro en caso necesario o incluso detectar la muerte de alguno.

Porque sin duda la muerte es otro de los temas que están presentes en el libro, quizás en esta novela con mayor hincapié. Los protagonistas del libro la tienen más que asumida, la toman con naturalidad e incluso hacen de ella una broma constante. Serán diversos personajes los que vayan desapareciendo de escena como ocurría en las anteriores. Un tema que la autora toca con mucha naturalidad pero que nos habla también de la muerte en soledad, que yo creo que debe ser algo horrible.

El tema de suplir un ser humano por una maquina también es motivo de discusión y todo ello por el ahorro que supone la mano de obra pero que no se traduce en los cobros a los residentes quienes ven que la tecnología aumenta sus facturas. Todo son argucias del gobierno y las instituciones para llenar el saco.

Otro tema con peso es la crítica y la advertencia sobre el peligro que ejercen las sectas capaces de introducir sus ideas en las mentes más débiles incluso controlando muchos aspectos de su vida y sus capacidades de decisión. Pero el principal objetivo de estas sectas es el poder y el dinero, sobre todo esto último. La intransigencia a  libertad sexual o la homosexualidad (El Bosque del Crespúsculo no se aceptan parejas homosexuales) son temás que  también la autora incluso en este episodio.

Ya os dije en ocasiones anteriores que Sirii, Irma y Ana-Lissa son tres personajes que me han resultado simpáticos y que al final les coges cariño aunque en algún momento me hubiese gustado dejar atrás sus achaques, despistes, malentendidos y conversaciones cruzadas y conocer realmente el interior de estas mujeres, cómo fue su vida aunque las conozcamos en el momento presente. Ahora se enfrentan a una tecnología que les resulta fría y con la que no acaban de llevarse bien, a unas ratas que aparecen en el centro, a predicadores religiosos y aun don juan entrado en años con las manos muy largas entre otros personajes.

De nuevo, un estilo fácil y ligero de narrar en donde la ironía se hace muy presente con diálogos chispeantes y cargados de intenciones. La literatura y la arquitectura y calles de Helsinki siguen muy presentes en la vida de las ancianas. Sigo pensando que a la trama que da origen al título y al desarrollo le falta contundencia lo que no quita que sea una novela que se lee bien y que resulta muy entretenida.

Evaluando la trilogía al completo creo que la autora mantiene los mismos elementos y el mismo nivel en cada uno de los tres libros, por lo que no podría decir que alguno de ellos supera al anterior, siempre bajo mi punto de vista.

Conclusión

Tres abuelas y un plan de sabotaje es el cierre de una trilogía en la que destaca la denuncia social narrada desde un punto de vista bastante sarcástico.