Título: Causas
naturales
Autor: James
Oswald
Publicación:
Planeta, septiembre de 2014
Páginas: 464
El cuerpo mutilado
de una joven es descubierto en una habitación oculta y cerrada. Sus
restos, cuidadosamente colocados a modo de macabro ritual, se remontan
setenta años atrás. Mientras, la policía escocesa investiga una serie
de asesinatos ocurridos en la actualidad. En un mundo donde se supone que
los demonios no existen, el detective Anthony McLean es uno de los
pocos que pueden sentir su presencia. McLean, convencido de que sus
premoniciones oníricas tienen mucho de verdad, se basará en ellas para
resolver el caso.
Mis impresiones
Llevaba ya algunos meses (como os he ido comentando en
vuestros blogs) algo saturada del género de novela negra. De vez en cuando disfruto
con alguna propuesta pero en exceso me suelen llegar a cansar. Es por ello que
suelo ser bastante selectiva y elegir entre aquellas que verdaderamente tienen
algo que me llama la atención. Algo que Causas
naturales hizo de forma instantánea.
A parte de su portada y su siniestra sinopsis esta novela
me atrajo por la historia que se esconde tras sus páginas. Y es que James
Oswald no será quizás el típico escritor que todos nos imaginemos. Se trata de
un granjero que se entretenía en escribir relatos de fantasía hasta que un día
alguien le convenció para pasarse al género negro. Decidió autopublicar en
formato digital su primera novela y con los primeros beneficios pudo comprarse
un tractor. Casi de forma instantánea se ha convertido en un novelista de éxito
con una cifra de más de 500.000 ejemplares vendidos en Gran Bretaña y
traducidas a otras catorce lenguas.
Causas naturales
es la primera novela de una serie protagonizada por el mismo inspector policía
llamado Anthony McLean, cuyas tres siguientes entregas ya están publicadas en
su país de su origen. En este caso, la novela tiene un final cerrado que concluye
de forma satisfactoria y resuelve todos los misterios que rodean al caso que
origina la trama por lo que creo que si uno no desea seguir las aventuras del
personaje puede dejarlo sin más sin verse comprometido ni dejar nada en el
aire.
La acción se desarrolla en la actualidad en Edimburgo.
Cuando aparece el cadáver de una joven salvajemente asesinada y mutilada
sellado en una habitación tapiada del sótano de la mansión Farquhar, que está
siendo remodelada, la policía no alberga muchas esperanzas de encontrar al
culpable o culpables. Una de las razones es que el cadáver, dispuesto como si
hubiese sido sometido a un ritual muy macabro, lleva más de sesenta años oculto.
Pero el recién ascendido a inspector de policía Anthony McLean, que será el
encargado de llevar el caso, se ha empeñado tanto en conocer la identidad de la
joven como encontrar a sus verdugos.
Mientras, las autoridades de Edimburgo se ven desbordadas
por otra serie de asesinatos que sacuden la ciudad. Aparentemente ninguno de
ellos tiene relación con el anterior salvo la violencia con que las víctimas
han sido exterminadas….
La novela tiene un corte bastante clásico en el género
negro (siguiendo los pasos lógicos de cualquier investigación tales como observación
de pistas, interrogatorios, etc…) aliñado además con un toque bastante oscuro
en el que las fuerzas sobrenaturales tienen cierto protagonismo ya que el
crimen gira en torno a un ritual escalofriante por el cual se convocan demonios
del más allá. Este aspecto esta desarrollado de forma muy sutil, perfectamente
engarzado a la trama y de forma creíble (hasta cierto punto claro está).
A la vez se van desarrollando diversas subtramas que
enriquecen la anterior y que van captando la atención del lector en diversos
planos. A lo largo de su recorrido se entrecruzarán deparando más de una
sorpresa al lector. Los crímenes que vamos a encontrar están impregnados de una
violencia sobrecogedora. Cortes, mutilaciones, órganos desmembrados que demuestran
un alto grado de sadismo en los mismos. Pero no hay que preocuparse porque no
llegaremos a encontrar escenas que hieran la sensibilidad del lector.
Como protagonista el inspector McLean funciona a la
perfección. Desembarazándose de ciertos clichés (no tiene un humor de perros,
no está traumatizado por ningún crimen que fue incapaz de resolver y tampoco es
adicto al café) nos encontramos con un
joven motivado y trabajador que acaba de comenzar su carrera. A lo largo del
libro iremos conociendo tanto su faceta personal como la profesional de forma
que el autor nos irá mostrando poco a poco varias caras de un personaje que
llega a adquirir una entidad propia dentro de la novela. Nos resultará un
personaje muy humano que no tiene miedo en mostrar sus sentimientos y darle
cierta importancia a sus prioridades. Además es una persona algo atípica, muy
sensitiva que tiene la capacidad de ver o percibir cosas que los demás no
pueden, algo que le resultará muy útil en su investigación.
Alrededor se encuentra el equipo policial en el que cada
uno se define por un rasgo principal. Está la comisaria jefe Jayne McIntyre, el
comisario Charles Duguid con quien McLean tiene más de un desencuentro, el
cirujano forense Angus Cadwallader, Bob, el Cascarrabias o Emma Baird o el
joven McBride.
Oswald ha optado por una narración directa, amena, fluida
y dinámica que atrapa al lector desde la primera hasta la última página pero
sin infundirle prisas ni acelerar un ritmo que, en mi opinión, resulta muy
adecuado respetando los tiempos lógicos en que se desarrolla la acción. La
prosa correcta, la gran afluencia de diálogos junto a una estructura basada en
la construcción de capítulos cortos (que suman un total de sesenta y cinco)
hacen de esta lectura una opción que entretiene e intriga. Además su autor ha
creado una trama limpia de artificios que no recurre a engañar o tender trampas
al lector de forma que su desenlace resulta adecuado y coherente evitándonos
tener que conjeturar y buscar de donde salen las cosas para explicar lo
contado.
No quiero cerrar sin contaros una curiosidad sobre su
primer capítulo original no incluido en la novela que tuvo que desaparecer por
su extrema violencia que hizo que algunos lectores abandonaran el libro. La
primera vez que Causas naturales fue
publicada a finales de 2006 lo hizo en forma de narración corta para una
revista. Después la presentó a un concurso ya en forma de novela convencional y
su autor ideó un comienzo tan macabro como original que llamara la atención e
impactara. Y es que está narrado en primera persona por una de las victimas que
aparecen en la trama. Los lectores lo podemos leer, advertidos de su crudeza,
al finalizar la novela y es realmente impactante. Lo bueno es que cada uno tiene la opción de
prescindir de él si lo considera necesario.
Conclusión
Causas naturales
es un novela oscura y algo macabra con un toque sobrenatural que resulta tan entretenida
como adictiva. Narrada de forma amena y fluida creo que resultará una interesante
opción para los amantes del género.