Título: Primera clase
Autor: Miguel Ángel Furones
Publicación: Suma de letras, septiembre de 2014
Páginas: 140
Aunque la
música todavía suene, la última nota ya está escrita
Alberto, el director de la Sinfónica de Chicago,
decide abandonarlo todo y regresar a España. En el avión conoce a David, hijo
de una alta ejecutiva de IBM que en esos momentos está volando de Londres a
Bangkok para reunirse con su amante.
Belén y Alicia pasan la tarde juntas. Por los
altavoces del salón de su casa se escucha la voz de Marco, aferrado a un re
menor furioso, sin concesiones.
Es El Mesías de Haendel.
Hilary, la soprano, Janet, la mezzo. Todos los
personajes se irán sumando de forma inexorable, aprisionados por esa grabación
del Oratorio que Alberto dirigiera algunos años atrás.
Primera Clase es una novela narrada sobre una partitura. Las notas
no pueden cambiarse. Alguien toma una decisión: volar a Madrid. Pero una vez
que despega el avión, una vez que te ofrecen la primera copa de champán, ya
todo está escrito. Solo puedes aceptarlo.
Mis impresiones
No tenía ninguna referencia de Miguel Ángel Furones el
autor de la novela que hoy os traigo hasta que esta, su segunda novela después
de publicar El escritor de anuncios, llegó
a mis manos. La verdad es que no sabía muy bien que esperar de ella pero la
música en la literatura siempre me resulta muy sugerente y su argumento me
llamó la atención.
Primera clase se
desarrolla a través de tres líneas argumentales que discurren de forma
alternativa y que se encuentran interrelacionadas entre sí. Aunque al principio no lo veamos muy claro
pronto comenzaremos a percibir como sus personajes están conectados en una
historia común formada por otras mcuhas pequeñas historias en su interior.
Una primera trama nos sitúa en el compartimento de
primera clase del vuelo IB 725 en donde Alberto Satrustegui, un reconocidísimo
director de orquesta, viaja desde Chicago a España, su país natal, para
comenzar una nueva vida. Tras catorce años dirigiendo la Sinfónica de Chicago
ha decidido dejar atrás a dos personas muy importantes en su vida. Aunque no
hay otra cosa que desee más que realizar el viaje completamente solo a su lado
viaja David, un joven estudiante de arte de veinte años que regresa durante
unos días a casa.
Por otro lado conocemos a Norah, una alta ejecutiva de
IBM, que por primera vez y a sus cuarenta y cinco años le encuentra sentido a
su vida. Una de las principales razones para ello es que ha encontrado el amor.
Por ello se encuentra viajando en el vuelo BA 009 que le llevará a Bangkok, la
ciudad donde le espera su futuro marido con quien próximamente emprenderá una
vida en común. A Eduardo lo conoció en Tailandia el lugar donde se había
retirado tras abandonar una imparable carrera laboral.
En Madrid están Alicia y Belén, madre e hija, que como
hacen habitualmente desde que el marido de una y padre de la otra las
abandonara pasan todas las tardes de sábado juntas en casa. De fondo suena El Mesías de Haendel y como lectura una
de ellas ha elegido a Henning Mankell.
Primera clase
se me ha antojado una novela muy emocional. Más allá de su argumento, de lo que
el autor nos cuenta, Miguel Ángel Furones nos propone un juego cuyo objetivo en
invitarnos a la reflexión. Y los temas son cuestiones tan reales y
trascendentales como la vida misma. El paso del tiempo, la elección de nuestros
caminos, el amor, las personas que vamos dejando atrás y aquellas que de
repente aparecen así como los miedos, los errores o la culpa son parte de
nuestro día a día.
Nos encontramos ante de una novela de personajes porque
ellos son el hilo conductor de la historia y los que a través de sus recuerdos
y sus pensamientos la van modelando. En esta novela coral, tal y como sucede en
la vida real nadie cuenta con un universo propio y exclusivo sino que hay parcelas que nos pertenecen a nosotros
mismos y otras que no tenemos más remedio que compartir con las demás. Son seis
los protagonistas de esta historia, seis vidas que se cruzan, se unen o separan
en diversos momentos y ámbitos de la vida. Ya sea por relaciones amorosas o familiares,
por situaciones laborales o simplemente casualidades del destino. Y es el
propio destino el que en ciertos momentos va a decidir por ellos.
Después de catorce años afincado en Chicago, Alberto
decide romper completamente con su vida abandonando una excelente carrera en la
música y huyendo de una complicada situación amorosa a tres bandas. Mientras
viaja en el avión escucha su propia versión de El Mesías, una melodía que irremediablemente le trae recuerdos de
un pasado más luminoso. A la vez Norah viaja en otro avión mientras evalúa como
ha sido su vida. Volcada en un trabajo que le siempre le ha requerido demasiado
tiempo y una gran responsabilidad nunca ha tenido tiempo para compartir su vida
con una pareja estable incluso ni siquiera le ha dedicado a su hijo el tiempo necesario.
De forma contraria Alicia ha conocido el amor de su vida pero lo perdió hace
años y todo por un error. Eduardo quiere ocultar sus sentimientos a toda costa
y que mejor lugar que aquel que le permita alejarse de su hogar y todo lo que
le ha hecho daño. Belén, la hija de Alicia, es joven e independiente y con un
humor un tanto extraño. A su lado siempre ha estado su madre pero en la
relación hay ciertos temas que no se atreven a tocar. David es un joven
responsable y culto que siente cierto vacío en su vida.
Son solo tres los escenarios en los que transcurre la
historia. Tres lugares estáticos (dos aviones y el salón de una casa) que
contrastan con las bulliciosas mentes de sus protagonistas que no descansan un
solo segundo. Eliminando cualquier elemento que distraiga al lector nos hace
sentir muy a fondo la banda sonora que rodea a la historia y que impregna
muchos de sus momentos. Cuatro de sus personajes escuchan la melodía de El Mesías de Haendel pero no llega a ser
una versión cualquiera. Se trata de la versión que el mismo Alberto Satrustegui
dirigió tres años atrás y que interpretó la Orquesta Sinfónica de Chicago para
despedir del milenio. La historia se desarrolla en el año 2003 y aunque el autor
no lo indica expresamente podemos deducir que cada una de las escenas que en
ella se representan suceden de forma casi simultánea, en un pequeño intervalo
de tiempo de unos dos o tres días. Otro elemento común a las diferentes tramas
es a través de Henning Mankel, autor que varios personajes han elegido también
para pasar el momento en que se encuentran.
Primera clase está
narrada en tercera persona por una voz omnisciente que salta de un personaje a
otro para contar su historia. La extensión de la novela (que nos supera las
ciento cuarenta páginas), su estructura desarrollada a través de muchos capítulos
cortos (no más de dos páginas) alternando las diferentes escenarios y el estilo
narrativo del autor hacen de esta una lectura que bien se puede hacer del tirón
y sin esfuerzo. La narrativa del autor es sólida, con una prosa depurada
marcadamente emotiva y evocadora que recorre estados de ánimo, percepciones,
sentimientos profundos o simplemente pensamientos. Su final puede reservarnos
alguna pequeña sorpresa.
Conclusión
Primea clase me
ha resultado una novela que he leído con interés, que me ha gustado y a la vez
me ha hecho reflexionar sobre algunos de los temas que su interior se
representan tales como la forma en que el destino interviene en nuestra vida y
como nosotros mismos y hasta qué punto podemos modificarlo. Una buena lectura
muy profunda a pesar de su brevedad.