Título: La máscara
veneciana
Autora: Gloria Codina
Publicación: Plaza
& Janés, junio de 2013
Páginas: 353
Debería haber nacido en otra
época.
Soy Costanza. Fui la pequeña Contanti,
Costanza da Fondasini, sor Maria Umile,
Madame Constans, y otros muchos nombres.
He sido niña, esposa, noble, viuda, amante,
madre, monja, cortesana, y maestra, pero jamás he dejado de ser mujer.
Esta es mi historia.
Soy Costanza. Fui la pequeña Contanti,
Costanza da Fondasini, sor Maria Umile,
Madame Constans, y otros muchos nombres.
He sido niña, esposa, noble, viuda, amante,
madre, monja, cortesana, y maestra, pero jamás he dejado de ser mujer.
Esta es mi historia.
Mi experiencia con la novela
La novela que hoy os presento fue proclamada ganadora del
Premio Círculo de Lectores de Novela en 2012 (donde es el jurado popular el que
decide finalmente que novela resulta vencedora) y ahora nos llega publicada por
parte de la editorial Plaza & Janés. Este primer título supone el volumen
inicial de la saga Las Rosas de Lilith,
una serie de novelas que pretenden destacar el papel que ha venido desempeñando
la mujer en un mundo regido casi exclusivamente por el género masculino a la
vez que se reivindica su figura. Un proyecto muy ambicioso para una escritora
novel que me parece que tiene un buen comienzo pero que habrá que esperar para
conocer las siguientes entregas.
La historia se desarrolla en Venecia en la segunda mitad
del siglo XV. Su protagonista es Constanza Contanti, un niña inteligente y
despierta hija de un maestro artesano joyero muy rico por lo que las
comodidades están aseguradas. La familia aspira entrar en la clase noble y
codearse con la flor y nata de la sociedad por lo que han cuidado de forma
exquisita la educación de Constanza para aumentar su valor con respecto al
matrimonio. A sus diez años ya ha sido
prometida a Oddantonio de Fondasini, el primer duque de Castelforca, y una vez alcance la pubertad y su cuerpo este
preparado para recibir la maternidad deberá partir con este hombre que tiene
veinte años más de edad que ella.
Las reglas del juego son sencillas y Constanza dispone de
todo lo necesario para ser feliz, eso sí, debe dejar que otros decidan por ella
y adaptarse a las circunstancias que le imponen. Pero ella no es una niña como
las demás. No sólo es curiosa sino de inteligencia muy despierta y Constanza se
plantea numerosos interrogantes que nadie puede responderle. Pero más que una
bendición los dones de Constanza se convierten en una lacra que le impiden ser
feliz y le hacen rechazar el mundo que la rodea.
Contanza, la hija de un acaudalado joyero, la tercera
entre cuatro hermanos, la niña educada en un ambiente exquisito –que no sólo
saber hilar, coser y tejer sino canto, latín, griego y algebra entre otras
disciplinas- se cría en un hogar donde apenas siente el cariño de su madre, una
mujer amargada por no haber conseguido la posición social que deseaba a través
de su matrimonio. Una mujer que pretende que su hija cumpla sus propias
expectativas sea cual sea el precio. Aunque su padre no se muestra tan severo
en su trato hacia ella también queda claro que sus opiniones importan muy poco.
Entre las alianzas con que contará Constanza se encuentra
su esclava o ayuda de cámara, Sitti, una joven de su edad con la que conectará
de forma inmediata y a quien comenzará a ver como una hermana y no una simple
mercancía, Enrico Acade, un hombre misterioso con quien mantiene una atracción
mutua desde el momento en que se conocen o Lorenzo, un primo con quien
descubrir una parte desconocida de ella misma.
Una de las cosas más llamativas de la novela es la
excelente ambientación con que cuenta. La historia se desarrolla en Venecia a
partir del año 1458, cuando Constanza tiene tan sólo diez años. En esa época la
ciudad era un hervidero de gente de distinta procedencia que llegaba a la
ciudad ante la bonanza económica que se vivía. Hace especialmente hincapié en
mostrarnos el carnaval de la época con toda su fastuosidad, unos días que
precediendo la Cuaresma, la contención y el ayuno, se vivían de forma intensa y
la ciudad se convertía en un paraíso dominado por la libertad y el libertinaje.
