Un día realiza un hallazgo sensacional en una
librería a la que acude usualmente. Se trata de un manuscrito que cuenta una
historia relacionada con el primer borrador de la obra más conocida e
importante del escritor Miguel de Cervantes.
Erasmo es consciente de la importancia del
documento ya que sospecha que este contiene las claves que determinan donde se
encuentra el manuscrito original que cuenta la historia del famoso hidalgo de
la Mancha. Para ayudarle en sus pesquisas convence a Pilar, una antigua alumna,
a emprender una aventura “quijotesca”.
Lo que en principio sólo parece una idea extravagante
se convierte en una camino peligroso que profesor y pupila han de recorrer
poniendo en peligro sus vidas.
A la vez iremos conociendo los hechos que
sucedieron poco antes de que la mejor novela de Cervantes viera la luz.
Mi
experiencia con la novela
De la mano
de la editorial Algaida nos llega está novela que reúne las plumas de dos
autores, Eloy M. Cebrián y Francisco Mendoza. Según ellos mismos cuentan
mientras Mendoza origino la idea su compañero elaboró la prosa. Una colaboración
que ha dado un resultado magnífico.
A los que
nos apasionan los libros conocemos el placer que proporciona no sólo su
lectura, sino el manejarlos, olerlos, acariciarlos y mirarlos. Por eso muchos
de nosotros podemos llegar a entender la obsesión del protagonista de esta
historia, Erasmo López, un jubilado profesor de universidad y bibliófilo por
atesorar y hacerse con joyas antiguas.
Lo primero
que me gustaría decir sobre esta novela es que se lee de forma muy gustosa. Si
en principio había pensado que la historia podría ser más formal me ha
resultado un relato entretenido y con cierto tono socarrón que presenta una
idea original y bien construida.
La
historia gira en torno a la búsqueda del manuscrito original de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha,
uno de los libros más admirados de la literatura universal pero también uno de
los que más se atraganta a ciertos lectores, sobre todo aquellos a los que la
lectura se les impone en el instituto. Esta
búsqueda se lleva a cabo en dos épocas distintas protagonizadas por varios
personajes que aunque existe entre ellas una distancia de cuatro siglos tienen
algunas similitudes en su desarrollo. Son dos historias en las cuales podríamos
establecer cierto paralelismo.
En la
actualidad conocemos a Erasmo López, un profesor de universidad ya jubilado, viudo,
bibliófilo y apasionado del Siglo de Oro. Tal es su pasión por coleccionar
piezas antiguas, únicas o rarezas que no duda en utilizar ciertas triquiñuelas
para hacerse con estos valiosos ejemplares. Cuando
adquiere de una forma un tanto peculiar unos legajos que a simple vista parecen
muy interesantes inmediatamente busca la ayuda de una ex alumna, Pilar, para desvelar
lo que se esconde entre sus líneas. Será con ella con quien inicie una
fantástica aventura que pretende encontrar el manuscrito de la historia de El
Quijote que no estará exenta de ciertos peligros.
Estos
documentos fechados en el año 1604 y narrados por uno de sus protagonistas,
Gonzalo de Córdoba, nos cuentan la increíble historia en que se vio envuelto
cuando actuó como acompañante de Miguel de Cervantes en su desesperación por
encontrar el manuscrito de la novela que previamente había sido robada.
La novela
se construye a base de mezclar con cierta habilidad realidad y ficción de forma
que los autores pasan de una a otra casi sin que nos demos cuenta y además
teniendo que buscar algunos datos por nuestra cuenta para verificarlo (y esto
me parece muy bueno porque significa que la historia interesa). Lógicamente
toda obra que cuenta con estas características ha de tomarse ciertas licencias
literarias. Por un lado nos presenta el mundo de los libros antiguos, los
cazatesoros, las triquiñuelas para conseguirlo así como las rivalidades entre
los que se dedican al oficio y los coleccionistas. Y por otro lado construyen una historia
extravagante el robo del manuscrito escrito por Cervantes justo antes de ver la
luz.
Por la
novela naturalmente figuran personajes tanto reales como ficticios. Entre los
inventados que bien podrían ser personajes de carne y hueso, encontramos a
Erasmo con un perfil que ha logrado conquistarme por su picardía y cierta
maldad, Pilar o Gonzalo de Córdoba. En el otro extremo y como personajes reales
se encuentran Cervantes o Lope de Vega, dos escritores que tienen mucha
trascendencia y que mantenían una clara rivalidad en su época.
Y, a mí,
que pertenezco a esa generación de alumnos que soportamos estoicamente y de
forma digna la lectura del Quijote pero que nunca hemos querido por ello
acercarnos más a la vida y obras de este autor, la lectura de Madrid 1605 me
aporta una nueva dimensión del escritor, mucho más humana y más cercana e
incluso no me resulta tan mala idea volver a leer El Quijote de una forma más
madura y sobre todo en libertad y a mi ritmo.
Cervantes
es un escritor cuya vida no ha podido descifrarse al completo y esta novela nos
permite hacernos un poco a la idea de cómo y quién fue (eso sí, como ya he dicho
hay mucha ficción en sus páginas), mirar un poco que sucedía en su casa y
acercarnos al proceso de creación y mundo editorial del momento. La escritura a
mano, la imprenta rudimentaria e incluso el mercado editorial en ese momento.
Como la
novela se estructura en dos tramas diferentes y ambientadas en dos siglos
diferentes los autores utilizan dos estilos narrativos bien distintos. La
historia ambientada en la actualidad está narrada en tercera persona, con un
lenguaje selecto y pulcro pero con cierto tono socarrón y chistoso que le
aporta cierto encanto a la prosa.
La trama
ambientada en el siglo XVII está narrada en primera persona por uno de sus
protagonistas, Gonzalo de Córdoba que a modo de diario nos cuenta sus andanzas
con el escritor Miguel de Cervantes. Esta es la parte que más me ha gustado. A
parte del lenguaje adaptado a la época con todas sus fórmulas de cortesía, el
lenguaje rimbombante y empalagoso que se utiliza en el libro, está muy bien
ambientada aunque tampoco se encuentra exenta de cierta comicidad y
extravagancia.
Los
escenarios por los que mueven los personajes son diversos. En la parte actual
la historia se desarrolla al completo en Madrid en sus calles o la Biblioteca
Nacional pero en la parte ambientada en 1604, Gonzalo y Cervantes recorren
también Valladolid donde se situaba la casa de Miguel de Cervantes e incluso
tenemos acceso a su interior. Resaltar lo maravillosamente que está recreada
esta parte en especial a través de las descripciones y el relato de Gonzalo de Córdoba.
Conclusión
Madrid 1605 es una novela que se lee con mucho agrado y que
entretiene, se disfruta su historia y cuenta con cierto toque de misterio e
intriga. Abordada con mucho ingenio y fantasía, magníficamente narrada y con un
buen ritmo que hace al lector sentirse muy a gusto entre sus páginas.
Una novela
muy recomendable para los amantes del Siglo de Oro y todos aquellos que se
proclamen apasionados de los libros.