Título: La sangre de los libros
Autor: Santiago Posterguillo
Publicación: Planeta, octubre de 2014
Páginas: 224
Asesinatos, suicidios, duelos, condenas a muerte, guerras, eclipses, vampiros, misterios, juicios… Detrás de los grandes libros se esconde mucha más sangre de lo que uno podría imaginar. ¿Por qué Pushkin murió en un duelo? ¿Es cierto que se han hallado pruebas de la reencarnación de Shakespeare? ¿Sabías que Pessoa tuvo dificultades para encontrar editor o que La Divina Comedia estuvo a punto de no publicarse?
Santiago Posteguillo, referente de narrativa histórica, nos guía en un magnífico viaje desde los discursos de Cicerón hasta las obras de ciencia ficción de Asimov por la historia más enigmática y sorprendente de la literatura universal.
Mis impresiones
Este supone mi primer acercamiento a Santiago Posteguillo, un autor del que llevo leyendo cosas muy positivas desde hace tiempo. Alguna de sus novelas anteriores ya me llamaron la atención y especialmente apetecible me parecía la idea de leer cosas reales sobre libros y curiosear en la vida privada de sus escritores.
“La sangre de los libros propone un viaje alternativo y diferente por la historia de la escritura. Detrás de grandes clásicos de la literatura universal, sea la Eneida, La vida es sueño, Jane Eyre o Drácula, por mencionar sólo algunos títulos que el lector va a visitar en este viaje en el tiempo, hay misterios y enigmas y, con frecuencia, sangre: la sangre de los escritores esparcida de forma silenciosa por entre las líneas de sus libros.” (Prólogo)
La sangre de los libros no es una novela sino un recopilatorio, a modo de relatos, de anécdotas o historias curiosas que tienen de una forma u otra relación con la literatura, ya sea sobre un autor o un libro determinado. Entre todos estos relatos encontraremos grandes autores de todos los tiempos y las historias que inspiraron algunos de los libros más famosos de la historia de la literatura universal.
Desde la antigua Roma a Grecia, Inglaterra, París o Madrid pasando por otros muchos lugares y en diversos periodos y épocas vamos asomándonos a curiosidades protagonizadas por Séneca, Cicerón, Quevedo, Asimov, Calderón de la Barca, Lope de Vega, Bazac, Béquer, Allan Poe, Virgilio o Shakespeare entre muchísimos otros nombres. Con frecuencia aparecen de forma indirecta otras figuras históricas bien porque tuvieran relación con los principales de la historia o porque contribuyeron de alguna manera a la anécdota.
“La buena literatura de verdad, la que nos hace palpitar, la que nos emociona y nos transporta a otros mundos, la que nos parece más real que la realidad misma es la que está escrita, palabra a palabra, verso a verso, página a página, con sangre en las sienes, en las manos y en el alma.” (Prólogo)
Muertes, duelos, suicidios, amores, rivalidades, amistad, misterios, encarcelamientos, crímenes, guerras…. El denominador común de todas estas historias es que hacen referencia a actos oscuros o misteriosos en donde la sangre a menudo tiene una intervención. Como la de un escritor que fue condenado tres veces a muerte por tres diferentes emperadores, otro que organizó un entierro formal para una mosca, las extrañas circunstancias que rodearon la muerte de Edgar Allan Poe o el suicidio de Emilio Salgari.
Hay anécdotas buenísimas que destillan ingenio como la protagonizada por Quevedo frente a Mariana de Austria, la esposa de Felipe IV, otras que sorprenden ya que nadie imaginaria a Calderón de la Barca como un hombre capaz de romper la tranquilidad de un convento o a Puskin como un excelente duelista y otras intrigantes como aquella que nos narra la extraña desaparición de Agatha Christie en 1926 que tuvo en jaque a las autoridades policiales durante más de diez días.
Me ha sorprendido saber que Cuenca cuenta con un Premio Nobel en su historia. La increíble lucha de Charlotte Brontë y como llego a concebir Jane Eyre, la única novela que publicó. O el problema que tuvo Justine Larbalestier, autora a la que no conocía, para que la editorial elaborara una portada acorde con el contenido de su novela por una cuestión de racismo.
Algunas de estos relatos nos explican como surgen las ideas que inspiran ciertos libros, detalles o personajes. Así, Posterguillo nos cuenta como Víctor Hugo encontró la iluminación para escribir Nuestra Señora de París o los problemas que tuvo Bram Stoker para encontrar un nombre adecuado para su personaje más conocido y donde encontró la solución. Otros títulos tuvieron dificultades para ver la luz como La divina comedia de Dante cuya parte final fue escondida.
Existen un total de treinta relatos cuya lectura resulta muy amena gracias al estilo tan desenfado e incluso divertido del que hace gala Santiago Posteguillo sin olvidar cuidar tanto la forma como cada detalle. Es una narración muy directa en la que el autor interactúa constantemente con el lector, llamándole la atención como si le narrara directamente a él. Además construye cada historia con cierta intriga porque en el comienzo de cada relato no nos desvela quien será su protagonista si no que lo hace con la misma bastante avanzada por lo que el lector puede jugar a adivinar de quien nos está hablando. En solo determinadas ocasiones he logrado descifrar el enigma.
La sangre de los libros admite dos tipos de lectura. Al ser tan entretenida uno puede consumirla del tirón en un par de tardes o saborear en pequeñas dosis seleccionando algunos relatos cada vez. Además es de esos libros a los que vuelves en ratos perdidos.
De su lectura se desprende que ha debido ser un largo y complejo proceso de investigación, documentación y selección de cada una de estas historias. Como él mismo reconoce en su narración existen en algunos casos diferentes versiones de un mismo acontecimiento o incluso duda de la veracidad de algunas de ellas.
Conclusión
La sangre de los libros es una obra original y curiosa por su contenido pero entretenidísima y amena por la acertada forma en que su autor la enfoca y nos la narra. Muy recomendable para los amantes de la literatura que quieran conocer lo que se esconde tras grandes obras literarias de todos los tiempos y reconocidísimos autores.