martes, 18 de abril de 2017

La lámpara - Clarice Lispector



Título: La lámpara
Autora: Clarice Lispector
Publicación: Siruela, marzo de 2017
Páginas:244

La lámpara (1946) es la segunda novela de Clarice Lispector y una de las menos comentadas, como si la crítica no supiera muy bien qué hacer con un texto que, como la lámpara que lleva por título, deslumbra hasta ofuscar y a la vez ilumina aspectos cruciales de la narrativa de Lispector. Reducida a su núcleo esencial, La lámpara es la historia de un probable incesto –el de los hermanos Virgínia y Daniel– y de una soledad segura, la de Virgínia, que con su soledad construye todas las formas de lo real, las distorsiona, proyecta equívocos, se sitúa y nos sitúa ante la evidencia de la fragilidad de nuestra forma de relacionarnos con los demás y con el mundo. Porque la mirada de Virgínia no hace concesiones y penetra hasta esos rincones del yo que los adultos convenimos en ocultar. Por eso, cuando llegue el sorprendente y rápido desenlace, todos comprenderemos que era el único posible.

Mis impresiones

Esta va a ser una de esas reseñas difíciles en las que una tiene que pensarse muy bien que decir de un libro porque en ella la subjetividad puede cambiar el tono o significado de la historia. Es una de esas novelas de las que se pueden discutir mucho. La lámpara, publicada originalmente en 1946, ha sido mi primer acercamiento a Clarice Lispector y es una novela complicada y diferente. Una novela en la que hay que esforzarse en su lectura. Y a mí esto me resulta muy estimulante.

“Ella sería fluida durante toda su vida. Pero lo que había dominado sus contornos y los había atraído a un centro, lo que había iluminado contra el mundo y le había dado un íntimo poder había sido el secreto. Nunca sabría pensar en él en términos claros, temiendo invadir y disolver su imagen.”

Virgínia es una mujer anclada en el pasado, por lo vivido durante su infancia. Se crió en Granja Quieta, una casa humilde situada en un pueblo llamado Brejo Alto. Su familia, formada por sus padres, su hermana Esmeralda y su hermano Daniel al que le unía una relación muy estrecha, llena de secretos y juegos que a veces la sometían a sus crueles caprichos. Ahora una Virgínia adulta se ha trasladado a una ciudad (mientras Daniel sigue en la casa familiar) y mantiene una relación con un hombre, Vicente. Aunque ella no puede llevar una existencia normal por los recuerdos que la asaltan y aíslan del mundo en cualquier momento. En muchas ocasiones Virgínia anda perdida e inmersa en su propio mundo de ensoñaciones y emociones.

El argumento de La lámpara es tan sencillo como el que os he contado. De hecho no tiene mucha importancia. Es más una novela que de carácter introspectivo nos va dibujando las sensaciones y emociones contra o con las que lucha su protagonista. Virgínia está rodeada de soledad, un sentimiento que la embarga y la determina. Y es en muchos de esos momentos cuando regresa a imágenes de su pasado, a rememorar esos hechos inconexos que han trascendido en el tiempo. Una infancia que no puede dejar atrás y que la lastra en el presente.

A nivel psicológico Virgínia, el personaje alrededor del cual gira toda la historia, es un personaje rotundo y a la vez etéreo construido con una profundidad increíble y un mundo interior muy matizado pero a la vez muy abierto. Todo en esta novela es cuestionable. No es fácil meterse en su piel y sentir esa inmensa soledad de la que nos habla Lispector. Sus relaciones con los otros escasos personajes que aparecen en la novela son erráticas ya que ella solo encuentra lo que busca o se siente reflejada en su hermano Daniel, que ya se ha casado y vive con su mujer en la casa familiar, por el que siente auténtico fervor. Todos sus nuevos conocidos serán comparados con él. Una relación a la que la autora no pone nombre y sin embargo parece que hay que guardarla bajo llave. Virgínia y Daniel tuvieron una intimidad casi contra natura. Lispector insinúa, el lector decide.

La lámpara es una novela densa y de estructura compleja al igual que también lo es su estilo o su vocabulario. Una novela que hay que leer muy despacio para empaparse bien y que se puede interpretar de muchas maneras. Lispector utiliza muchas metáforas e imágenes oníricas que emanan de la mente de su protagonista, narradas con gran detallismo y una gran profusión de adjetivos como si no hubiese suficientes para explicar lo que la protagonista siente. Algunos que encajan, otros se contradicen y a veces parece incluso que no concuerdan unos con otros. Lo cierto es que no deja indiferente.

Y aunque pudiera parecer que solo Virgínia puede narrar esta historia es sin embargo una voz en tercera persona quien nos los va a contar que normalmente focaliza su discurso en los estados mentales de la protagonista. Hay que reconocer que tiene una gran forma de expresarse y una forma de narrar impoluta. Sin embargo creo que es de esas novelas que a más de uno se le pueden hacer bola. En ella hay muy poca acción, va y vuelve en tiempo según convenga, no hay una pauta a seguir. Todo son recuerdos o sensaciones con un cariz muy lirico. Hay mucha belleza en lo que cuenta y un mundo de sensaciones por descubrir en las palabras de Lispector.
                     
Conclusión

Como ya he dicho no creo que La lámpara sea una obra para todo el mundo. Es una novela compleja que te embarga de las sensaciones y estados de ánimo de la protagonista. Una lectura que nos lleva por la soledad, por el amor enfermizo y obsesivo y que hay que ir descubriendo con la mente abierta.