Momento en que cada uno se permitía dar rienda suelta a sus deseos sin
remordimientos cometiendo actos deleznables y amparado bajo el anonimato que
presentaban las máscaras como la colombina (antifaz típico del carnaval de
Venecia que se adornaba con piedras y plumas). Su autora no escatima en detalles para
transmitirnos el ambiente que se respiraba en aquellas calles, sus aromas y sus
colores.
Otro de los aspectos que contribuyen a crear una
excelente ambientación en la novela es el estilo narrativo usado por la autora.
El vocabulario adaptado a la época, un tanto arcaico, formal y donde la
cortesía a la hora de dirigirse al resto de los personajes es primordial. Así
incluso Constanza se dirige a su padre o madre en forma de mi señor o mi
señora. Este aspecto puede parecer incómodo o un tanto denso pero la autora lo
resuelve perfectamente y la novela se lee con agilidad a pesar de ser rica en
detalles que nos van formando imágenes sobre la época y nos ofrece cierta
información sobre las costumbres o el modo de vida.
La novela es narrada en primera persona por su
protagonista Constanza que a modo de
diario quiere dejar constancia de como ha sido su vida y sus memorias ya
en una edad de su vida muy avanzada. La novela mantiene un buen ritmo a la
largo de su extensión y consigue sorprender al lector en el desarrollo de
algunos de sus acontecimientos por lo que no resulta una novela predecible. Su
estructura es a través de capítulos de larga extensión (por lo que no son muy
numerosos) que van dividiendo en distintas etapas la vida de su protagonista.
A parte de contarnos una historia de ficción en La máscara Veneciana Gloria Codina
pretende analizar y denunciar el papel que vivía la mujer en la sociedad del
momento. Una época en que la mujer era usada por el hombre como una simple
moneda de cambio para obtener fortuna, alianzas políticas o una buena posición
social. Las muchachas eran entregadas a
sus maridos poco después de menstruar por primera vez cuando sus cuerpos aún no
estaban totalmente desarrollados. Su lugar era muy simple mantenerse fiel al
marido, dirigir la casa y parir sus hijos. Sin opciones para decidir sobre sí
mismas, sin la necesidad de formarse un pensamiento propio y sin ser dueñas de
sí mismas. Ni siquiera podían salir a la calle sin una compañía masculina
representada bien por el padre, el marido o un hermano.
«Es el hombre perfecto quien debe dirigir a la
imperfecta mujer. Yo sé mandar y sé que ella sabrá obedecer. Recordad que es el
gallo quien domina a la gallina» (Página 85)
En este sentido Constanza lo tiene
muy claro. No entiende porque las mujeres no pueden decidir sobre su propia
vida, ni porque son entregadas a matrimonios sin amor. Como ella misma nos
avisa al comienzo de la novela “Debería haber nacido en otra época”. Los
fuertes ideales que va desarrollando le hacen admirar a Christine De Pizan,
autora del Libro de las damas,
considerada la primera escritora profesional en la historia de Europa y
precursora de la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y
mujeres.
Si miramos hacia atrás podemos
comprender que desde tiempos muy antiguos existieron mujeres que fueron
pioneras y lucharon por conseguir que el mundo de la mujer fuera distinto, por
abandonar el estúpido papel que se le había impuesto. Pero como mujer, y aunque
me duela reconocerlo, el machismo –que incluso se extiende a nuestros días-
nunca hubiese podido existir sin el apoyo de otras mujeres que quizás se
sentían más a gusto desarrollando ciertos papeles.
En la novela, la sexualidad cobra un papel fundamental que nuestra protagonista va descubriendo a través de distintos episodios con hombres, a veces forzados cuando Constanza es aún una niña ingenua y otras veces consentidos e incluso propiciados con distintos hombres que la autora concreta a través de escenas cargadas de erotismo pero sin demasiado explícitas. Pero el despertar de su sexualidad no supone ningún trauma sino un proceso natural en el desarrollo de su protagonista.
Respecto al final, decir que se trata de un desenlace
abierto e incompleto pues la historia ya sabemos que continuará en un segundo
volumen. Eso sí, nos deja en un punto de máxima tensión y una encrucijada para
Constanza.
Conclusión
La máscara
Veneciana es una obra que con un resultado interesante que nos transporta
con asombrosa facilidad a una época muy atractiva, nos narra sus costumbres y
nos enseña el papel de la mujer en la sociedad en ese momento a través de una
protagonista con mucho carisma y aderezando la novela con cierta dosis de
erotismo.