lunes, 27 de julio de 2015

A flor de piel - Javier Moro





Título: A flor de Piel
Autor: Javier Moro
Publicación: Seix Barral, mayo de 2015
Páginas: 489

El 30 de noviembre de 1803, una corbeta zarpa del puerto de La Coruña entre vítores y aplausos. En su interior viajan veintidós niños huérfanos cuya misión consiste en llevar la recién descubierta vacuna de la viruela a los territorios de Ultramar. Los acompaña Isabel Zendal, encargada de cuidarlos. Los héroes de esta descabellada expedición, dirigida por el médico Francisco Xavier Balmis y su ayudante Josep Salvany, sobrevivirán a temporales y naufragios, se enfrentarán a la oposición del clero, a la corrupción de los oficiales y a la codicia de quienes buscan lucrarse a costa de los desamparados.

Si al final esta aventura se convirtió en la mayor proeza humanitaria de la Historia, se debió no sólo al coraje de aquellos niños que se vieron abocados a salvar las vidas de tantísima gente, sino también al arrojo de los dos directores, hombres sin miedo que se disputaron el amor de la única mujer a bordo.

A raíz del descubrimiento de la identidad de Isabel Zendal, Javier Moro, autor de Pasión india y El imperio eres tú, reconstruye una prodigiosa epopeya de la mano de un personaje femenino inolvidable. Los protagonistas de A flor de piel, desgarrados entre la pasión de salvar al mundo y la necesidad de salvarse a sí mismos, son como luces en el horizonte oscuro del final de una época. 

Mis impresiones
                                                                       
A Javier Moro le había perdido un poco la pista desde que leí hace ya bastantes años El sari rojo y Pasión india. No hay ninguna razón en particular porque fueron dos novelas de las que disfruté ampliamente y me dejaron muy buenas sensaciones. MI reencuentro con él ha sido con A flor de piel, su última novela publicada que trata un episodio real completamente desconocido para mí y que me ha sorprendido por diversos aspectos. En ella nos relata la mayor proeza humanitaria que se ha llevado a cabo y que cambiaría el rumbo de los acontecimientos de la historia.

A flor de piel comienza en julio de 1788 en una pedanía del municipio de Ordes en tierras gallegas. Con tan solo trece años la pequeña Isabel Zendal acaba de perder a su madre enferma de viruela. Para toda la familia es un golpe muy duro y ella como la mayor de las hermanas tiene que ocuparse el bienestar de toda la familia. Son muy pobres y las condiciones en que viven miserables. Ante esta situación su padre, un jornalero de carácter afable, en un intento desesperado de ofrecerle un futuro mejor decide enviarla a servir a la ciudad. 

De esta forma llega a la casa de los Hijosa en La Coruña, al lugar en donde su tesón y esfuerzo será recompensado poniéndola al frente de una inclusa, el primer hospital público de la cuidad. Esta labor, que realiza de forma estricta e impecable, la llevaría algún tiempo después a embarcarse en el María Pita con destino a América para colaborar con una expedición cuyo objetivo era el de llevar la vacuna de la viruela, que estaba causando estragos, a territorios de ultramar utilizando como portadores del virus a veintidós niños huérfanos. La expedición sería dirigida por Francisco Xavier Balmis, un médico consagrado a su profesión.

Esta novela solo puede encuadrarse dentro del género histórico de forma que incluso este carácter se superpone a la vida de sus personajes. En ella Javier Moro nos habla de los años claves en que se encontró la inmunización a una terrible enfermedad que se extendía como la pólvora en la sociedad. Es la viruela, también conocida como la flor negra, de graves consecuencias, alta virulencia y gran poder de propagación. La primera solución que se encontró fue la variolización, una técnica que consistía en infectar directamente a personas sanas con las pústulas de una enferma. Algún tiempo después se utilizaron vacas, cuyo virus inmunizaba pero era más tolerante para el ser humano.

Encontrada una posible solución se hizo imprescindible atajar el avance de la enfermedad en las colonias españolas. Fue Francisco Xavier Balmis, junto a Josep Salvany, quien orquestó una expedición para llevar a aquellas tierras las vacunas. La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna resultó una idea brillante en aquella época. La corbeta María Pita zarpó de La Coruña en 1803 cargando con los veintidós niños que irían conservando el virus mientras duraba la travesía. Este viaje no estaría exento de toda clase de dificultades, de incomprensión y rechazo, de falta de medios y financiación, de posiciones morales a este método, de falta de colaboración y la corrupción de las autoridades,  de contratiempos y verdaderos problemas que se iban solucionando sobre la marcha a los que se suman las inclemencias del tiempo o naufragios.

En esta ocasión (como ya hizo Javier Moro en novelas anteriores) se da vida a tres personajes  históricos reales. Isabel Zendal es una mujer hecha a sí misma. Fuerte, trabajadora, decidida, infatigable, estricta pero también capaz de transmitir el amor y protección de una madre a los niños a los que custodiaba. Francisco Xavier Balmis fue un médico militar poco apegado a las relaciones humanas cuya única obsesión fue su trabajo. No tuvo reparos en abandonar su familia, incorporarse a la guerra y viajar hacia tierras mexicanas donde obtuvo sus mayores éxitos en materia sanitaria. El personaje que falta es Josep Salvany i Lleopart, un joven cirujano que sirve de apoyo la labor de Balmis y desarrolla una labor no menos importante luchando a la vez contra sus propias debilidades.
Pero tampoco podía faltar en esta historia un componente emocional y sentimental que nos lleva a conocer las historias personales de sus protagonistas quizás siempre en un segundo plano con respecto a la trama principal. De sus sueños e ilusiones, de los sacrificios que tuvieron que realizar así como las nuevas relaciones que surgen entre ellos y quienes les rodean.

Aproximadamente el primer cuarto de la historia se desarrolla a través de dos líneas argumentales diferentes (la que nos habla de Balmis y la que se ocupa de Isabel Zendal) que no tardan en fusionarse en un hilo único el que nos narra la proeza realizada por sus personajes. Se nota lo documentada, trabajada y cuidada que esta la novela con respecto al contexto social y político, ofreciendo muchos detalles al lector y a pesar de ello no pierde viveza, ritmo ni interés. Quizás también porque la historia está muy bien narrada, manteniendo el pulso en todo momento y con ello seduciendo al lector. Viajaremos junto a sus personajes por distintos escenarios en Filipinas, México, Perú, Colombia, Puerto Rico o Argentina entre otros muchos enclaves.

No hace mucho que el tema de las vacunas ha saltado a los medios y se ha abierto un intenso debate sobre los beneficios y riesgos de su utilización.  Si hoy estamos así con toda la información que tenemos a nuestra disposición, los estudios médicos que existen, lo que se prueba cualquier sustancia antes de aplicarla al paciente nos podemos imaginar lo que supuso en aquella época el hecho de infestar a una persona sana y más aún con el virus de una vaca. Afortunadamente siempre han existido personas capaces de luchar contra viento y marea y que nos han hecho evolucionar y mejorar nuestras condiciones.

Conclusión

A flor de piel me ha resultado una lectura muy interesante que además he disfrutado de principio a fin. Javier Moro nos cuenta un hito histórico de manera viva y con mucha pasión.