lunes, 19 de septiembre de 2016

La carne - Rosa Montero



Título: La carne
Autora: Rosa Montero
Publicación: Alfaguara, septiembre de 2016
Páginas: 236

«Al final todo acaba por desembocar en el amor. Y en el daño

Una noche de ópera, Soledad contrata a un gigoló para que la acompañe a la función y así poder dar celos a un examante. Pero un suceso violento e imprevisto lo complica todo y marca el inicio de una relación inquietante, volcánica y tal vez peligrosa. Ella tiene sesenta años; el gigoló, treinta y dos.

Desde el humor, pero también desde la rabia y la desesperación de quien se rebela contra los estragos del tiempo, el relato de la vida de Soledad se entreteje con las historias de los escritores malditos de la exposición que está organizando para la Biblioteca Nacional.

La carne es una novela audaz y sorprendente, la más libre y personal de las que ha escrito Rosa Montero.

Mis impresiones

«Querido lector, quisiera pedirte un favor, Y consiste en que guardes silencio.» Esta es la petición que hace Rosa Montero en una nota al final de este libro. Con esta frase me encontré pasadas las dos de la mañana después de varias horas de lectura en la que había perdido por completo la noción del tiempo. A Rosa Montero la descubrí siendo muy jovencita con Temblor, luego vinieron La historia del rey trasparente, La loca de la casa, La hija del caníbal y quizás alguna más que ahora no me viene a la cabeza. Ninguna de ellas me decepcionó. Es una autora muy prolífica y versátil que ha creado historias muy diferentes y con muchas temáticas distintas. Su último trabajo me ha parecido sencillamente excepcional.

“La vida es un pequeño espacio de luz entre dos nostalgias: la de lo que aún no has vivido y la de lo que ya no vas a poder vivir. Y el momento justo de la acción es tan confuso, tan resbaladizo y tan efímero que lo desperdicias mirando con aturdimiento alrededor.”

Soledad es una mujer de sesenta años que se dedica al mundo del arte. Nunca se ha casado, no ha tenido hijos y las relaciones con los hombres siempre han sido esporádicas. Cuando Mario, un hombre casado y su última relación, la abandona comienza a experimentar de forma súbita el paso del tiempo comenzando a aflorar sus inseguridades y miedos más profundos. Para afianzarse y darle celos a su expareja decide contratar a un escort (un joven y guapo chico de treinta y dos años) que la acompañe durante una velada en la opera a la que supone que acudirá también Mario.

Sin embargo al finalizar la noche y a punto de acabar los servicios de Adam, que es como se llama su acompañante, un trágico suceso sacude a sus protagonistas-. Así su historia cambia de rumbo.

La carne es una de esas novelas que no necesita acción ni un argumento en el que continuamente sucedan cosas para atraparte en su lectura. De hecho no es más que la historia de sus dos personajes: una mujer que no quiere crecer y un joven que gana dinero vendiendo su cuerpo. Pero es una historia grande, muy grande. Y no solo la que comparten sus protagonista porque al ir descubriendo su pasado los iremos conociendo a ellos mismos. Soledad, haciendo honor a su nombre, es una mujer que ha tenido éxito en el trabajo y poca suerte en el amor. Ahora a sus sesenta años recién cumplidos sigue siendo incapaz de madurar, necesita reafirmarse, sentir que a pesar de su edad, de las arrugas que tiene, no es invisible. Y  un personaje extraordinario que me ha hecho sentir muchas emociones.  En ocasiones me ha parecido patética, otras me ha dado mucha lastima, me ha inspirado ternura, ingenuidad y a veces incluso ni la he comprendido. Adam es treinta años menor que ella. Su cuerpo es joven y firme, su rostro atractivo. Es lo que quiere de él: la carne.

El título de la novela no podría ser más adecuado. El cuerpo es carne, no hay nada más terrenal. Y la carne se deteriora aunque la mente siga joven y aunque se intente frenar este proceso con potingues o cirugías. Y este es uno de los grandes temas que planean constantemente en la novela a través de Soledad, su protagonista. Es visible y tangible. Uno no puede engañarse a sí mismo. Algunos dicen que la arruga es bella y otros que desearían volver atrás y borrarlas del cuerpo. Pero a través del cuerpo también se manifiesta el amor de muchas maneras. Un gesto, una caricia, una mirada de deseo, el sexo…

Rosa Montero es una escritora con mucho oficio y eso se nota en la construcción de la novela, en el ritmo, en cómo dosifica la información y en como resuelve situaciones. Una forma de narrar pulcra, elegante, con garra nos acompañará desde el principio hasta el final. A la novela, con sus reflexiones, sus argumentos y su intimidad no le faltan ni le sobra una sola palabra. No necesita ni ritmo ni acción trepidante para enganchar y sorprender al lector. Plagada de matices y connotaciones es una novela riquísima y profunda. Además un detalle en ella que me ha gustado muchísimo es que la propia autora se ríe de sí misma.

Entre los vaivenes de sus personajes iremos conociendo a ciertos “escritores malditos” cuyas historias están engarzadas a la trama principal de forma extraordinaria y elegidas con mucho tino. Soledad está inmersa en su último proyecto laboral. Una exposición para la Biblioteca Nacional. Y gracias a ella, el lector irá descubriendo existencias insólitas.

He intentado, tal y como pedía la autora, desvelar lo mínimo de ella. Por eso no me extiendo más en esta reseña. Simplemente leedla.

Conclusión

La carne es una novela envolvente y que atrapa desde el principio a fin. Llena de sorpresas, con un realismo tan crudo que inquieta, con personajes que se salen del papel, que te produce diversos sentimientos y que parece escrita desde el corazón. 



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