lunes, 20 de abril de 2020

Otoño lejos del nido - Ángel Gil Cheza


Antes de esta, había leído dos novelas del escritor Ángel Gil Cheza, con muy diferente resultado. El hombre que arreglaba las bicicletas me resultó una lectura cautivadora, maravillosa. Para mí tenía la fórmula perfecta, una novela con intriga y una forma de escribir impecable. Algo que sin embargo no encontré en La lluvia es una canción sin letra, con la que no conecté tanto. Pero hoy voy a hablaros del que es su último trabajo: Otoño lejos del nido, su cuarta obra hasta el momento.

Todo comienza con la aparición de un cadáver en lo que es una extraña escena. Su cuerpo está colgado dentro de una enorme esfera hecha con ramas que cuelga de un árbol en mitad del bosque. Todo parece indicar que la joven se ha suicidado pero algo no termina de cuadrar. No será tampoco la única muerte que se producirá en la novela.

Aunque esta novela en principio parece otro thriller más, no lo es. Su arquitectura se encuentra muy alejada del prototipo del género y sencillamente eso es lo que más me ha gustado. He disfrutado muchísimo de la novela pero no por la trama criminal en sí, que había momentos que incluso de alguna manera quedaba relegada al olvido aunque no por demasiado tiempo.

Que no quita que tenga una buena trama de misterio, en la que confluyen varias subtramas interesantes y que además incluye una crítica social bastante clara a la sociedad en que vivimos. A la precariedad laboral, la dificultad de salir de situaciones económicas dificultosas o la violencia entre otros. Y sobre todo a nuestros actos sobre la naturaleza, como sobreutilizamos los recursos y lo poco respetuosos que somos con el medio ambiente.

Creo que la grandeza de Otoño lejos del nido se asienta en dos aspectos fundamentalmente. Uno de ellos es la riqueza de sus personajes y las subtramas que estos generan y por otro lado la exquisitez con la que está escrita –y que de alguna manera me ha recordado a su primera novela-.

Insisto la novela está escrita son sensibilidad, con cierto lirismo, con palabras y frases que se quedan suspendidas en el aire. No de esas que olvidas al pasar a la siguiente página. Quizás esto no sea lo más adecuado para un thriller al uso pero como digo, a mí es lo que más me ha hecho disfrutar.

Uno de sus mejores personajes es Ivet Portabella, la sargento que se encargará de investigar el caso. Su vida está marcada por una importante crisis personal que focaliza en la edad y la soledad. Por otro lado conoceremos a Édgar Brossa, un periodista que ha tenido mala suerte y está en la ruina económica lo cual ha afectado gravemente a los demás aspectos de su vida. Es evidente que llegará un momento en que ambos personajes se crucen y quizás la muerte de esa chica tenga algo que ver con la desaparición de una persona que Brossa está investigando. No voy a describirlos más pero estos y otros como Tarrós están maravillosamente dibujados y caracterizados. Aunque lo que más destaca de ellos es esa parte humana que muestran al lector. Con sus dudas, sus contradicciones, sus pesares y esa parte más gris que todos escondemos a los demás.

En definitiva, creo que Otoño lejos del nido es un thriller que he disfrutado muchísimo. Y que además demuestra que una novela de este género puede tener una prosa deliciosa e inspiradora. Una novela muy especial, sin duda.