Título: El paciente
Autor: Juan Gómez-Jurado
Publicación: Planeta, enero de 2014
Páginas: 471
El prestigioso
neurocirujano David Evans se enfrenta a una terrible encrucijada: si su
próximo paciente sale vivo de la mesa de operaciones, su pequeña hija
Julia morirá a manos de un psicópata. Para el Dr. Evans se inicia una
desesperada cuenta atrás cuando descubre que el paciente que debe
morir para que su hija viva no es otro que el presidente de Estados Unidos.
Con su habitual
maestría en la literatura de intriga, Juan Gómez-Jurado atrapa
irremediablemente al lector. Una novela apasionante y emotiva que
se desarrolla en 63 frenéticas horas, que no da respiro en su lectura
y que plantea un dilema moral imposible que puede cambiar el curso de la
Historia.
Mi experiencia con
la novela
La nueva novela de Juan Gómez-Jurado, cuya carrera
literaria avanza de forma imparable, tiene como titulo El paciente y una vez leída solo puedo afirmar que es una novela
para devorar en pocas horas. Este autor madrileño se ha convertido en un éxito
seguro de ventas.
Su quinto trabajo es un trepidante thriller que atrapa
desde su comienzo, cargado de tensión y acción, con escenas sobrecogedoras y
una armadura sólida y coherente. Sus ingredientes principales son un ritmo
generoso de principio a fin, una intriga que te deja pegado a sus páginas y el
planteamiento de un gran dilema moral.
La historia nos lleva hasta un hospital privado de
Estados Unidos donde el reconocido y brillante neurocirujano David Evans está a
punto de terminar sus treinta y seis horas de guardia ininterrumpida. Pero poco
antes de marcharse un herido de bala en una trifulca callejera le obliga a
hacer algunas horas extras.
A sus treinta ocho años David Evans es viudo y tiene una
hija de siete años de quien se ocupa una interna que tiene contratada para ello.
Cuando regresa a casa descubre extrañado que ambas han desaparecido. Pronto una
serie de mensajes en su teléfono móvil le llevarán a concertar un inquietante
encuentro con un hombre que le revelará el paradero de su hija. La niña está
secuestrada y encerrada en un zulo bajo tierra y si David quiere volver a verla
con vida tendrá que sucumbir a sus exigencias. Pero el precio a pagar es
demasiado alto ya que debe asegurar que en la operación programada de forma
confidencial, y en que la que intervendrá al presidente de Estados Unidos, este
no debe salir con vida.
Son sesenta y tres horas disponibles las que tendrá David
para decidir qué hacer en semejante situación.
La historia se desarrolla a través de pocos personajes
pero dibujados con contundencia de forma que no solo son fácilmente
identificables sino que van más allá y son capaces de infundir ciertos
sentimientos en el lector ya que Gómez-Jurado se encarga de que conozcamos ampliamente
su interior. David Evans, el protagonista, es un neurocirujano de treinta ocho
años con una brillante y prometedora carrera en un caro hospital privado. Su
vida está marcada por una infancia complicada y la pérdida de sus seres
queridos. Es un huérfano que también perdió a sus padres adoptivos y después a
su mujer de forma prematura. Por ello, vuelca todo su afecto en su hija de
siete años aunque su exigente horario laboral le obliga a dejar su cuidado en
manos de otra persona. Es un personaje definido con una línea muy clara. Un
hombre con unos fuetes valores, integro, comprometido con la sociedad y con su
faceta como médico al que tampoco le falta cierto sentido del humor.
Otro personaje que destacar es Kate Robson, su cuñada,
con quien apenas mantiene relación desde la muerte de su mujer. Pero cuando
Julia desaparece no duda en contactar con ella para pedirle ayuda. Kate es una
mujer fuerte e inteligente que trabaja como agente para el servicio secreto
estadounidense y es la única que le puede garantizar una verdadera implicación
en el caso con total confidencialidad.
