Título: Una vista del
puerto
Autora: Elizabeth Taylor
Publicación: Gatopardo,
enero de 2016
Páginas: 320
En un pequeño
pueblo de la costa inglesa, durante los años posteriores a la Segunda Guerra
Mundial, Robert, el marido de una escritora de novelas, se siente atraído por
Tory, una divorciada con un hijo. Éste es el punto de partida del que se sirve
Elizabeth Taylor para construir una novela coral sobre la vida de un pueblo
costero y los sentimientos de sus gentes.
Taylor describe
con destreza, y de manera implacable, las relaciones familiares y afectivas de
las clases media y alta británicas.
Fue amiga de la
escritora Ivy Compton-Burnett y del novelista y crítico Robert Liddell. El
escritor Kingsley Amis la consideraba una de las mejores escritoras del siglo
xx.
Mis impresiones
Una vista del
puerto fue publicada por primera vez en 1947. Su autora, que no tiene nada
que ver con la actriz de mismo nombre, está considerada una de las escritoras
más importantes de la segunda mitad del siglo XX. El año pasado Gatopardo la
rescató y reeditó. Gracias a la labor de editoriales como está tenemos el
placer de leer grandes novelas que de otra forma se perderían en el olvido.
“Las gaviotas no escoltaron a los barcos de pesca que salieron del
puerto a la hora del té, al contrario de lo que harían a su regreso;
permanecieron sentadas, meciéndose tranquilamente en las aguas, o se
encaramaron a los costados de pequeñas barcas, agitadas arriba y abajo por una
estela tras otra. Cuando alzaron el vuelo y extendieron las alas, su blancura
destacó sobre el verde del mar; eran tan blancas como el faro.”
La novela nos sitúa en las casas y negocios cercanos al puerto de una pequeña
localidad en la costa inglesa en los años posteriores a la Segunda Guerra
Mundial. En una sociedad decadente vamos a ser testigos de las relaciones de un
grupo de personajes en cuyas vidas parece no pasar gran cosa y sin embargo las
cosas siempre están cambiando. Cada uno de ellos tiene sus sueños y sus pesares
y las relaciones con los demás a veces les ayudan mientras que otras les
entorpecen en sus objetivos.
No es fácil resumir en unas cuantas líneas el argumento general de Una vista del puerto ya que es una
novela que apenas lo tiene. Parece no pasar nada en ella y sin embargo hay
muchas tramas que se ciernen en torno a sus personajes. Y cuyas vidas, aunque
en principio esos cambios sean imperceptible, van evolucionando y tomando otros
rumbos.
Se trata de una novela coral en la que conoceremos a un oficial de la
Marina retirado. Bertram Hemingway es ahora pintor y ha llegado recientemente
al pueblo. También conocemos a Lily Wilson, que tiene un museo de cera. Una mujer
que perdió a su marido en la guerra y ahora se siente tremendamente sola.
Conoceremos al matrimonio formado por Beth y Robert Cazabon. Ella es escritora
y está demasiado inmersa en su propia ficción como para darse cuenta de que su
marido, que es médico, ha puesto los ojos y algo más en otra mujer. Tienen dos
hijas: la soñadora Prudence y la pequeña y caprichosa Stevie. También nos vamos
a encontrar con Tory Foley, una divorciada atractiva que espera impaciente las
cartas de su hijo Edward, que estudia fuera, mientras se aguanta la sensación
de fracaso de haber sido abandonada por otra. O la señora Bracey, aburrida y frustrada
que no hace más que lamentarse de la enfermedad que la mantiene postrada en una
cama. Una impotencia que revierte hacia sus dos hijas. Iris, que apenas habla
con ella para subyugarse al control que su madre ejerce sobre Masie a quien
mantiene anclada en el negocio familiar. Estos son los personajes principales
pero hay algunos más.
Poco a poco y a medida que avanzamos en la novela los vamos a ir
conociendo en profundidad y es que Elizabeth Taylor ha sido capaz de otorgar
una personalidad muy bien definida a cada uno de ellos a pesar de ser un número
considerable. Seremos testigos de sus emociones, de sus problemas e infortunios,
de sus sueños así como de aquellos que no han podido cumplir. Y sus relaciones
están retratadas de forma fabulosa y basadas en cualquier emoción que pueda
sentir el ser humano tales como el amor, la amistad, la curiosidad, la soledad,
los celos, el egoísmo, etc. A su vez todos estos personajes están ensamblados y
condicionados por la sociedad.
Elizabeth Taylor tiene una forma muy cuidada y personal de relatarnos
la historia. Gracias a sus descripciones nos hacemos una idea de ese puerto que
transitan sus personajes. Las casas y los negocios que lo rodean hacen se convierta
en un protagonista más de la historia. Pero no es una novela en que se abrume
con largas descripciones sino que están son muy medidas y visuales. Y ya ese
lugar es toda una declaración de intención. Un entorno tan pequeño solo da a
lugar a que todos sus personajes se conozcan e interacción entre sí. No es un
lugar donde uno pueda guardar secretos. Al mismo tiempo se percibe en el
ambiente esa decadencia y pesimismo de los años posteriores a la II Guerra
Mundial en que todo tenía que reconstruirse
y había nuevas metas por alcanzar.
Será un narrador omnisciente en tercera persona el que prácticamente
solo se ocupe de los escenarios mientras que los personajes se dan a conocer a
sí mismos mediante los diálogos (muy ingeniosos, agudos y mordaces en algunas
ocasiones) que ocupan la mayor parte de esta novela. Gracias a ello se avanza
con fluidez en una novela que de otra forma no tendría gran ritmo. No hay mucha
acción en ella, no hay grandes acontecimientos que hagan virar la vida de sus
protagonistas en segundos. No. Elizabeth Taylor te va conquistando poco a poco
con lo pequeño, con lo cotidiano. Con esos gestos o decisiones que se pueden
tomar a la ligera pero que van conformando el futuro.
Conclusión
Una vista del
puerto me ha parecido una estupenda lectura que a través de los personajes
que figuran en ella nos habla de la importancia de lo cotidiano y como las decisiones,
por muy banales que parezcan pueden cambiar nuestra vida.