Título: Las hijas
de otros hombres
Autor: Richard Stern
Traductor: Laura Salas
Autor: Richard Stern
Traductor: Laura Salas
Publicación:
Siruela, 2019
Páginas: 246
Páginas: 246
Hace poco que tuve
entre las manos una novela que hablaba de la ruptura de una pareja. Y una de
las cosas que más me habían llamado la atención era como afectaba la sociedad
actual, con los condicionantes que tenemos, a sus dos miembros. Hoy os traigo
una novela que también trata sobre el doloroso tema de una separación sentimental.
Y sin embargo su contexto temporal es completamente distinto. Stern la escribió
en los años setenta y se ha convertido en todo un clásico.
Al abrir el libro
entramos en la casa de los Merriwether y comenzamos a conocer a sus personajes.
Nos encontramos a finales de los años sesenta en Cambridge, Massachusetts. El
doctor Robert Merriwether se ha dedicado durante mucho a la investigación de la
sed pero ahora da clases en Harvard. Lleva muchos años casados con Sarah pero
ya apenas comparten una vida de pareja. Simplemente se dejan llevar por la
rutina que ambos han creado con los tres hijos que tienen.
Hasta que Robert conoce
a la joven Cynthia Ryder, de quien tras una serie de encuentros y coincidencias
acaba rendido a la frescura y la juventud de la muchacha. Ella le corresponde.
Y cuando Sarah y sus hijos se van de vacaciones para alejarse del calor de la
ciudad aprovecha para iniciar una relación con ella.
Este es el argumento
inicial de la novela. Tenemos un matrimonio sumido en la desgana y la desidia. De
puertas para afuera parecen una pareja comprometida y bienvenida. De puertas
para adentro hace mucho tiempo que se cansaron el uno del otro. Mientras, él
decide volcarse en su trabajo ella se dedica a la casa y sus hijos.
Empezaba hablándoos
del momento en que se desarrolla la historia (a finales de los sesenta) porque
eso ya marca el tono de la historia. Quizás ahora estemos acostumbrados a
parejas que después de muchos años se separan. A familias que se descomponen y vuelven
a componerse con otros miembros distintos. Pero hace más de cincuenta años no
era tan habitual. Y el protagonista de esta historia llevará el peso moral por
la educación recibida que le hará tener que auto justificarse. Es un hombre
culto, reflexivo y serio pero dentro de su hogar ya no recibe nada. Se siente
solo, desmotivado e incluso intuye rechazo en su mujer. La relación con la
joven no será un camino de rosas, habrá dudas, decepciones y culpabilidad. Incluso
yo creo que un deseo de borrar todo eso y conformarse con su matrimonio.
Sarah es la esposa,
santurrona y llena de odio. Una mujer que abandonó, como era habitual en la
época, su trabajo y se dedicó en cuerpo y alma a su familia. A una casa
horrible y un hombre que no tardó mucho en dejarle de interesar. Es por ello
que su carácter se ha ido agriando, sobre todo con Robert. Porque su vida ha
sido también una desilusión.
Y como último vértice
tenemos a Cynthia cuyo carácter es muy diferente al de los anteriores. Una
joven de pensamiento más moderno, que en la veintena de su vida ha optado por
dejarse llevar y tomar sus propias decisiones independientemente de lo que la
sociedad espera de ella. Representa todo lo contrario a Robert y Sarah.
Las hijas de otros hombres es por completo una novela de personajes. Sus
circunstancias, pensamientos, emociones y su forma de actuar es lo que va
desenvolviendo una trama. Y a lo largo de ella vemos cómo evolucionan. Una de
las cosas que más me han gustado de la novela es que el autor expone los hechos
y es cada lector quien deber sacar sus propias conclusiones. Como fondo
observamos la sociedad, su moral, sus costumbres e incluso su hipocresía. Pero
no hay drama en la novela.
Y es una novela que
está maravillosamente escrita. Tiene un uso de la lengua elaborado, culto y con
mucha personalidad. No es un estilo simple en absoluto. Y con una estupenda
recreación de la época. Una delicia narrativa.
En conclusión, Las hijas de otros hombres me ha resultado
una lectura enriquecedora, cargada de reflexiones que nos muestran la ética de
una época pasada en el seno de un matrimonio donde el amor se ha acabado.