Título: El almuerzo en la hierba
Autor: Marcel Proust
Publicación: Hermida Editores,
octubre de 2013
Páginas: 368
Con motivo del centenario de la publicación de Por donde vive Swann, primer volumen de los siete que componen
el ciclo novelístico de Marcel Proust En busca del tiempo perdido, ofrecemos a los
lectores una amplia selección de pensamientos extraídos de la novela, bajo el
título El almuerzo en la hierba. Los textos se publican siguiendo un orden temático
en el que están representados los principales motivos que recorren la obra y
que definen el universo proustiano: el tiempo, la memoria, el hábito, el amor,
los celos, las relaciones sociales, la homosexualidad masculina y femenina, el
arte y la creación artística, la literatura, el lenguaje, la imaginación, los
sueños, la apariencia y la realidad, la enfermedad, la vejez y la muerte. Se
trata de la primera vez que, al menos en el mundo de habla hispana, se ofrece
al lector una compilación de estas características.
Los fragmentos han sido traducidos directamente de la edición canónica por María Teresa Gallego y Amaya García.
Los fragmentos han sido traducidos directamente de la edición canónica por María Teresa Gallego y Amaya García.
La selección está precedida por un amplio ensayo introductorio en el que Jaime Fernández, autor de la selección, expone detalladamente una interpretación sistematizada del pensamiento de Proust.
Mi experiencia
“Mucho tiempo he estado acostándome
temprano. A veces, apenas había apagado la bujía, cerrábanse mis ojos tan
presto, que ni tiempo tenía para decirme: Ya me duermo. Y media hora después
despertábame la idea de que ya era hora de ir a buscar el sueño; quería dejar
el libro que me figuraba tener aún entre las manos, y agarrar de un soplo la
luz; durante mi sueño no había cesado de reflexionar sobre lo recién
leído, pero era muy particular el tono que tomaban esas reflexiones, porque me
parecía que yo pasaba a convertirme en el tema de la obra, en una iglesia, en
un cuarteto, en la rivalidad de Francisco I y Carlos V."
Así comienza el primer tomo de
los siete que forman la extensísima obra del francés Marcel Proust titulada En
busca del tiempo perdido publicada entre 1913 y 1927. Una obra que tuvo que
costearse él mismo después de verse rechazado por las editoriales más
importantes del momento pero cuyo segundo volumen, A la sombra de las
muchachas en flor, llegaría a ser galardonado con el premio Goncourt aunque
para ello tuviera que recurrir a la influencia de algunas amistades.
Hoy 14 de noviembre se celebra
el centenario de la publicación de Por el camino de Swann (que inicia la
serie) y para celebrarlo la editorial Hermida publicó en octubre un homenaje
titulado El almuerzo en la hierba que es una selección de pensamientos
extraídos de la novela y organizados por su temática la cual que coindice con
los principales temas que toca la novela. Se trata de una obra muy aconsejable
para el lector que no conozca la serie pues le permitirá establecer un primer
acercamiento y comenzar a conocerla pero
también para que aquel que se haya sumergido entre sus páginas pueda rememorar
y disfrutar de algunos de sus mejores fragmentos.
Considerada una de las obras más
destacables de la literatura, la obra de Proust no es una lectura para tomar
con levedad y de forma rápida sino un libro para sacarle fundamento, dejarse
llevar por sus reflexiones y detenerse en muchos momentos por una necesaria
relectura de algunas de sus partes. No es que sea una obra tediosa ni enrevesada
pero su complicada sintaxis requiere cierta concentración para sacarle partido.
Como lectora no he llegado a
completar la serie. He leído sus tres primeros volúmenes y si es cierto que
disfruté en su momento mucho de ellos también es verdad que otras veces he
intentado proseguir su lectura en momentos inadecuados y no he sido capaz. Es una
de esas obras que requiere un estado mental muy concreto.
