lunes, 22 de marzo de 2021

El día del fin del mundo - Lawrecence Wright

 



Resulta curioso que mientras a muchos no se les pasara por la cabeza la idea de una pandemia mundial algunos no solo llegaron a imaginarlo, vaticinarlo o escribir sobre ello. Yo soy de esas personas que aún sigue sorprendida por todo lo que está sucediendo. Si hace justo un año me hubiesen dicho todo lo que pasaría - todo lo que el coronavirus - cambiaría  nuestra vida (y por fortuna y  por ahora pertenezco al grupo de personas que lo ha vivido de forma muy tangencial) jamás me lo hubiese creído. Incluso hubiese pensado que es el argumento de una novela como El día del fin del mundo. Obviamente su autor, a quien le fue concedido el Pulitzer, tenía los pies más cerca de la tierra que yo. 

Esta novela comienza cuando el epidemiólogo Henry Parsons - que creía haberlo visto todo - debe viajar hasta Indonesia para obtener muestras que ayuden a aclarar una inquietante situación sanitaria que se está produciendo allí. El primer lugar en el que pone los pies es un campo de refugiados en el que han muerto varias personas. Entre ellas varios cooperantes médicos. 

Al llegar allí se queda tan sorprendido como horrorizado ¿Qué está sucediendo allí? ¿Qué clase de enfermedad tiene delante que no se corresponde con nada de lo que conoce hasta ahora? La cuenta atrás empieza. Mientras Henry viaja e investiga intentando salvar el mundo su mujer e hijos le esperan en casa. Pero ¿estarán seguros allí?

Esta es la premisa inicial de este thriller que al leerlo uno ve ciertas circunstancias que inevitablemente le recordarán a lo que estamos viviendo, aunque ya sabemos de antemano que la novela ha sido escrita con anterioridad. Lo cual es más sorprendente aún. 

Ya sabéis que lo propio de este género es velocidad, una carrera contra reloj contra la amenaza y unos personajes dispuestos a todo para conseguirlo. El día del mundo es uno de esos thrillers que desde el principio te atrapan por lo inquietante que resulta todo. El principio de la novela es, como he dicho, muy parecido a lo que hemos o estamos viviendo. Incredulidad, desconfianza y miedo aunque luego os aseguro que el argumento se torna bastante más oscuro, el ritmo del libro se acentúa y la batalla de los personajes mucho más ardua. 

Un virus con una gran letalidad se expande rápidamente por el mundo. Los científicos no saben qué es ni como controlarlo. Cuarentenas, hospitales saturados, falta de respuestas, el egoísmo de muchos, el comportamiento kamikaze de quienes se sienten intocables, el mercado negro de productos que se convierten en materiales de primera necesidad... ¿os suena alguna de estas cosas? Otras en cambio es preferible no pensar en la posibilidad de llegar a ellas.

Si al principio el autor nos pone en precedentes sobre enfermedades, virus, pandemias, bacterias, epidemiología y otros aspectos que la novela toca también nos habla de otros temas que ya no son tan informativos sino que realmente dan miedo y que tienen que ver con la corrupción de políticos, los intereses sanitarios, guerras y otras cosas que tendrán repercusiones muy graves sobre la sociedad. 

A pesar de todo ello no es nada más que una novela para entretener al lector y su cometido lo cumple con creces. Con una narrativa cómoda con la que es fácil conectar y un ritmo que en ocasiones, y lo considero un mal menor, es un tanto irregular. En algunos momentos parece que el autor se pierde y se aleja un poco del argumento de la novela y en otras ocasiones es demasiado rápido y falta alguna explicación. Salvando este pequeño escollo creo que es una historia muy recomendable. 

Un libro que te va a entretener desde el principio al final y que tiene un parte muy realista y otra que de manos de la imaginación del autor estremece.