Ambos se verán obligados a enfrentarse a White, un hombre
perverso y sin escrúpulos capaz de cometer cualquier acto para favorecerse y
que triunfe la parte más oscura del ser humano.
El paciente es
una novela muy plástica en la que gracias a la narración del autor podemos
formar perfectamente las imágenes de cada escena en nuestra cabeza. Las descripciones
son muy concretas pero efectivas situando perfectamente a sus personajes en
cada uno de los escenarios por los que transitan ya sea un hospital, los
pasillos de la casa blanca o cualquier calle en un barrio marginal. El autor sabe mantener la intriga
desde el principio hasta el final, generando escenas de increíble tensión e
incluso algunas que llegan a sobrecoger al lector (como las condiciones en que
la pequeña se ve atrapada). Su prosa es muy exacta, ligera, centrada en lo
imprescindible y con gran afluencia de diálogos.
“Todos ustedes creen conocerme. Se equivocan.
Han visto mi rostro incontables veces: desde la primera vez que apareció en
televisión la foto de mi carnet de conducir, cuando la policía comenzó a
perseguirme hasta el momento en que el jurado me declaró culpable, en directo
ante cientos de millones de espectadores. El mundo entero sabe mi nombre. El mundo
entero tiene una opinión sobre lo que hice. Me resultan tan indiferentes las
condenas como los aplausos”
Así comienza David Evans a contarnos su historia desde el
corredor de la muerte un tiempo después de que todo haya sucedido.
Posteriormente y en retrospectiva vuelve atrás en el tiempo para narrarnos como
comenzó todo y como de desarrollaron las sesenta y tres horas más duras y
determinantes de su vida. Mientras avanza el relato también nos cuenta algunas
pinceladas de su vida tales como su infancia como huérfano sin un hogar fijo,
las circunstancias en que perdió a su esposa o algunos aspectos relacionados
con su trabajo.
La novela se estructura formalmente en cuatro partes que
van marcando el tiempo que queda antes de realizarse la operación. Cada una de
ellas a su vez presenta divisiones interiores a modo de capítulos en los que se
intercala la narración en primera persona por parte del protagonista con una
voz en tercera persona que nos cuenta algunas escenas protagonizadas por otros
de sus personajes y que ayudan a hilar la trama principal. Me ha parecido muy
acertada la elección de la primera persona como punto de vista porque además de
marcar como se desarrolla la acción permite entrar en la mente de su
protagonista conociendo de primera mano no sólo como va viviendo todo ello sino
también las distintas sensaciones o estados de ánimo por los que pasa.
El tema principal alrededor del cual gira El paciente es el planteamiento de un
dilema ético en el que el protagonista deberá elegir entre salvar la vida de su
hija o la del presidente del gobierno estadounidense. Si opta por la primera
opción incumple sus principios morales además del juramento hipocrático que
conlleva su profesión como médico. Y el amor paterno le impide considerar
cualquier otra opción que conlleve exponer a su hija al peligro. Una contradicción entre los sentimientos como
padre y el inmenso amor que siente hacia su hija y su sentido del deber y el
respeto a la vida humana. Todas las reflexiones del personaje llevan al lector
a meterse en su piel y desarrollar su propio punto de vista. ¿Hasta dónde estaríamos
dispuestos a llegar cada uno de nosotros por salvar un hijo?
Además se puede vislumbrar en ella una clara crítica al
sistema sanitario privado donde predominan los intereses monetarios sobre la
vida de cualquier persona con otros temas que alcanzan las relaciones
familiares y amorosas, las exigencias laborales y la conciliación con la vida
familiar, la maldad humana entre otros.
Conclusión
El paciente es
un thriller trepidante y adictivo que atrapa desde el comienzo y cuya intriga
se mantiene intacta hasta el final de misma. Impactante en algunos momentos su
planteamiento es inteligente coherente y bien engranado. Una novela, sin duda,
muy recomendable.