El almuerzo en la hierba
no es una novela sino una especie de ensayo el cual se nos presenta divido en
dos partes. La primera de ella corre al cargo de Jaime Fernández y se trata de
una introducción en la que nos da las claves para comprender tanto a su autor
como la obra en sí misma a través de un meticuloso y profundo análisis que
incluye tanto las circunstancias personales y sociales que rodeaban a Marcel
Proust y la forma en que influyeron en él como la misma naturaleza de esos
pensamientos que plasmó sobre el papel. De forma certera, amena, comprensible y
sin rodeos este análisis pretende ser una guía y sintetizar la esencia de En
busca del tiempo perdido utilizando algunos de sus momentos más
representativos de esta obra y sumergiéndose en la psicología del autor.
La segunda parte de este libro
es la selección (también realizada por Jaime Fernández) propiamente dicha y literal de algunos de los pensamientos más
interesantes que Proust dejó plasmados en En un busca del tiempo perdido.
Divididos por los volúmenes en que aparece versan sobre el amor, la mentira,
las creencias, el sueño, los nombres,
las relaciones sociales, la soledad, la enfermedad, el tiempo, la muertes, el placer y el deseo
entre muchos otros.
La vida de Proust estuvo marcada por una enfermedad asmática de difícil
control en aquella época y una gran aptitud literaria que evitaría hasta su
madurez, momento en el cual con la enfermedad peligrosamente agravada y la
intuición de que le restaban pocos meses de vida se retiró de la vida social y
comenzó a escribir.
En los siete volúmenes que
forman esta obra Proust nos propone un viaje que dura cuarenta años y abarca
desde la inocencia de la adolescencia y la juventud hasta el conocimiento de la
complicada realidad adulta. Un viaje en el que pretende demostrar que su
existencia, al contrario de todos los que le rodean, no ha sido en balde de
forma que su principal propósito es trascender de lo mundano. Y una de sus
herramientas para ello es el arte siempre en un segundo plano debido a las
tentaciones terrenales que le rodeaban pero que una vez adulto, enfermo y
cansado retoma con rigor. Y será gracias
a su escritura que sus placeres, experiencias y sentimientos no morirán con él.
Para ello, y a modo de autobiografía ficticia utiliza un narrador-observador
llamado Marcel (no el autor aunque si su alter ego), un joven parisino
perteneciente a la alta burguesía cuya entrada en sociedad le revela todo un
mundo de sensaciones pero de las que poco a poco se va desengañando al
encontrar la verdad.
Se trata de una obra en
marcado tono reflexivo y detallista sobre todo aquello que rodea al personaje
con especial atención a sus sensaciones y recuerdos de infancia en Combray.
Pero no hay mejor manera de
que os hagáis a la idea de lo que os vais a encontrar en este libro que dejando
algunos de estos pensamientos para que vosotros mismos juzguéis:
“El
amor físico, tan injustamente desacreditado, fuerza de tal modo a cualquier
persona a mostrar hasta las mínimas parcelas de bondad que en ella residen y su
capacidad de entrega, que su entrono más inmediato le ve resplandecer” ( Por el
camino de Swann, Vol.I)
“Nos esforzamos continuamente en darle
a nuestra vida la forma que le corresponde, pero, a pesar nuestro, copiamos
como en un dibujo los rasgos de la persona que somos y no los de aquella que
nos gustaría ser” (Por donde los Guermantes, Vol. III)
“Sólo de los muertos existen recuerdos
dolorosos. Ahora bien, se destruyen deprisa y no quedan ya, en torno a sus
tumban, sino la hermosura de la naturaleza, el silencio y la limpidez del aire”
(El tiempo recuperado, Vol. VII)
Conclusión
El almuerzo en la hierba
me parece un libro al que se le puede sacar mucho partido tanto si te has
adentrado en la obra de Proust como si no. Un libro de esos para manosear y
hojear mil veces tomando fragmentos en un momento determinado, para leer por el
simple placer de leer o para reflexionar sobre lo que el autor pretende
transmitirnos.