Título: Tres
abuelas y un joyero de ida y vuelta
Autora:
Minna Lindgren
Publicación:
Suma de letras, noviembre de 2015
Páginas: 384
Tienen más de noventa años. Pero no van a dejar que los criminales
se salgan con la suya.
Siiri, Irma y Anna-Liisa creen haber recuperado la tranquilidad de
su rutina diaria en El Bosque del Crepúsculo, el centro para la tercera edad de
Helsinki en el que viven. Pero pronto las tres abuelas ven cómo su vida pasa a
convertirse en un infierno por unas obras de reforma interminables. Los
trabajos se inician escandalosamente temprano, el ruido es ensordecedor, en las
paredes surgen agujeros, los residentes tienen que usar inodoros portátiles...
y el joyero de Anna-Liisa desaparece misteriosamente.
A las ancianas no les queda más remedio que mudarse a un piso
compartido, donde sus costumbres y manías no harán la convivencia nada fácil.
Siiri, Irma y Anna-Liisa comienzan además a darse cuenta de que las obras de su
residencia son bastante sospechosas y pueden encubrir otras actividades
criminales. Cuando los secretos empiecen a desvelarse las tres amigas
descubrirán que en esta vida poca gente está tan libre de culpa como parece.
Mis impresiones
Tras leer Tres abuelas y un cocinero muerto
(título que da comienzo a la Trilogía de
Helsinki) que me resultó una novela entretenida y de fácil lectura, me
embarqué en esta segunda parte con una idea ya clara de lo que iba a encontrar.
Y la lectura ha resultado más o menos como esperaba. La autora sigue en la
misma línea sin aportar ninguna sorpresa ni nada nuevo pero manteniendo el
mismo nivel de forma que no sabría decir que novela me ha gustado más de las
dos.
“Un horrible escándalo la
despertó y Siiri Kettunen creyó que había entrado en el infierno. Oyó un
estruendo procedente de los pisos de arriba, martillazos al otro lado de la
pared y un estrépito que llegaba desde algún lugar lejano, y recordó que hacía
algún tiempo habían amenazado a los habitantes del Centro Residencial
Geriátrico El Bosque del Crepúsculo con una reforma integral de la fontanería.”
Si en Tres abuelas y un cocinero muerto conocimos a Siiri, Irma y
Anna-Liisa en una situación complicada en esta ocasión tampoco encontraran la
tranquilidad en El Bosque del Crepúsculo, el complejo residencial para la
tercera edad donde viven las tres nonagenarias (una de ellas ya ha dejado de
ser viuda al casarse de nuevo). El centro está de reformas y el ruido, el polvo
y el trasiego de operarios de la construcción desde primera hora de la mañana hace
insufrible su día a día. Para colmo el joyero de Anna-Lissa, con todo lo que
tiene de valor dentro, ha desparecido misteriosamente.
Mientras desconfían del
propósito de las obras no les queda otra opción que mudarse a un peculiar piso
compartido que hará que las tres protagonistas tengan que amoldarse a nueva
vida donde la rutina de la convivencia, sus propias costumbres y la aparición
de nuevas personas les llevará a vivir
todo tipo de situaciones, muchas de ellas surrealistas y disparatadas.
Como ya he comentado Minna
Lindgren sigue la misma línea que en su novela anterior. El sentido del humor destaca
en la novela al igual que la crítica social con algo de misterio aunque como ya
le pasaba al título precedente en mi opinión le falta intriga a la historia.
Quiero decir que resulta una novela que entretiene, cuya lectura es fácil y ágil
pero que deja los misterios en un segundo plano resaltando más la forma de vida
de sus personajes. La desaparición del joyero, que da título a la novela como
ya lo hizo el cocinero, es un tema que aparece y desaparece sin tener demasiado
peso en la trama.
A las protagonistas, Siiri, Irma y Anna-Lissa
ya las conocemos con su sentido del humor, sus despistes, sus achaques y su
particular forma de ver la vida pero sobre todo con ese afán justiciero que
tienen las tres amigas y su ansia de encontrar la verdad. Siguen resultándome
personajes simpáticos que nos muestran cómo se vive y siente en esa etapa de la
vida y cómo aún quedan muchas emociones por experimentar conservando aún la
capacidad de tomar la iniciativa de su propia vida a pesar de sus limitaciones,
los olvidos, las dificultades para
comprender los nuevos inventos y adaptarse. Margit, una mujer obsesionada con
la muerte de sus marido, y el embajador, con quien se ha uno de los personajes
protagonistas toman más protagonismo en esta a pesar de que ya aparecían en la
anterior al compartir todos el mismo piso aportando nuevas tramas a la novela.
De nuevo la autora
aprovecha la historia para denunciar la lamentable situación en la que viven
algunos ancianos en residencias, olvidados por todo el mundo. La
despreocupación por su bienestar en favor de un negocio con el que solo se pretende
ganar dinero. Pero en esta ocasión nuevos temas se incorporan a su crítica
social. Nos habla del trabajo inestable, los contratos relámpagos que impiden a
los trabajadores una seguridad y una continuidad laboral que realmente les
permita desempeñar su labor con eficiencia así como la dificultad de los
inmigrantes para acceder a ellos o las condiciones en que viven. También nos
enseña los decadentes servicios sociales que el gobierno finlandés facilita a
las personas que los necesitan. Así como el trato poco respetuoso y poco
sensible con el proceso que se lleva a cabo con los fallecidos a pesar del
momento tan duro que supone para las familias.
En Tres
abuelas y un joyero de ida y vuelta también tiene más presencia la muerte
que en el libro anterior. Si los personajes contaban con ella como parte de su
vida ahora es la eutanasia el tema que sale a colación. En Finlandia es legal
la eutanasia pasiva y la autora nos plantea la idea de las condiciones en que
viven los enfermos terminales cuya vida se alarga sin sentido porque ya no
existe la vuelta atrás. Todo esto te va haciendo reflexionar.
Aun así la novela intercala estos momentos de
reflexión o más serios con el humor que la caracteriza. El sarcasmo, la ironía,
con diálogos chispeantes hacen que la novela se lea con muchísima agilidad.
Conclusión
En Tres
abuelas y un joyero de ida y vuelta he encontrado una novela que mezcla el
humor y la denuncia social que te hace reflexionar. Una novela entretenida, que
se lee con facilidad pero en la cual, como me ocurrió en el título anterior,
echo en falta que se potencie el misterio. Ya veremos que depara la lectura del
título que cierra la trilogía Tres
abuelas y un plan de sabotaje.