Título: La Luna no está
Autor: Nathan Filer
Publicación: Alianza Editorial, 2014
Páginas: 307
Autor: Nathan Filer
Publicación: Alianza Editorial, 2014
Páginas: 307
“Te contaré lo que pasó, porque será un buen modo de presentar a mi hermano. Se llama Simon. Creo que te caerá bien. A mí me cae muy bien. Pero en pocas páginas habrá muerto. Y después nada volverá a ser igual.”
La vida puede
cambiar vertiginosamente en pocos segundos. Matthew Holmes tiene nueve años.
Nunca se separa de su hermano mayor, Simon, al que todos tratan como si fuera
menor por una enfermedad cuyo nombre Matt no recuerda. Durante unas vacaciones
en Ocean Coves, Simon muere de forma accidental tras salir con Matt una noche
de la caravana familiar para curiosear por los alrededores. Es algo que Matt
nunca podrá olvidar y que le llevará a encerrarse en sí mismo. No sólo por el
sentimiento de culpa, también por un secreto guardado que lo oprime, la presión
familiar y la pérdida progresiva del sentido de la realidad.
Diez años después,
Matt encuentra fuerzas para volver a empezar. Exterioriza su historia en todo
tipo de medios, desde un ordenador a una vieja máquina de escribir, cuando no
es a mano. Su gran ayuda es la abuela Noos, pero sobre todo Annabelle y el recuerdo
de Simon que “tenía una cara grande y redonda, siempre sonriente, que me
recordaba la luna.”
Mis impresiones
No había reparado en esta novela hasta que fueron unas
cuantas reseñas las que la colocaron en mi punto de mira. He ido encontrando en
las últimas semanas muy buenas opiniones sobre la misma de forma que me
apetecía mucho leerla. Personalmente estoy de acuerdo con ellas y ha sido un
libro que a la vez que he disfrutado mientras leía me ha transmitido muchas
emociones. Como muchos apuntan La luna no
está es un novela distinta que de forma inmediata ha sido publicada con
cierto éxito en números países.
“Tengo que decir que no soy buena gente. A
veces lo intento, pero en general no lo soy. Por eso, cuando me tocó taparme
los ojos y contar hasta cien, hice trampa.”
Así comienza Matthew Holmes, el protagonista de la novela,
a contarnos su historia, la de un joven de diecinueve años cuyos recuerdos
siempre le llevan a un mismo hecho. Algo que sucedió hace diez años pero marcó
su vida desde ese momento y para siempre. Fue cuando se produjo la muerte
accidental de su hermano mayor Simon, de quien Matthew nunca se separaba por su
discapacidad, durante unas vacaciones en el camping Ocean Coves mientras los
dos hermanos trasteaban y curioseaban por los alrededores.
Los años siguientes han estado marcados por el
sentimiento de culpa y la soledad pero sobre todo por el deseo de dejar de
guardar ese secreto que lo martiriza y por fin, ser libre para contar todo lo
que pasó aquella noche y manifestar sus sentimientos. Es así como poco a poco
construiremos su historia…
Ya de desde su comienzo Nathan Filer tiene la capacidad
de atrapar al lector en la historia y hacerle partícipe de ella. Lo primero de
ello lo consigue sembrando diversas cuestiones que intrigan alrededor de lo que
ocurrió realmente la noche en que Simon murió y lo segundo con un personaje con
el que el lector empatiza de inmediato. Otro punto positivo que le encuentro es
que me ha resultado un libro muy emotivo pero con un toque de frescura y
originalidad que lo hacen muy diferente al resto de las obras de corte similar.
Como os digo, Matthew es un joven que no solo se gana
nuestra simpatía de forma inmediata sino alguien a quien el lector comprende
perfectamente ya que incluso consigue meterse en su piel. En parte esto se produce gracias a que la
narración corre de su parte y consigue transmitir al lector todos esos
sentimientos que ebullen tanto en su mente como en su corazón. Sus recuerdos
del pasado se entremezclan con sus vivencias presentes para que comprendamos
como la traumática desaparición de su hermano ha dado al traste no solo con su
vida sino que ha mermado su salud, ya que Matthew ha desarrollado una enfermedad
mental que le hace confundir en ocasiones la realidad con aquello que solo
tiene cabida en su interior.
Pero en esta novela también vemos como afecta la muerte
de Matthew al resto de la familia. Richard y Susan son los padres de Matthew y
también luchan contra sus propios sentimientos y culpas. La familia ha quedado
destrozada tras ver como un miembro ha desaparecido y son incapaces de
relacionarse tal y como lo hacían antes del accidente. También conoceremos a su
abuela Noo o una niña llamada Anabelle pero será Simon, sin duda, el personaje
que más presencia tenga en la novela y con quien Matt estaba más unido.
El estilo con el que la historia está narrada es muy
particular. El argumento como tal, se va desarrollando a través de diferentes
saltos en el tiempo (entre el presente y el momento en que se produjo el
accidente de Simon diez años atrás) y presentando la información desordenada de
forma que incluso el comienzo de la novela puede resultar confuso. Pero este
desorden se acopla perfectamente a la mente de Matthew que funciona con cierto
desequilibrio y mezclando el tiempo y el espacio.
Poco a poco y a medida que avanzamos en la historia vamos
asumiendo todos los detalles y completando el puzle. Como os he adelantado
antes el narrador es en primera persona y es el personaje principal de la
historia, una voz que no solo está bien conseguida sino que presenta ciertos
claroscuros que dan credibilidad al personaje. Además en diversas ocasiones se
dirige al lector y le implica en la narración con lo que el autor consigue
cierta cercanía. Nathan Filer imprime al relato cierto lirismo cuando hace uso
de ciertas metáforas cargadas de simbolismos para transmitirnos tanto las
sensaciones como los estados de ánimo del personaje central. La novela resulta
muy ágil en su lectura debido a la fluidez de la narración, la alta presencia
de diálogos y su estructura en capítulos de corta extensión. Además la
introducción de dibujos a mano alzada o frases con alguna particularidad e incluso distinto tipo de fuente (y que
obedece a la expresión de los pensamientos de Matt) aportan dinamismo y
personalidad a la historia.
Los temas principales que la novela plantea son tanto el
amor como el dolor, el sentimiento de pérdida y soledad y el afán de
superación. La culpa se asienta en nuestras mentes con raíces tan fuertes y
profundas que es capaz de destrozar y condicionar una vida por completo. Pero también nos enseña que ocurre cuando los
miembros de una familia se aíslan en su dolor propio y se alejan de los demás. Y en contraposición como el abrirnos a otras
personas nos puede ayudar a superar ciertos sentimientos o estados anímicos negativos.
Todos estos temas resultan duros y existe cierta tristeza
en la historia aunque el autor también es capaz de transmitir un mensaje
esperanzador y La luna no está no
deja de ser una novela que nos habla del afán de superación, de la importancia
de no conformarse con lo que uno no quiere e intentar cambiar las cosas así
como la necesidad de cerrar ciertos capítulos que resultan especialmente duros y
que suponen una pesada carga a la espalda que uno no es capaz de soportar.
Honestamente creo que La
luna no está es un libro que contiene una historia muy especial. Emotiva y
trágica, narrada por un personaje con mucha fuerza y en la cual no se prescinde
de cierta originalidad.