Es el hombre que duerme a tu
lado. El que ronca en la cama, se pasea por casa enfundado en una camiseta
vieja y es un negado para detectar nuestras preocupaciones o para satisfacer
nuestros deseos más íntimos.
Gregorio es nuestro
compañero-marido-amante, el alegre hombre corriente, plagado de defectos con el
que nos encontramos cara a cara cuando dejamos de soñar con Grey. Imperfecto
hasta decir basta, pero él tiene algo que nunca tendrá Grey: nos hace reír, nos
divierte.
** Sinopsis de la editorial
Mi experiencia con la novela
Indudablemente
una de las sensaciones literarias de los últimos meses ha sido la famosa
Trilogía de Grey que se ha posicionado en los primeros puestos de ventas rápidamente
y a la cual ha sido imposible arrebatarle tan preciado título.
Muchas y
diversas opiniones son las que en diversos medios de comunicación podemos
encontrar. A muchos les ha convencido la novela y otras nos echamos las manos a
la cabeza cuando vemos el éxito que ha cosechado la autora E. L. James con unos
libros tan absurdos como repetitivos. Pero bueno, sigo con lo mío, que al final
me lío y no puedo parar. Al final son las demandas del lector las que cuentan.
Con el super
éxito de esta trilogía el género erótico, tan olvidado en las nuevas
publicaciones, ha resurgido con fuerza y actualmente existen diversos títulos
que proponen una buena dosis de sensualidad al lector. Yo no calificaría la
trilogía como “literatura erótica” porque más que rojo el libro es muy rosa.
Miles de
mujeres han suspirado con el apuesto, único, riquísimo y poco humano Christian
Grey. ¿Es el hombre que todas deseamos? Un caballero de los que no quedan, alguien
que nos trate como una reina, que ponga a nuestra disposición flotas de coches,
el lujo más exquisito y dinero a
mansalva pero que en la intimidad le guste dar rienda suelta a nuestra imaginación
e incluso sea un poquito juguetón.
Pero la
realidad es bien distinta:
“El macho humano medio, aquí denominado Gregorio, difiere
considerablemente del espécimen de ensueño definido en la literatura como Mr.
Grey.
Es una cuestión de matices, es verdad: ambos pertenecen a la
especie Homo sapiens. Pero cincuenta
matices o, mejor dicho, cincuenta sombras no son una insignificancia.”
La Italiana Rossella Calabró, autora de este
libro, aunque disfrutó con la lectura de la trilogía tiene muy claro qué es
ficción y cuál es la realidad. La literatura está muy bien para soñar y dejarse
llevar pero también hay que saber apreciar lo que uno tiene al lado. Aunque no
llegue a ser tan perfecto ni tan idílico.
En muchas
historias las mujeres terminan conociendo a su príncipe azul. Ese hombre
romántico que las salva de una situación en apuros y que les hace sentirse la
mujer más afortunada del mundo. Son hombres que no duermen porque pasan la
noche mirando a su amada y que curiosamente después no tienen sueño. Tienen
ciertas habilidades musicales y encima son guapos, musculosos y cuentan con una
cabellera de ensueño.
Pero si nos
parasemos a pensar, ¿Querríamos a este hombre en nuestra vida? Un tipo celoso
que controla nuestra alimentación, la ropa que nos ponemos e incluso nuestra
depilación. Alguien capaz de comprar la empresa en que trabajamos para
deshacerse de un jefe un poco baboso o capaz de interceptar nuestra intimidad
sin el menor escrúpulo. Al final y al cabo la relación que Anastacia y Grey
mantienen en la vida real sería insoportable.
Cincuenta
sombras de Gregorio no es una novela sino un divertido análisis comparativo del
famosísimo Grey con el hombre que duerme a nuestro lado. Sí, ese que ronca, el
que nunca se da cuenta de nuestras preocupaciones, el que tira de la manta en
la cama y que duerme con una camiseta vieja y que en definitiva, es el hombre
corriente que todas conocemos. Ese que de vez en cuando te crispa y te pone en
situaciones al límite.
Pero también
es el hombre que día a día nos hace reír y que no necesita todo un alarde de
medios para convencernos de que estemos a su lado (ni aviones privados, ni un
armario de ensueño, ni coches fabulosos). En este caso, a la pobre sufridora le
ha puesto el nombre de Lola, pero esta, podríamos ser cualquiera de nosotras.
Mujeres normales y corrientes que han aceptado que la realidad no tiene nada
que ver con la ficción y que ya no se asombran por nada. No intentan explicar a
su Gregorio porque necesitan más de un par de zapatos, ni porque es importante
para nosotras que recuerden cumpleaños y aniversarios. También han dejado de
esperar que su hombre pierda algunas horas de sueño tras una discusión o que
renuncie a ver un partido de futbol en la tele un fin de semana. Pero este
hombre también es capaz de seguirnos cual borrego cuando nosotras nos
entusiasmamos en las rebajas, asumir pacientemente la prueba de cada prenda y
cargar con nuestras bolsas hasta casa (Grey lo tiene más fácil, una personal
shopper le evita este trance.)
El libro se
estructura en cincuenta capítulos. Cada uno de ellos se corresponde a una
sombra o faceta que presenta Mr. Grey comparada con la forma de actuar del
Gregorio común. La autora toma situaciones o aspectos concretos del libro y los
lleva a la realidad cotidiana. Narrado
en clave de humor, con sencillez y de forma directa la autora se dispone a
desgranar todos esos aspectos del millonario que ha enamorado a millones de
mujeres. A lo largo de su recorrido toca diversos temas sin pelos en la lengua
y con mucha guasa. Aportando mucha comicidad y dramatizando algunas
situaciones.
A menudo,
las cosas que más nos divierten son los sucesos cotidianos y en los que todos
nos vemos reflejados. Este libro nos aporta, además de una crítica, dos horas
de risas (o por lo menos ciertas sonrisas aseguradas) que es lo que más o menos
tarda en leerse. Los capítulos tienen un par de páginas como mucho e incluso
algunos contienen un par de frases así que os podéis hacer una idea.
Conclusión
Cincuenta sombras de Gregorio es un libro para leer, disfrutar
y echarse unas carcajadas. Tanto si sois fans de la trilogía como si no os lo
recomiendo.
Si os interesa, podéis apuntaros al sorteo aquí.
** Gracias por el ejemplar a Planeta.