jueves, 16 de octubre de 2014

Los pasos que nos separan - Marian Izaguirre



Título: Los pasos que nos separan
Autora: Marian Izaguirre
Publicación: Lumen, octubre de 2014
Páginas: 383

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La bora, el viento que azota Trieste en ciertas épocas del año, es un aire apasionado que dura poco pero dobla el cuerpo y muda el ánimo. Salvador y Edita se conocieron en esta ciudad un día de primavera de 1920. Soplaba el viento, y todo cambió.

Luego, en Barcelona, casi a finales de los años setenta...Un hombre ya mayor y viudo que busca ayuda para volver a Trieste y a todos los lugares donde un día creyó ser feliz, y una chica, Marina, que va a ir con él para buscar un futuro. Y entre Salvador y Marina, de repente, casi sin avisar, los recuerdos: un parque a orillas del mar, las sábanas revueltas de un amor a media tarde, un andén, una niña que se aleja, y una espléndida tabla renacentista con una Virgen que mira y duda.

Con esas voces que se cruzan en el tiempo y en el espacio, Marian Izaguirre ha escrito una novela donde la culpa y el perdón juegan el mejor de los partidos y cada paso importa.

Mis impresiones

Marian Izaguirre tuvo un enorme éxito con su publicación anterior, La vida cuando era nuestra, una novela que a pesar de mis ganas de leerla y de que hace tiempo ya que espera su turno en la estantería no he encontrado el momento idóneo para ponerme con ella. Os cuento esto porque acabo de terminar Los pasos que nos separan, que sale hoy mismo a la venta, y cuya lectura se me ha dejado con cierta impaciencia para leer la anterior que ya se me antoja indispensable.

Tras una preciosa edición y una evocadora cubierta (muy habituales en Lumen) se esconde una maravillosa historia llena de emociones y sentimientos que se completa con un estilo narrativo absolutamente delicioso por parte de la autora. Me he sentido durante la misma muy cercana a sus personajes y totalmente inmersa en la historia.

Los pasos que nos separan consta de dos líneas argumentales que se desarrollan en dos épocas distintas y nos narran la existencia de dos seres que a su modo han intentado buscar la felicidad en diferentes situaciones y distintos lugares.

“Ya está. Sé lo que ocurre.
Soy viejo y voy a morir. Me enterrarán en un puñado de tierra. Sí… Seré nada en nada de tiempo. Por eso tengo que hacerlo ahora.
También sé que no puedo hacerlo solo, que necesito ayuda. Tiane que ser alguien joven, una energía nueva que me arrastre hacia el lugar precioso donde debo dar las gracias.
Por ella.
Por Edita.”

La primera trama nos traslada a un día de primavera del año 1920 en la ciudad Trieste. Como habitualmente ocurre en esta ciudad el viento bora azota con fuerza obligando a sus transeúntes a realizar paradas obligatorias para refugiarse de su violencia. Esta circunstancia propicia el encuentro entre dos personas en el café Strabone, Salvador y Edita que comenzarán una complicada historia en común. Él es un joven e inexperto estudiante español. Ella eslovena, casada y con una hija recién nacida.

Luego nos trasladamos a un verano a finales de los años setenta cuando Salvador, escultor octogenario, con un sentimiento próximo a que se acerca el final de su vida decide reconciliarse con el pasado. Para ello sabe que no tiene más remedio que viajar hasta aquellos lugares en donde se forjaron los acontecimientos más importantes de su vida así como encontrar a una persona a la que desea encarecidamente pedir perdón. Sin embargo es consciente de las limitaciones de su edad y decide buscar a alguien que le acompañe en un viaje que comenzará en Trieste, uno de los lugares donde fue más feliz.

Tras poner un anuncio en el periódico se presenta a cubrir el puesto Marina, una joven universitaria que regresa a Barcelona para continuar sus estudios después de haber pasado unas intensas vacaciones en Menorca. Pero algo ha ocurrido durante estas semanas que han dejado una huella imborrable en Marina que mientras los recuerdos la arrinconan cada momento, debe tomar una decisión crucial en su vida.

Poco a poco nos vamos sumergiendo en la vida de estos dos personajes, conociendo su presente mientras ellos se ocupan de rememorar un pasado que no pueden olvidar. Dos historias que no tienen mucho que ver pero van conquistando al lector por lo evidente, que es lo narrado, pero también por aquello que callan sus personajes y se siente en el ambiente. Los pasos que nos separan es una novela muy sutil e intuitiva que gustará a los amantes de lo delicado.

Nos encontramos ante una novela con una trama que conquista por su exquisita sencillez. Su autora no necesita el recurso de crear vidas apocalípticas, salvajemente vapuleadas por el destino ni personajes atormentados porque lo que les pasa a estos personajes, al igual que ellos mismos, es tan real como la vida misma. En cierto modo sin estos no hay historia porque ellos los que con sus decisiones, sus sueños y debilidades van eligiendo el rumbo de su vida. Salvador y Marina son los ejes principales alrededor de los cuales se desarrolla la acción. No podrían existir mayores diferencias entre ellos. La vida de un octogenario que se apaga contra la de una joven que recién está empezando a vivir. La experiencia y la ignorancia cruzan sus caminos quizás para ayudarse mutuamente. A él le conocemos en pasado y presente, a través de la vida que un día vivió y los restos que quedan. Primero enamorado de una mujer casada, viudo al final de su vida. Marina en cambio busca el amor pero no lo hace de la forma oportuna ni en la persona adecuada.  

La novela está contada en una voz en tercera persona omnisciente, con acceso al interior de los personajes, que va narrando sus dos hilos argumentales: pasado y presente. Al final descubriremos la identidad de este narrador que lo sabe todo sin participar en la historia. El pasado está enfocado a contarnos la historia de Salvador en el momento en que conoció a la mujer de su vida, mientras que el presente está más encaminado a que conozcamos a Marina y sus circunstancias personales pero sin olvidar también de ofrecernos suficientes referencias sobre la vida de Salvador. Cada historia en un estilo, con unas características y una temática diferente me ha cautivado a su manera. Sería incapaz de decantarme por una de ellas. Son pocos los libros en que existe tal equilibro entre ambas.

Marian Izaguirre tiene un estilo narrativo muy especial, refinado, elegante, evocador y con una prosa muy cuidada que va colocando las palabras en el sitio oportuno formando además ingeniosas frases sobre la vida, el amor, la culpa o la toma de decisiones, principales temas de la novela. Perfecta la creación de ambientes (tanto en los años 20 como en los 70) y como la autora nos transmite esos cambios que suceden en la ciudad de Trieste tras pasar por la I Guerra Mundial cuando pasa a formar parte de Italia. Como telón de fondo la música y el arte.

Conclusión

A estas alturas imagino que no es necesario decir lo mucho que me ha gustado Los pasos que nos separan, una novela muy emotiva, sencilla, sutil y delicada. Muy recomendable.

Calificación: