Título: Mañana
puede ser un gran día
Autora: Betty
Smith
Publicación:
Lumen, mayo de 2015
Páginas: 352
Estamos en Brooklyn
y corren los años veinte. La chiquilla que conocimos en Un árbol crece en
Brooklyn, la primera novela de Betty
Smith, es ahora una joven mujer de nombre Margie, decidida a escapar de la
pobreza y mediocridad que la rodean en su casa, donde los días transcurren
entre las horas de oficina, las quejas de una madre dominante y los gestos
tímidos de un padre derrotado por la falta de ambición y cariño.
Margie sueña
mientras camina por las calles frías de su barrio, pero finalmente las viejas
costumbres se imponen: solo el matrimonio y el gobierno de una casa propia
podían ofrecer a una mujer de aquellos tiempos cierto margen de libertad, y así
la joven se casa con Frankie Malone, un hombre que tiene poco que contar y
mucho que esconder...
Esta historia, la
de tantas parejas que callaron a principios del siglo XX, cobra sentido gracias
al talento de Betty Smith, a sus ganas de hablar y mostrar los hilos rotos con
que se tejió el gran sueño americano.
Mis impresiones
Hace algunos años ya que casualmente durante un viaje
compré Un árbol crece en Brooklyn. No
había oído hablar de ella pero la sinopsis me transmitió muy buenas vibraciones
y no me equivoqué porque la novela me gustó mucho. Así que cuando vi que Lumen
recuperaba otra novela de Betty Smith inmediatamente me llamó la atención.
A sus diecisiete años Margie Shannon es una joven
inteligente que lo único que desea en el mundo es huir de un hogar mezquino y
conseguir su propia independencia. Para lograrlo abandonó el instituto tras dos
años de estudio y encontró un empleo como lectora de correspondencia para una agencia
de venta por correo. Pronto la joven se da cuenta de que no le resultará tan
fácil vivir su propia vida cuando se vea obligada a entregar prácticamente todo
el sueldo a una madre dominante y controladora que no le permite concederse ningún
deseo y un padre cada vez mas ausente. Ante este panorama quizás la única vía
de escape y posibilidad de tomar las riendas de su propia vida sea el
matrimonio…
Mañana puede ser un
gran día nos habla de convenciones sociales, de costumbres arraigadas, de
la desilusión y la imposibilidad de alcanzar los sueños. Nos presenta a los
Shannon, una familia que vive con lo justo y necesario y ha hecho de la
hostilidad su forma de vida. Flo, la madre, es una mujer dominante y
controladora con quien cada conversación termina en una discusión, en un cruce
de reproches interminables producto de su propio desencanto con la vida que
tiene. Ante esta situación Henny, el padre, casi a la desesperada opta por
pasar el máximo tiempo posible fuera de casa, huyendo de una mujer con la que
es imposible pasar un rato agradable y de la misma cena que se repite noche
tras noche. Margie en cambio aún conserva el ímpetu de la juventud. Sus padres
han perdido la esperanza pero ella aún sueña con salir de la pobreza y vivir en
unas condiciones mejores.
En la contraportada nos dice que está es la continuación
de la novela anterior en el momento en que la pequeña que conocimos en Un árbol crece en Brooklyn ha abandonado
la infancia y es casi una mujer. En mi opinión tiene algunas características
que podrían hacer pensar en una segunda parte pero en realidad considero que no lo es en sentido
estricto a pesar de que comparten muchos elementos en común y que el fondo de
la historia parece el mismo. Es posible que la autora después de representar la
infancia quisiera hablar a los lectores de la siguiente etapa lógica en el
desarrollo de una persona mostrando otros problemas que surgen en un ambiente similar
como es Brooklyn en este caso en los años veinte. Los personajes no conservan
los nombres de la novela anterior y su fondo también es distinto. A grandes
rasgos podríamos pensar que es la misma familia pero matizada y tipificada de
forma distinta. Yo personalmente no he visto en Margie realmente a la pequeña
Francie, la niña a quien le apasionaban los libros.
Me ha parecido muy interesante el retrato que Betty Smith
hace de esta familia, de los conflictos, la forma en que construye los
personajes y como analiza las relaciones que dan entre ellos. La novela
transcurre sin grandes sobresaltos atendiendo al día a día de estos personajes,
mostrándonos las situaciones cotianas en las que se ven comprometidos y lo que
les lleva a tomar cada decisión. Una familia en la que la incapacidad para
hablar y comunicarse ha terminado por hacer mella. Y así una podría pensar que
la historia tiende al drama, algo que no sucede en absoluto y por ello no nos
llegamos a compadecer de sus personajes. Betty Smith no juzga a sus personajes,
no hace de ellos ni buenos ni malos ya que los dota de varias dimensiones.
Vemos su parte más agria, áspera o interesada pero también vemos el fondo más
humano. Porque les escuchamos reflexionar, percibimos que bajo toda esa coraza
existen sentimientos tales como la inseguridad, el arrepentimiento, las
dudas o incluso se cuestionan a sí
mismos.
A pesar de que es Margie la protagonista de esta historia
cada uno de los personajes que aparecen en la misma tiene una entidad propia,
una historia tras ellos. Así conocemos a Frankie y a su numerosa familia, los
Malone, al señor Prentiss y las chicas de la oficina entre los personajes
secundarios.
La novela a parte del tema de la maternidad, de las
relaciones familiares nos deja además el retrato de una joven pareja que se
embarca en un matrimonio sin apenas conocerse el uno al otro, intentando
superar las dificultades económicas y las que sus propias familias les han
impuesto, sobre todo a ese concepto de propiedad que las madres sienten. Nada ni
nadie es suficientemente bueno para sus hijos. La pareja sufre también el pudor
de la época, de lo que no está escrito pero hay que respetar, de lo que sería
lógico aunque vaya contra la naturaleza de uno mismo.
La novela está narrada con sencillez y un ritmo pausado
pero que no llega a decaer en ningún momento. El contexto en que se desarrolla Mañana puede ser un buen día es Brooklyn
en los años veinte. En ella se nos da una idea, sin detenerse en explicar
demasiado, del estilo de vida en la época de las familias humildes que sobrevivían
con lo justo y necesario. No llegaban a pasar hambre pero tampoco podían permitirse
gastos innecesarios. El final además nos da la esperanza de que todo tiene
solución y que a veces es posible dar marcha atrás.
Conclusión
Me ha gustado leer Mañana
puede ser un gran día. Una novela sencilla pero que refleja de forma muy
acertada las relaciones familiares y los condicionantes de la época en que se
desarrolla.